Obligación- MiniMoni

°Capítulo Uno°

— ¡Exijo una reparación! ¡Exijo un weregild(pago)! —Namjoon apretó sus puños para contener su furia mientras miraba a los reunidos.

— Estás en tu derecho de exigir un weregild, Jarl(Jefe) Namjoon —dijo uno de los portavoces—. ¿Tienes una cantidad en mente?

Namjoon giró sus ojos al portavoz, pero sabía que no haría ningún bien. No había ninguna maldita cantidad de dinero que pudiera compensar los daños causados a su pueblo cuando fueron atacados sin razón alguna. Varias personas de su pueblo habían muerto durante el ataque, muchos más resultaron heridos. Eso ni siquiera empezaría a cubrir la pérdida de bienes de comercio o la ganadería.

— Siwon atacó a mi clan sin provocación. —Namjoon fulminó con la mirada al hombre de cabello oscuro que estaba entre dos guardias de la asamblea—. No hay suficientes monedas de plata creadas por los Dioses para compensar la pérdida de vidas humanas o los animales de mi clan. Exijo su vida.

— ¿Una contienda de sangre? —jadeó el portavoz.

— Un holmgang(duelo).

Una mujer lanzó un grito entre la multitud, el sonido de repente se cortó tan rápido como había sido escuchado. Sabía que exigir un duelo era casi inaudito en casos como este, pero quería tener en sus manos al hombre que había orquestado el ataque a su pueblo. Los guerreros de Siwon simplemente habían cumplido una orden. Siwon planeó el ataque y lideró la batalla. Merecía morir por sus crímenes.

— Jarl(jefe) Namjoon, tienes que entender que Siwon es el único heredero vivo de su clan, el único hijo de su Jarl(jefe). Si lo derrotas en batalla, cuando Jarl Heon descanse con los Dioses no quedará nadie para liderar su clan.

— Entiendo. —Namjoon cruzó los brazos sobre su pecho y siguió fulminando con la mirada a Siwon—. Tendría que haber pensado en eso antes de atacar a mi clan. Su territorio hace frontera con el mío, aunque hemos vivido en relativa armonía durante muchos inviernos, mucho antes de que sucediera a mi faðir(padre) como Jarl. Su posición no le impide pagar por sus crímenes.

— Se le podría aplicar a Siwon un warg(exilio) ¿Sería suficiente?

— No —negó Namjoon—. Desterrarlo por sus crímenes sólo lo apartaría de la sociedad. No le haría pagar por sus delitos. Quiero su vida.

— Namjoon, si Siwon se convierte en un warg, será un paria, incluso para su propio clan. Ya no se le considerará un ser humano. Sin duda, ¿eso es suficiente?

Namjoon hizo un gesto con la mano a los guerreros que estaban de pie detrás de él. Se lanzaron hacia adelante, empujando un carro hasta que quedó a la vista de todos los presentes. Pudo oír los súbitos resoplidos y jadeos cuando la gente vio los cuerpos apilados en el interior del carro, tanto de humanos como de animales.

— ¿De verdad crees que convertirlo en un warg es compensación suficiente por lo que Siwon ha hecho? ¿Quieres preguntárselo a los miembros de las familias que quedan? —Namjoon se acercó al carro y sacó el cuerpo de un niño pequeño—. ¿Por qué no le preguntas a la madre de este niño cómo se siente al respecto? Este, también, era su único hijo.

Namjoon sostuvo al niño un momento más, y después con cuidado lo colocó en el vagón. Asintió hacia sus hombres y luego observó cómo se alejaban con el carro, dejando sólo a dos de los guerreros con él. Los suaves sonidos de llantos siguieron al carro que fue llevado de vuelta a su territorio.

— Exijo un holmgang(duelo).

— Jarl(jefe) Namjoon, Siwon no puede derrotarte en un duelo —dijo el portavoz—. No tiene la fuerza.

— Lo sé.

Namjoon sonrió por primera vez desde que la batalla había comenzado hacía un par de días. No tenía idea de cómo Siwon había sido elegido para ser el próximo sucesor de su faðir(padre) como Jarl. El hombre no tenía ningún código de honor, atacando a mujeres y niños, asaltando y saqueando solo por su codicia. No estaba en condiciones de gobernar.