4. A Pasos Agigantados

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Original por Evolvelove


° ° °


Aspirante a héroe o no, Izuku continuaba sintiendo frio como cualquier ser humano. Su cuerpo temblaba levemente, pero al muchacho no le importaba, necesitaba un poco aire de fresco... y eso no lo podía encontrar dentro.

La fiesta de noche buena había terminado ser un gran éxito, esa espontanea idea que surgió de simples habladurías fue más de lo que esperaban. A pesar de que aquí lo importante era que Eri disfrutara de esta nueva experiencia, tal parece que más de uno se encariño demasiado con la actividad.

Al final la fiesta llego a escalas inesperadas.

Parientes, amigos, compañeros de academia, incluso una considerable cantidad de profesores había asistido.

Al igual que para la pequeña albina, Izuku no estaba acostumbrado a tal nivel de festividad, pero Eri, sin embargo, no tardó mucho en dejarse llevar y entrar en confianza con todos. La última vez que la vio antes de salir, está ya hacía con Uraraka, Tsuyu y sus hermanos, todos riendo por la actuación de santa de Iida.

Le gustaría ser más como Eri, tener la habilidad de desenvolverse sin miedo alguno. Son los nervios lo que más le dificulta socializar, el miedo a que una mala impresión aleje inmediatamente a un desconocido.

Necesitaba esto, unos segundos a solas.

—Yo buscándote por todo el lugar y tu bien escondido aquí —una familiar voz le hizo saltar del susto.

—¡T-tomoko...! —se levantó de las gradas de golpe. Lo que iba a decirle se lo tuvo que tragar al ver su vestimenta.

Era la primera vez que la veía con ropas tan a la medida y femeninas, chompa negra, falda con pantis... y un gorro de santa en su cabeza. Bueno, por lo menos eso comprobaba que en efecto, su amiga continuaba siendo ella misma.

—¡Atrapa! —le lanzo un collar a la vez que se le acercaba.

—Esto es... —lo observo con cuidado.

—Siempre quise usar uno, pero como ya sabes... en la escuela no tuve mucho tiempo para hacer buenos amigos —sonrió y se rasco la nuca.

Nunca fui muy buena en lo académico, me costaba mucho concentrarme...

Recordaba perfectamente, el relato que le conto acerca de cómo tenía que esforzarse en la secundaria o en cualquier lugar que requiera pensar. Una de las razones por las que no tuvo tanto tiempo para hacer amigos.

Una sonrisa subió de su corazón a su rostro, esto era...

—Yo ya tengo puesto el mío —saco a relucir un collar plateado con forma de cabeza conejo— Los mande a hacer para que tuviera la forma adecuada.

Su pecho empezó a latir, un calor cálido le invadió al escuchar sus palabras y ver el nombre estampado en el collar.

—¡Ahora siempre podremos estar juntos! ¡También sirve por ha alguno le da amnesia jaja! —rio abiertamente.

El peliverde contemplo el collar en sus manos, orejas de gato y unos bigotes, el nombre Ragdoll resaltaba en medio, tal como en el de ella lo hacía Deku.

—¿Te gusta? —acorto el espacio entre ellos y le miro a los ojos— Sino te gusta podemos venderlos e ir por comida~.

—No hay por qué... —sonrió conmovido. Tomoko amplio su gesto, el peliverde sintió que se derretiría.

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