Chapter number nine.

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Bajo rápidamente de su cuarto. No desayunó, pasó por el lado de sus padres. Estos últimos le ignoraron.

Xiao corrió hasta la escuela, ya era muy tarde, mucho se podría decir. Se recriminaba mentalmente, debió haber desayunado antes de salir. ¿Por qué se le ocurría salir corriendo?.

Solo tocaba aguantar hasta la vuelta a su hogar (si es que se podía decir asi).

Llego a su salón y sorpresivamente no había nadie aún, ¿será que se pusieron de acuerdo para no asistir ese día?.

Ya nada, iba a entrar de todos modos, era mejor que estar en su casa. Después de todo, ya no se sentía su hogar. Hace mucho lo dejó de ser. Era una prisión.

Ya en su sitio, miro su alrededor como si fuera algo totalmente nuevo, para su mirada algo nuevo por descubrir.

Su mirada se dirigió esta vez a unos cabellos castaños, ya antes conocidos. Era difícil no reconocer esos cabellos.

—Ya te vi niño. -sonríe inconsciente-. Lo siento, no se tu nombre.

El niño salió y mostró su grande sonrisa. Fue descubierto por su crush.

—Me llamo Yibo, Wang Yibo, Jiejie. -sonríe y se pone a su lado-.

Xiao blanquea los ojos, odia que le traten con pronombres femeninos. Debería dejarle en claro a su DiDi quien era realmente.

—Un gusto Yibo-Di. -sonríe-. Soy....

Se quedó pensando un buen rato, hasta su menor se dio cuenta que algo pasaba.

—Soy.... Xiao Zhan. -soltó finalmente-. Y soy un chico trans, respeta mis pronombres DiDi, solo eso pido.

El silencio reinó por unos minutos. Y justo hoy todos faltaron y hasta los profesores se decoraban en llegar, vaya suerte.

Xiao miraba la cara de conflicto del menor de ambos. Ahí supo, lo supo, el chico, su menor nunca le volvería a hablar. Y peor ,le haría burla. Ha se ll veía venir.

Zhan se fue corriendo hasta el baño más cercano. Dejando al menor allí.

Se encerró en ese cubículo pequeño, y se dispuso a llorar, lloró todas sus emociones acumuladas este último tiempo. Ya estaba cansado de que su vida sería así, seria rechazo por ser quien es.

Abrazo sus piernas, no sabía porque se había expuesto ante ese niño. Era su menor, se llevaban unos años y aún así había tomado ventaja en hablarle y acercarse.

Suspiró con gran pesar. No creía que fueran a ir sus compañeros y menos los profesores, tal vez alguien aviso al profesor y por eso no fue. Tanto le querían sus compañeros, en forma sarcástica va lo último.

Siente unos golpes en la puerta de su cubículo. Se calla con su mano en su boca.

—¿GeGe? .-murmuró- ¿está por aquí?. -siguió hablando-. Lo siento, tal vez no quiere ser molestado. Solo quería comprobar si se encontraba bien.

El de cabellos castaños reconoció unas zapatillas, supuso que estaba debatiendo con si mismo. No quería molestarle .

Antes de que pudiera irse, la puerta del cubículo se abrió y el pequeño se quedó maravillado. No había notado el cabello corto y lo bien que se le veía.

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Continuará.

Éste no soy yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora