Capítulo 1

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Samuel salió de su departamento para ir a correr, pero para su mala suerte choco con alguien en el pasillo justo cuando iba a caminar hacia el ascensor

-Lo...ah bueno, lo que me faltaba-Rubius puso los ojos en blanco

-Tampoco no estoy muy feliz de verte de Luque-el castaño metió sus llaves en la cerradura-¿Qué haces despierto a esta hora?

-Lo mismo digo de ti-Samuel se cruzó de brazos

-Yo aún no duermo, recién llego a casa

-¡Son las seis de la mañana!

-Exacto

Rubius dio vuelta a su llave abriendo la puerta de su departamento, justo al frente de su odioso vecino Samuel de Luque.

-Deberías ser más responsable tal vez...

-Woah, alto ahí loco, primero, no eres mi madre y segundo, cuando aprendas a divertirte o tengas amigos puedes criticarme

-¡Si tengo amigos!

-Ah claro, los boomers que vienen para la "noche de hombres"-el castaño hizo comillas con los dedos

-Noto tu sarcasmo a kilómetros

-Esa era la idea-Rubius sonrió burlón antes de entrar a su departamento-Disfruta tu día y deja de meterte en mi puta vida

-Esa boca-Sam hablo con los dientes apretados ganándose una sonrisa de suficiencia de Rubius

-Coño, gilipollas, hijo de puta

Rubén cerró la puerta de golpe dejando al mayor con ganas de golpear algo, eso era lo que odiaba de ese chico, sabía cómo llevarlo a su límite, incluso más de una vez casi llega a cometer asesinato por sus estupideces, podía ser muy inmaduro e irresponsable, nunca cumplía órdenes y más de una vez había tenido que tocar su puerta por ruidos molestos

Por otra parte, Rubius detestaba la forma de ser de Samuel, tan ordenado, perfeccionista, responsable y aburrido, a él no le gustaba esas personas, mayormente era muy hipócritas y falsas, además de molestas, aunque eso se podía ver a kilómetros de distancia con Samuel, el chico se la pasaba regañando y dando reglas a cualquiera que se le acerque, algo que molestaba de sobremanera al castaño

Dos años viviendo frente al otro, separados por un pasillo, cuando se cruzaban ni se miraban, y cuando lo hacían solo era para discutir o para que Samuel regañara al menor por desobedecer las órdenes que se plantearon en el piso, no conocían nada del otro, solo su nombre, apellido y bueno, donde vivían, nunca intercambiaron palabras

Pero justo esa noche fue diferente, Samuel tenía una reunión muy importante, tendría que levantarse a las cinco para correr y a las siete tendría que estar saliendo de casa para pasarse todo el día en la oficina, era necesario que descanse, pero no podía por el maldito ruido que venía desde el pasillo

Se tapó con la almohada maldiciendo al tontito de su vecino antes de ponerse de pie, no aguantaría toda la noche esto, no podía. Camino hacia fuera de su departamento, mientras se iba acercando la música iba aumentando hasta llegar a hacer que le duela la cabeza.

Solo se necesitó unos tres golpes antes de que la cabeza castaña de Rubén se asomara por el marco de su puerta

-¡Hey vecino! ¿Que se te ofrece?

-¿Cuantas veces te tengo que decir que no se permiten fiestas hasta después de las once?

-¿Y qué hora es?

-¡Son las dos de la mañana Rubén!

-No me digas Rubén coño, que así solo me dice mi madre

Samuel tomo aire y lo soltó, repitió esto unas dos veces más con la atenta mirada de su vecino sobre él para luego sonreír con gesto entre psicópata y enojado

||Este no es nuestro bebé|| 👼🏻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora