White Noise || ChanSoo [Terminada]

XI

Para mi adorado Kyungsoo, Roh Kisoo.

He tenido pesadillas muy macabras estas últimas noches, en ellas te veo morir ante mis ojos. La agonía de perderte es algo que sé que no podré soportar, me he enamorado de ti por la forma en la que bailas, el sonido de tu voz tarareando una melodía y como me miras con dulzura pese a ser tan masculino o algo duro con tus palabras.

Todo se puede volver caótico, tengo miedo de perderte, pero tengo mayor miedo de no encontrarte en una próxima vida. Lo estuve pensando por mucho tiempo, y cuando salgamos con vida de este sitio vayamos al mar. Arrojemos pétalos de flores entre las olas y mientras el sol se esconde en el horizonte hagamos el amor.

Si muero en la guerra, espero que hagas una vida y seas feliz. Yo siempre estaré a tu lado cuidándote como tu ángel guardián. Pero si mueres antes que yo... lo lamento, pero mi vida no tiene sentido sin ti.

Kyungsoo, estoy totalmente enamorado de ti. Y sé que mi amor me conducirá a tu lado. Me gustaría poderte prometer más cosas, pero no quiero que todo se quede en solo el papel.

Por eso, y aunque para todos sea extraño. Yo Park Chanyeol, Coronel de la sexta división deseo casarme contigo, esta noche te espero en nuestro lugar de siempre estaré esperando tu respuesta. Te amo.

Kyungsoo sollozo al escuchar las palabras de Chanyeol, el sonido del mar acallaba su llanto al igual que sus gemidos. Los dos estaban en la playa uniendo sus cuerpos en una escapada romántica de aniversario.

—¿Es enserio? — Chanyeol asintió, besó los labios de Kyungsoo mientras movía con lentitud su pelvis en el interior del bajo. —Aghh… ¿te aprendiste las palabras de la carta?

—Ambos tenemos el mismo deseo, Soosie. Lo digo enserio. — Chanyeol beso el cuello de Kyungsoo, mordió su clavícula y suspiró. —Me quiero casar contigo, deseo pasar el resto de mi vida a tu lado.

—Diablos, sí. Sabes que sí.

Chanyeol incremento el movimiento de su cadera, Kyungsoo tomo entre sus manos el rostro del alto para sonreírle totalmente enamorado.

—Por fin eres mío, Kyungsoo.

—Siempre lo he sido.

Los dos continuaron arrojándose a los brazos de la pasión, mientras la luna iluminaba sus cuerpos desnudos y sus almas por fin se vinculaban por completo. El ruido blanco de la guerra no había sido capaz de apagar el amor entre ellos, porque Chanyeol amaba incluso en la muerte a Kyungsoo y el menor existiría las veces necesarias para complementar al chico de la sonrisa amable.