Capítulo 61

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-¡Mónica no lo hare!

-¡Eres un cabeza dura!

-¡Dejen de pelear hermanos De Luque!- Sam rio al ver pasar a su cuñada detrás de su hermana en la videollamada

-Hola Lana

-Hola Sam ¿Cómo va todo por allá?

-Igual que antes de que se mudaran a Italia

Hace dos años su hermana se había mudado con su ahora esposa a Italia, le habían ofrecido un muy buen puesto de trabajo a Mónica y esta no pudo rechazarlo. Sufrió bastante al no tener a su hermana cerca, pero para su suerte aun le quedaba, sus amigos.

Kris y Willy cumplían siete años de casados, Luzu con Auron por fin se habían ido a vivir juntos luego de cinco años de novios, mientras que Alex y Frank recién iban por el segundo año de su relación. Fargan por su parte se había ido a la ciudad, lo que sabía de él es que tenía un buen trabajo e incluso estaba saliendo con alguien con el cual ya estaba comprometido, no podía quejarse.

Tenía que aceptar que los primeros años sin Tommy ni Rubén fueron complicados, lo máximo que sabía del castaño era gracias a sus amigos, más que todo de Mangel que trabajaba con el chico. A partir del tercer año dejo de preguntar, aunque fue más por obligación de Mónica que por voluntad propia.

-Necesitas volver al ruedo hermanito, no puedes estar toda la vida soltero

-¿Quieres ver que si puedo?

-¡Eres odioso!

Sam rio caminando hacia su oficina sin notar la desesperación de su secretaria para que no entre, estaba más concentrado en hablar con su hermana luego de semanas incomunicados por el trabajo de ella. Literalmente su alrededor desaparecía cuando se tiraba horas y horas hablando con la pelinegra.

-Cariño, no vas a esperar que Rubén aparezca otra vez en tu vida, entiendo que lo amaras y sé que aún lo haces, pero...ya son ocho años- Sam suspiro parándose en la puerta de su oficina- Es hora de avanzar ¿no crees?

-Moni es que...- cerro la puerta apoyándose en ella

Un carraspeo hizo que dejara de ver su móvil para centrar su vista en la persona que, hacia ese ruido, encontrándose con unos ojos esmeraldas que lo tenían loco desde hace años. Se quedó de piedra pasando su mirada de Rubén al niño que estaba sentado a su lado sonriendo alegremente.

-Sam ¿estás bien? Te pusiste pálido

-Hola Mónica- la pelinegra abrió la boca sorprendida al escuchar la voz de Rubius

-¡No me jodas! ¡¿Ese es...

-Te hablo luego- Sam corto la llamada- ¿Rubén? ¿Qué...que...

-Hola

Sam no le respondido, su mente estaba en como el chico frente a él se movía con lentitud hasta acercarse a donde estaba, lo cual lo hizo ponerse recto de golpe. Sentía su cuerpo temblar, sus manos sudaban y el aire parecía haber abandonado sus pulmones.

-Sé que...te debe parecer raro verme aquí y seguro me debes odiar después de todo lo que pasó, pero...

-No, no, no te odio, nosotros...-Sam suspiro sin saber que decir- Pensé en nunca jamás volver a verte}

-Yo también, pero...-miro al pequeño a su lado con una sonrisa- Alguien me trajo recuerdos de ti y pensé en venir a presentártelo- hizo un movimiento con la cabeza llamando al pequeño que se acercó con cautela

-¿Es tu hijo?- su voz fue con un tono de curiosidad y tristeza

-Se podría decir que si

La idea de que Rubius tuviera un hijo ya le parecía mala, pero con el ultimo comentario le hacía pensar que tal vez era hijo de su nueva pareja y por eso lo consideraba como suyo. El castaño tenia cierto historial de cuidar niños de otras personas porque tenía un gran corazón.

||Este no es nuestro bebé|| 👼🏻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora