6

3.5K 637 385
                                    

Harry respiró profundo y se armó de valor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry respiró profundo y se armó de valor.

—¿Podemos...? ¿Te gustaría quedarte conmigo durante el viaje? Digo, hasta llegar a Hogwarts...el viaje...en tren...a Hogwarts...hm...

Había desviado la mirada cuando comenzó a sentir que su valor se desvanecía y no notó qué tipo de expresión ponía Draco en ese momento. Sólo cuando levantó la cabeza, se percató de que Draco le estaba sonriendo.

—Claro —Su respuesta fue muy suave—. Ya que seremos amigos en Hogwarts, hay que hacer un buen escándalo, ¿no? Pansy me seguirá durante horas preguntando por qué no le había dicho y Blaise va a fingir un ataque al corazón por "la presión de tener un amigo que no le cuenta los chismes", pero bueno.

—Ron va a ser el que reaccione peor —aclaró Harry.

Draco emitió un sonidito de disgusto al recordarlo.

—¿Todavía me odia?

—¿A ti te cae bien? —Harry arqueó las cejas.

—No —replicó Draco de inmediato, sin la menor duda—, pero no lo odio. Y si tú dejas que hable mal de mí, voy a...

—Yo no dejaría que hable mal de ti.

Draco cerró la boca y adoptó una expresión más seria.

Harry tuvo la impresión de que había notado algo. Draco era muy inteligente y esa mirada se sentía como si lo estuviese analizando de alguna manera.

Haciendo honor a su Casa, Harry permaneció quieto bajo esa mirada, a pesar de que en algúm momento se acercaron más y ahora era difícil concentrarse en otra cosa. Le gustaba tener esos ojos grises encima al mismo tiempo que lo ponía nervioso. Desde que sabía sobre sus sentimientos, le costaba cada vez más quedarse quieto frente a Draco y esa vez también tenía el impulso de retorcerse e incluso de esconderse donde el otro no pudiese verlo.

De repente, Draco soltó una risita y volvió a entrechocar las rodillas de ambos.

—Te quería montar una escenita dramática y no me dejaste.

Harry se dio cuenta de lo que acababa de decir y también se rio.

—Es porque no tienes quejas reales sobre mí como amigo...

—Ah, ¿no? Pues...

Hablaron durante la mayor parte el viaje. Harry se asomó para comprar golosinas y Draco eligió con él. Fue gracioso ver que incluso la señora del carrito parecía sorprendida de verlos juntos.

Harry lo consideró un buen primer paso. Bajaron del tren juntos y hablaron en el trayecto que quedaba hasta el colegio, ignorando las miradas de sus grupos de amigos.

Sólo se separaron cuando tuvieron que dirigirse a sus respectivas mesas en el Gran Comedor, e incluso entonces, Draco lo sorprendió susurrando algo desde su asiento y guiñádole.

Harry casi vierte todo su jugo sobre Ron, que se quejó y le gritó que él no se merecía ser ensuciado por su homosexualidad.

Ahí, Harry hizo una pausa y observó a sus amigues con los ojos muy abiertos. Ron todavía se quejaba y Hermione, que notó que les veía, soltó una risita.

—¿Cómo saben? —balbuceó.

—¿Cómo no vamos a saber, amigo? —refunfuñó Ron—. Nos sorprende no haberlos encontrado besándose en los vestidores después de un juego. Llevo años deseando que no pase porque no quiero esa imagen mental...

—¿Años? —Harry empezó a negar—. Pero si a mí me gusta Draco desde hace muy poco...

Tanto Ron como Hermione le dirigieron unas miradas tan incrédulas que parecía que Harry acababa de cuestionar un hecho tan obvio como la existencia de la magia.

Se preguntó quién más lo sabría.

Draco cumplió con lo que le dijo y no se preocupó por lo que alguien más pudiese pensar: lo saludaba desde su mesa durante el desayuno, lo alcanzó en la biblioteca quejándose mientras llevaba unos libros que necesitaba para consultar un tema, jugó...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Draco cumplió con lo que le dijo y no se preocupó por lo que alguien más pudiese pensar: lo saludaba desde su mesa durante el desayuno, lo alcanzó en la biblioteca quejándose mientras llevaba unos libros que necesitaba para consultar un tema, jugó Quidditch con él una tarde en el patio y dejó que Harry lo acompañase otro día junto al lago en que Draco se pasó un largo rato leyendo.

Se veía tan perfecto con la cabeza un poco baja y la luz del sol dándole desde arriba. Su cabello brillaba y era como si fuese una ilusión mágica de algún tipo.

Harry se percató de que, aunque estaba feliz de pasar más tiempo con él en el colegio, sus sentimientos también eran más complicados.

Una mañana, caminaba de regreso desde la oficina de Remus, después de tener una charla en la que "actualizaba" al mago adulto del avance de sus sentimientos y la relación que tenía con Draco, cuando creyó notar algo extraño.

Un hechizo. Lo estaba envolviendo y Harry podía identificar dónde se cerraba, pero no el hechizo con exactitud.

Mientras todavía intentaba decidir qué hacer, fue jalado por el hechizo y llevado a uno de los pasajes ocultos en las paredes del castillo. Este no lo conocía.

Harry parpadeó varias veces en la oscuridad, tosió un poco debido al polvo acumulado y se encontró de frente con unos ojos verdes y un ceño bien fruncido.

Pansy tenía la varita en una mano y lo estaba mirando fijamente.

—Tienes treinta segundos para darme una respuesta convincente o te muestro un hechizo que Snape sólo le enseña a quienes vamos a Slytherin, Potter.

¿Ahora qué se suponía que había hecho?

¿Ahora qué se suponía que había hecho?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A) Huir de Pansy.

B) Hablar con ella.

C) Sacar la varita también.


*inserten risita malvada aquí*

HopelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora