BULLETS - Steve Harrington

~CAP 7~

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VICTOR CREEL, NOMBRE QUE NANCY LES HABÍA DADO. Estaban las cuatro chicas en la biblioteca buscando información sobre ese nombre y lo que había pasado esa noche.

Katherine y Juls estaban en otras dos maquinas alejadas de dónde estaban Nancy y Robin buscando información por sus partes.

—Mira la cara de Nancy —Kate volteó ante el pedido de su amiga —. Es muy gracioso.

Y de verdad lo era.

Robin hablaba sin parar y Nancy no podía evitar rodar los ojos cada vez que la otra soltaba una palabra.

—¿Cuánto crees que aguante sin mandarla a callar? —Kate miró cómica a la rubia.

—Cinco minutos, y ¿tú?

—Cinco minutos —se burló —. Le tienes mucha fe a Nancy —Kate señaló con la cabeza a la chica —. Yo digo que dos minutos.

Y como si ella fuese adivina, Nancy se paró del asiento y empezó a caminar y a hablar cada vez más estresada.

Ambas amigas se miraron sin entender que pasaba, pero cuando la vieron pasar por un lado de ellas y notaron a Robin desconcertada, sabían que una tenía que ir a hablar con Nancy.

—Yo voy —habló Kate parándose de su asiento.

—No es como si yo quisiera ir.

Kate rodó los ojos ante el murmuro de Juls y se encaminó hacia dónde había visto a Nancy ir.

—¿Nancy? —la llamó bajando las escaleras solo para encontrarsela abriendo unos cajones en búsqueda de algo.

La nombrada solo ignoró la presencia de esta y siguió en su tarea. No había una respuesta correcta para el comportamiento que Nancy estaba teniendo hacia Kate, pero en ese momento estaba demasiado cansando como para discutir de algo que no fuera Victor Creel.

—¿Estás bien? —Kate se había acercado a Nancy —. ¿Qué estás haciendo?

—No lo sé, ¿okey? —se giró estresada Nancy —. No sé qué estoy haciendo.

Kate solo asintió y caminó hacia el otro lado de Nancy para después apoyarse contra los cajones que estaban ahí. De repente sintió algo caliente bajando por su nariz.

—Kate, estás sangrando —la nombrada escuchó la voz de Nancy, quien estaba enfrente de ella con una mirada preocupada.

—Mierda —maldijo Kate al llevarse una mano hasta la nariz para mancharse el dedo de rojo.

—¿Estás bien?

Katherine buscó rápidamente un pañuelo en su bolsillo, pañuelo que siempre llevaba porque no era la primera vez que su nariz sangraba.

—Sí, estoy bien —dijo Kate intentando ocultar la mueca de dolor que le generó el repentino dolor de cabeza —. No te preocupes.

No era la primera vez que pasaba algo así. En los últimos días había tenido demasiados dolores de cabeza y ya era la tercera vez que le sangraba la nariz. Ella pensó que era por todo el estrés que estaba teniendo, pero nunca creyó que esos dolores y sangrados podrían significar algo más.

Nancy no le creyó mucho a su amiga, sin embargo, dejó el tema en el aire.

—¿Sabes? Extrañaba investigar contigo —Kate volteó a ver a la castaña.

—¿Soy menos estresante que Robin? —bromeó Kate y eso le sacó una risa a Nancy.

—No lo creo.