°Capítulo Dos°

434 58 14
                                    

- Jimin.

Sorprendido de repente por el sonido, Jimin se giró para ver a un hombre mal vestido y a varios metros de su posición. Pensaba que estaba solo en el huerto. -¿Grandfaðir?(abuelo)

El anciano sonrió y le hizo un gesto con la mano a Jimin para que se acercara. -Ven, quiero hablar contigo.

Jimin se puso de pie y se frotó las manos antes de apresurarse hacia el anciano. No era frecuente que recibiera la visita del hombre, y estaba ansioso de pasar tiempo con él. El godis o templo de los sacerdotes de la Hov, la comuna espiritual donde Jimin había vivido, eran hombres amables, pero no eran su grandfaðir.

- ¿Cómo estás, Jimin? -Le preguntó mientras caminaban-. ¿Los godi te han tratado bien?

- Las cosas están bastante bien, grandfaðir. -Jimin hizo un gesto hacia el huerto en el que había estado trabajando cuando su grandfaðir llegó-. He estado trabajando mucho en los huertos, y eso me gusta. Me parece que tengo mano para cultivar cosas.

- Tu faðir es el Dios de la fertilidad. -Se rió Njörðr(dios nórdico)-. ¿Esperabas otra cosa?

- ¿Cómo está mi faðir? -Jimin odiaba preguntar, pero no había visto a éste hacía más de tres inviernos. Lo echaba de menos, pero no era frecuente que su faðir se pudiera escapar de la atenta mirada de su esposa, Geror(una gigante).

Ella era conocida como una mujer muy celosa y detestaba el hecho de que Freyr hubiera creado un hijo con otra mujer, además humana. Jimin había sentido su ira en más de una ocasión, por lo general cuando se metía en problemas que no había creado.

- Tu faðir está bien, grandsonr(nieto). Siempre tratando de escapar de las garras de su esposa. -Njörðr entrelazó sus manos a la espalda y miró el paisaje. Parecía estar ordenando sus pensamientos como si lo que tuviera que decir fuera profundo.

- ¿Grandfaðir, ocurre algo malo?

- He venido para discutir un asunto de gravedad contigo, Jimin.

- ¿Grave? -Jimin tragó el nudo que de repente se formó en su garganta-. ¿Qué quieres decir con grave?

- Pronto llegarán unos hombres para llevarte con ellos.

- ¿Qué? -Jimin comenzó a entrar en pánico, mirando rápidamente alrededor como si pudiera ver llegar a los asaltantes-. ¿Por qué?

- Has sido prometido por Jarl Heon.

Jimin se quedó boquiabierto cuando se detuvo para mirar a su grandfaðir. -¿Puede hacer eso? No es mi verdadero faðir.

- Técnicamente, eso es cierto y puedes alzar tu protesta por eso ante la asamblea. Sin embargo, no creo que fuera bueno para tus intereses. -Njörðr agitó su mano alrededor de la pequeña comunidad espiritual donde había vivido casi toda su vida-. Este no es el lugar para ti, Jimin. Estás destinado a cosas mejores.

- Pero me gusta estar aquí, grandfaðir -protestó Jimin, la idea de abandonar el único hogar que había conocido rasgaba su corazón-. Son buenos conmigo. Me dejaron trabajar en loshuertos y todo.

- El camino que tienes ante ti no será fácil, grandsonr, pero al final tendrás una gran recompensa.

Jimin bajó su mirada hacia el suelo mientras caminaba junto a su grandfaðir. La idea de abandonar la hov le daba mucho miedo. Desde el día en el que lo habían traído a la comuna poco después de su nacimiento, nunca había puesto un pie fuera de las puertas que lo rodeaban. No tenía ningún deseo de hacerlo ahora.

- ¿Realmente tengo que ir, grandfaðir?

- No, te puedes quedar aquí si ese es tu deseo, pero te animo a considerar tus opciones primero. Nunca encontrarás una pareja o una familia, si te quedas aquí. No vas a experimentar el mundo que nos rodea, si te quedas dentro de esta comuna.

Obligación- MiniMoni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora