Capítulo 15 "La Puerta Secreta"

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Wirt ha visto muchos tipos de cabañas, que, igual a esta, muchas abandonadas en las oscuras profundidades de lo Desconocido, tal vez algunas en mejor forma que otras, pero la cantidad de telarañas y pequeños arácnidos que lo miraban desde los rincones del lugar era estúpidamente preocupante.

No, enserio, había tal vez un poco muy muchas demasiadas arañas en esa mohosa cabaña.

Observaba atentamente su alrededor, permitiéndose relajarse un poco, pues la persistente necesidad de vigilar a sus - indeseados - acompañantes en caso de que no sean tan amables como dicen ser, se estaba esfumando lentamente de su sistema nervioso.

Pero después del primer encuentro con Chara, ya no es como que este al tanto de todos sus movimientos, especialmente de Marco y Finn, a los que ya ve como inofensivos en su mayoría. Los otros dos son una historia distinta.

No es que se estuviera acostumbrando a la presencia de los demás, nope, para nada. Es solo que, quieras o no, ya se metió demasiado en este lio junto a ellos. No son sus amigos ni mucho menos, solo son- Hmm, unos conocidos con los que fue amistosamente forzado a trabajar.

Si. Seguro es eso.

Mientras Wirt se mentía a sí mismo, su mirada se paseaba por cada esquina del lugar. Habían entrado por un pasillo lleno de artefactos supuestamente paranormales, que desafiaba varias leyes de la naturaleza y la física, aun cuando claramente se podía ver el plástico y el pegamento de baja calidad en ellos.

El único que se aprecia creer tal cosa a un nivel psicológico era Finn, quien miraba los artefactos como si de verdad fueran elfos disecados y no duendes decorativos de jardín con unos cuantos pelos sintéticos vagamente pegados.

En serio ¿Como es que esa cabaña no se fue a la bancarrota en cuanto abrió sus puertas?

Después de que Bipper les intentará explicar con una determinación preocupante qué los unicornios eran reales y que podían hacer qué sus cuernos brillarán y tocarán música pop genérica, insistió en que se tomarán su tiempo de explorar la cabaña.

En algún punto Bipper se separó del grupo, excusándose en ir a revisar unas cosas en otros cuartos de la cabaña, mientras que ellos terminaron en la tienda de regalos del recinto, no muy preocupados porque perdieron a un miembro del grupo, puesto que, bueno, era Bipper de quien se estaba hablando.

Wirt posaba su mirada en Marco y Finn, el primero parecía muy intrigado por un tarro transparente qué se encontraba a un lado del mostrador, el cual contenía varios ojos de distintos tamaños y colores. Mientras que Finn se encontraba inclinado sobre un refrigerador de helados, curioso ante tal tecnología.

A un lado del ex-cuernudo, se encontraba Chara, golpeando ligeramente el cristal de una maquina dispensadora de chucherías, sacudiéndola de un lado a otro, muy determinada en cometer vandalismo aunque sea por un dulce.

Una vez se comió un biscocho qué encontró debajo de una banca en medio de la nada en Waterfall, Chara no ve porque comer dulces de una máquina expendedora de dudosa procedencia le vendrían mal.

Y bueno, Wirt no la va juzgar, ha comido cosas peores en el bosque. Una vez intentó lamer una rana para comprobar su sabor, pero nadie se tiene porque enterar de eso.

Después de unos cuentos intentos, Chara pareció perder la paciencia de sacudir la máquina, así que como cualquier otros ser humano pensante y racional, comenzó a patear el cristal de la maquina con fuerza para intentar romperlo.

"Estúpida cosa inútil" refunfuño entre dientes, antes de resoplar y, en negación de que una máquina expendedora le gane, dar un gran codazo justo en el centro del vidrio.

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