Toxicomanía | TR Harem

tres: Bajo Obscenos

Historia narrada en primera persona:

Salí de la enfermería con la mente en las nubes, no dejaba de darle vueltas a eso... "Si ni tú haces algo al respecto no esperes a que los demás lo hagan... Defiendete." Era lógico pero, ¿es lógico hasta para una cobarde como lo soy yo? Me paré en seco cuando pase al lado de la sala de profesores y escuché una conversación entre mi maestra y algunos delegados del comité ejecutivo escolar.

- Es concreto e definitivo. Amane Koushi se va de esta escuela. - Oí decir al director y me estremecí, ¡¿estaré expulsada?! Me puse al lado de la puerta y empecé a escuchar y ver un poco, ya que permanecía entreabierta. Si se quieren deshacer de mí por algo de lo cual no tengo la culpa no les saldrá tan fácilmente.

- Sin embargo, ella no tuvo la culpa de lo que acaba de pasar. Me parece que es al contrario, ella es una víctima. - Arremedaba mi profesora

- Tal vez tenga razón, señora Maikel, ESTA vez la señorita Koushi no tuvo la culpa. Pero, ¿De las innumerables ocasiones donde estuvo a punto de ser expulsada y prometió cambiar, y Nunca... Lo hiso? - Cuestionó el director y la señora Maikel se quedó callada, cabizbaja.

- Es totalmente formal, su madre me dijo personalmente que Amane Koushi ya no va a tomar sus estudios. - Añadió el director a lo que me quede perpleja... ¿Era... Era enserio que mi mamá estaba maquinando todo ente embrollo? - Además - La señora Maikel lo miró atenta. - La "Srta". Koushi solo es un piedra en el zapato, nunca logro adaptarse. Así que es mejor para nosotros y la imágen pública de la institución, ¿no entiendo porque carajos la defiendes con costó a que se quede aquí? Puedes retirarte. - Dijo el director y salí corriendo rumbo al salón donde recogí mis cosas desenfrenadamente mientras todo mundo me veía con confusiones notoria, pues hace un buen rato, ni la profesora, ni Tai, ni yo nos habíamos marchado del salón dejando una gran incógnita. Salí de la escuela entre llantos, la señora Maikel me encontró antes de salir y me intentó detener. ¿Para que mierda fastidia? Yo no le importaba en lo más mínimo más allá de echarme sermones

- ¡Amane! Alto, detente. -

En el camino me encontré unas gradas públicas y me senté en una, limpiándome las lágrimas, pero de pura rabia; Rabia era lo único que me daba a partir de esa índole situación que me llenaba de ira. Porque como siempre; Lo único que hice fue escapar, y no buscar una manera de defenderme en lo más mínimo.

"Con todos los problemas que se me han venido encima... No creo poder trabajar más, no, ya no más. Esos hombres dan... Escalofríos."

Por otro lado:

Mikey se encontraba dando vueltas en su oficina con el sobre con los documentos sobre la tal Amane, los cuales, seguían dejándole dudas. No importa cuánto lo pensase, entre más se cuestionaba las circunstancias, más dudas surgían, y los clavos sueltos eran más que un simple dolor de cabeza, releía otra vez cada página con lujo de detalles, mientras Kokonoi se encontraba recostado en la pared, habían pasado casi dos horas y media y Mikey seguía sin darle un veredicto, un siguiente movimiento que hacer.

- Mejor vuelvo más tarde - Dijo Koko después de suspirar profundamente de pura inercia del cansancio. Aunque el claramente no tenía los ojos para ver o creer lo que había en esa carpeta del Diablo.

En la mente de Mikey llegaba a conclusiones para luego contradecirse y hace mucho tiempo no se percataba de su alrededor, a lo que Koko salió del cuarto sin más. Hasta que algo en su cabeza hiso un "Tik!" De una bombilla pues... "Es como si fuera caída del cielo... Casi un milagro... No, eso es, es un milagro... MI milagro." Y así de fácil, en menos de dos minutos llego a un simple pero descabellada solución que le pasó factura de dos horas de estar sobrepensando todo, más de lo normal.