cuatro: Promesas Fieles

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Historia narrada en primera persona:

- Unos malnacidos te dieron una paliza mientras estabas en la calle. Yo te encontré y te traje acá antes de que te desmayaras, lo único que me dijiste antes de desvanecerte fue tu nombre.... Ema... - dijo el joven peliplatino para abrazar a la niña con una sonrisa maliciosa a espadas de la niña quién estaba terriblemente confundida.

- ¿Ema? ¿Así me llamo? Lo siento, es que... No recuerdo nada. - Respondí atónita por todo lo que sucedía.

- Me dijeron que lo más probable era que tuvieras amnesia debido a la golpiza. Tómate tu tiempo para procesar todo, pero de ahora en adelante soy tú tío, Mikey. Eres menor de edad así que te vas a quedar a vivir aquí. Dónde estarás a salvo. - Mencionó el hombre separándose de mí completamente serio, mientras se dirigía a la puerta y salía tras ella.

"¿Un tío?... Así que, ¿¿he pasado una miserable vida en la calle hasta que un hombre me salvó de casi morir??" Se cruzaba por mi mente estupefacta mientras yo solo me sentía ridículamente impotente por no poder recordar nada de eso pero, Mikey dijo que me salvó... Vaya... Es demasiado para que pensar.

Pasé mucho tiempo mirando a la nada cuando me percate de la habitación en la me me encontraba; Aparentaba ser una oficina y se notaba muy grande y lujosa. Me pregunto si toda la casa será así, bueno... Esperó estar en una casa más que un lugar donde me secuestren.

Por otro lado:

- ¿Estás seguro que su mamá no interferirá? - pregunto Mikey serio con los codos apoyados en el escritorio y sosteniendo su mentón con sus puños semi cerrados.

- Sí. Le pagué la cantidad que acordamos y quedamos que se iría de la ciudad, o inclusive del país. - Dijo Kokonoi refiriéndose a la señora Woo Koushi.

- Puedes retirarte. - mencionó Mikey y Koko hiso caso sumiso en silencio, saliendo de la segunda oficina de Mikey ya que esté tenía todo un piso de los edificios de Bonten para él.

Mientras que en la cabeza de Mikey la linda Ema era como un ángel caído del cielo solo para él. Lo que le resultaba fascinante.

Por otro lado; Unos hermanos ojivioletas estaban entrando a los edificios de Bonten por el aviso de Mikey para una cena con todos los ejecutivos de Bonten. Lo cuál era raro, pues solo se hacía eso por un integrante nuevo. Los hermanos Haitani llegaron a el comedor elegante y oscuro a la vez, con tremenda confusión.

- Llegan tarde. - Mencionó Mikey, serio como es lo usual.

- Lo sentimos, y bien, ¿que es lo que ocurre? - Dijo con una sonrisa Rindou y los hermanos tomaron asiento en la gran mesa, notando que había una silla de más con las iniciales E. S.

- ¿Hay un ejecutivo nuevo? - cuestionó Kakucho quién miraba impaciente el plato de comida frente a él.

- ... - Mikey guardo silencio. Ese silencio sepulcral permaneció hasta que por las escaleras se escucharon unos pasos bajar, todos voltearon a ver curiosos.

De las escaleras bajaba una pequeña niña rubia y de ojos castaño claro. Con un vestido de poco escote y blanco como el papel, parecía casi una alucinación de un ángel bajando las escaleras.

Por otro lado, hace unas horas:

Estuve muy aburrida durante casi todo el tiempo, pues en esa lujosa pero anticuada oficina no había más que papeleos que no lograba entender y hace rato que nadie entraba por la puerta y a mí me da miedo salir, así que simplemente me senté sobre la silla giratoria del escritorio, apoyé mi cabeza hacía atrás y intenté cerrar los ojos... Por lo menos hasta que el crujido de la puerta abriéndose me impresionará. De allí entro un hombre de cabellos platinos y rosados quién me dio una cálida sonrisa.

Toxicomanía | TR HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora