Hopeless

1.

Harry no pensó demasiado en Draco Malfoy cuando lo conoció en la tienda de túnicas. Después de su encuentro con él en Hogwarts y de escuchar el tipo de comentarios que hacía, decidió que no le caía bien.

Pero el primer año fue extraño para todes porque hubo un profesor que tenía una segunda cabeza y hablaba de traer a la vida al hombre que causó que Harry fuese huérfano, había un perro de tres cabezas, una piedra que Harry no estaba seguro de qué se suponía que hacía y terminó en la enfermería medio muerto durante unos días. Dumbledore le dijo que Voldemort ya no regresaría porque lo que quedaba de él fue destruido en ese momento y la piedra estaba a salvo y Harry, de nuevo, no estaba muy seguro de entender la situación, pero los periódicos lo llamaron "héroe" y parecía que hizo algo bueno, así que se contentó con eso y se preparó para volver a casa de su tía.

Cuando se bajó del tren, se soprendió al descubrir que su tía estaba acompañada por un hombre lleno de cicatrices que se presentó como un amigo de James y Lily Potter.

Remus Lupin se llevó a Harry a vivir con él y se haría profesor de Hogwarts a partir del siguiente año. Remus tenía una condición de la que no hablaba con Harry para no preocuparlo, pero él sabía que requería algún tipo de tratamiento y el único capaz de prepararlo era Severus Snape.

Esto provocó que un día en el verano entre el primer y segundo año, Severus Snape entrase a la casa donde Remus se quedaba para entregarle su "tratamiento" y discutir algunos asuntos con él y Harry, que regaba las plantas que Remus le permitió elegir y plantar, se encontrase con Draco Malfoy en su patio.

Los dos niños se veían igual de incómodos.

—Me dejan varias veces con mi padrino en las vacaciones —explicó Draco, apuntando de forma disimulada hacia donde Severus y Remus estaban reunidos.

—Remus era uno de los mejores amigos de mi papá —aclaró Harry.

Y continuaron incluso más incómodos mientras Harry cuidaba de sus lirios y un Draco aburrido caminaba por el patio, esperando a su padrino.

Creyó que ahí acabaría todo, pero Remus necesitaba dosis de esa medicina de forma constante, y por lo visto, Severus y él estaban planeando algo. Harry no tenía los detalles. La siguiente vez que se reunieron y estuvo por acercarse, Remus le sugirió que sacara su escoba, la de repuesto y jugara Quidditch con Draco en el patio, aprovechando que tenían una barrera protectora.

Estaba por informarle que Draco y él no se llevaban bien cuando escuchó un "claro". Un aturdido Harry se giró para ver a Draco siguiendo las indicaciones de Remus para ir por la escoba de repuesto.

A pesar de que era cierto que no tenían una buena relación, seguían siendo niños de doce años, les gustaba el Quidditch y eran vacaciones. Harry no podía recibir a Ron de visita seguido porque Molly no era capaz de estar pendiente de él estando fuera de casa y del resto que sí estaban allí al mismo tiempo y tampoco visitaba la casa Weasley de forma tan frecuente por la condición de Remus y los descansos que necesitaba. Draco, igual que él, era hijo único y algo le decía que no solía jugar mucho cuando se quedaba con Severus. No era común que tuviesen una oportunidad así.