Obligación- MiniMoni

°Capítulo Ocho°

Namjoon frotó su mejilla en la parte superior de la cabeza de Jimin. Habían estado viajando durante horas. El amanecer hacía tiempo que había pasado, y ahora el sol comenzaba a ponerse, la oscuridad llegaba. Su compañero estaba profundamente dormido, acurrucado profundamente en sus brazos. Había estado dentro y fuera del sueño la mayor parte del día.

Namjoon se preocupaba por el estrés que su viaje podría causar a Jimin. Por lo que sabía, había pasado toda su vida en la hov. No estaba preparado para un viaje largo. Desde luego, no estaba preparado para correr por su vida.

Si Jimin no hubiera estado con él, Namjoon se habría quedado a luchar. Detestaba huir. Pero poner en peligro a su esposo no era una opción. Si tenía que correr con el rabo entre las piernas para mantener a su pareja seguro, lo haría.

- ¿Drighten, tu pareja está bien?

Namjoon sonrió más a Hoseok. -No hace más que dormir. Jimin no está acostumbrado a estos viajes largos. Creo que todo el estrés lo ha alcanzado.

- ¿Te gustaría que lo llevara por un tiempo?

Los brazos de Namjoon se apretaron alrededor de Jimin. Un pequeño gruñido escapó de sus labios. -Yo lo llevaré.

Hoseok sonrió y asintió. -Como quieras, drighten.

- Namjoon. Mi nombre es Namjoon.

Hoseok asintió de nuevo.

Namjoon giró sus ojos y volvió a mirar hacia adelante. No estaba seguro de si creer que él era el mítico drighten que Hoseok y sus amigos creían que era. Seguía teniendo problemas para creer que se había transformado en una bestia mítica.

- ¿Tus amigos, están bien?

- ¿Qué? -Namjoon se giró para mirar a Hoseok de nuevo. El hombre estaba mirando por delante de ellos a donde Yoongi y Kihyun cabalgaban con Seokjin y Taehyung-. Oh, sí, creo que lo están. Nada que un lecho y una comida calientes no cure.

- ¿Los conoces desde hace mucho tiempo?

Namjoon frunció el ceño ante la curiosidad que escuchó en la voz de Hoseok. Siguió el rastro de la mirada del hombre y se tragó una sonrisa cuando se dio cuenta de cuál era el interés que tenía Hoseok. La vida era cada vez más interesante por momentos, y no sólo para él.

- Conozco a Yoongi y Kihyun casi desde toda mi vida.

Hoseok lo miró. La tensión de la mandíbula del hombre le dijo que quería saber más, pero le daba vergüenza o tenía miedo de preguntarlo. Namjoon no estaba seguro de cual. Podía, sin embargo, satisfacer algo de la curiosidad de Hoseok.

- Todos crecimos en el mismo pequeño poblado. Kihyun fue acogido en mi familia a una edad temprana. Sus padres murieron en un ataque. Yoongi fue acogido un par de años más tarde, cuando su familia se trasladó a nuestro clan.

- ¿Son buenos hombres?

- Los mejores que un hombre puede pedir -respondió Namjoon-. Hemos librado muchas batallas juntos. Han protegido mi espalda más veces de lo que puedo contar. Incluso les confiaría la vida de Jimin.

- Un gran elogio.

- Se lo han ganado. Son hombres de honor. Han demostrado su eficacia tanto dentro como fuera del campo de batalla. Confío en ellos más que en nadie. -Namjoon sabía que Hoseok entendía su significado cuando el hombre asintió-. Sólo puedo esperar que su lealtad sea premiada algún día encontrando a sus propios compañeros.

Namjoon se echó a reír cuando Hoseok casi se cayó de su caballo. El hombre se giró. Su interés en Yoongi y Kihyun era tan evidente, que era casi tangible. Namjoon no sabía casi nada sobre Hoseok, pero si el apareamiento con él podía traer la felicidad a sus amigos, Namjoon estaría de su lado.