Capítulo 8.

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Jennie

La lleve al restaurante que había instalado Taehyung hace unas horas, el imbecil de mi hermano mayor no me había dicho ya que según él no quería desatar la furia de papá si yo 'transformaba' en otro prostíbulo su restaurante familiar.

Taehyung nos atendió de inmediato y nos dejó la vista al mar.

—¿Entonces es tu hermano? No se parecen— comentó Jisoo.

—Ángel de la muerte— murmuré. —Le gusta presumir.

—Claro— dijo ella soltando una risita. —Entonces...

—Yo invito la comida, ni te preocupes, pide lo que sea, el dinero no es problema en mi familia.

Jisoo negó.

—Me pagaré mi comida. No te preocupes, Jennie.

—Detective, le dije que yo invitaba—. Insistí.

—Jennie, soy tu jefa, que me pagues la comida no está bien visto ni-

—¿Y a mi qué cojones me importa?— pregunté inclinándome mientras apoyaba mi mentón en mis puños. —Aceptó la invitación y no le estoy preguntando.

—Qué amable— giró sus ojos. —Está bien.

—Excelente.

Una camarera de piernas lindas se acercó a nosotras y preguntó que queríamos.

Iba a responder que quería su número, sin embargo, la detective estaba allí e intenté controlarme.

—Enseguida les traeré todo— anunció tocando mi mano y yéndose.

—Claro, linda. Gracias— sonreí.

—No puedo entender como es que cada mujer que pasa delante nuestra, te desea.

—¿No ha notado que soy deliciosa?—. Pregunté. —Es decir, no todos pueden tener buen gusto, pero detective... creí que usted sí. Lisa está buenisima.

—Lo está—, asintió. —Eres linda, pero no eres mi tipo, Jennie.

—¿Por qué no? ¡Tengo ojos soñadores!— me quejé, —y créame que tengo habilidad con la lengua.

—Jennie, no necesitaba saber eso— respondió sonrojada. —No solamente se trata de ser buena en la cama y ser linda, eres muy linda, pero no me gusta tu personalidad y no me gusta la gente tan-

—¿Increíble? Es decir, Lisa es guapa, pero se ve aburrida. ¿Para qué quiere aburrirse más?— me burlé.

—Lalisa maduró, pero era igual que tu hace años, y ya me enamoré de alguien así una vez, créeme que aprendí en quién fijarme y en quién no.

—¿Por qué acabaron su matrimonio?—. Pregunté.

—¿Por qué siempre quieres saber sobre mi vida privada? No puedo decirte eso, trabajas para-

—¿Cuál es el punto de conocernos mejor sin conocernos realmente?— la interrumpí.

Suspiró y nos trajeron las bebidas. Ella pidió agua mineral y yo pedí whisky.

Se pidió una ensalada y yo una hamburguesa que llegaron a los segundos con otra camarera.

—¿Entonces?

—Nos separamos porque Lalisa quería una vida diferente que yo no. Ella quería vivir su juventud, discutíamos mucho y un día en una discusión simplemente me dijo que yo también era responsable por mi embarazo, no sólo ella y que sí yo hubiese tomado precauciones no habríamos cometido errores, se disculpó de inmediato, pero Ron es todo para mí, pude perdonarle muchas cosas, pero decir eso... jamás— contó.

—Whisky es de todos menos un error, lo sabe... ¿No? Mi padre no envía niños al mundo por error, simplemente los envía cuando son necesarios, irónico ya que hay mucho abandono, pero algún plan tiene para su descabellado juego— acoté apretando el puño. —Retomando el tema, el pequeño vodka es adorable, no debería sentirse mal por ello, incluso el diablo lo ama.

—¿Eso debería ser un consuelo?— ella soltó una risita y yo asentí sonriendo también.

Tiene linda sonrisa.

—Un consuelo grandioso. El diablo ama a vodka Kim— le sonreí encantadora y ella soltó otra risita.

—No puede ser que vaya a decir ésto pero... Vodka es lindo apodo, le gusta— giró sus ojos.

—Vodka es buen niño, me agrada— murmuré. —Y usualmente no me gustan las criaturas humanas, las evito.

—No te metas con un hombre o una mujer intersexual entonces—. Sonrió. —Podrías arrepentirte.

—No puedo embarazar a nadie, mi padre me lo tiene prohibido.

—No tienes un pene, no puedes claramente— mencionó. —Pero puedes embarazarte.

—No, no puedo y... no me entiendes.

—Eres estéril...— se cubrió la boca con ambas manos. —Por eso actúas así, oh Dios, Jennie. Lo lamento— dijo apenada y tomó mi mano.

Sentí una corriente pinchar en toda la piel del dorso de mi mano.

—Auch—. Alejé mi mano. —No me toque.

—¿De qué hablas?— preguntó como si nada. —Fue suave, que delicada—. Se burló.

—No, no. Me dio una corriente horrible, detective. ¿Está hecha de aislante? Tuvo que sentirla.

—No, no sentí nada. Exageras, como siempre. Ya veo porque mi hijo y tu se entienden tan bien.

¡Ella miente! Yo lo sentí, soy el diablo, una corriente de mierda no debería doler, pero... ¡Dolió y mucho! Joder.

—¿Ahora quién miente?— dije rápidamente.

—Yo jamás miento. Soy detective, no puedo mentir.

—Claro, claro—. Bufé.

—¿Por qué tu y tus hermanos viven aquí?— preguntó.

—Porque mi padre me ha expulsado del cielo, desterrado más bien. Y bueno he decidido estar aquí, mi hermano mellizo Yoongi me ha seguido y Taehyung ha venido a ponernos orden y ha errado, ya que se enamoró de Jungkook, no lo acepta, pero es así—. Me encogí de hombros.

—Okay. Eres rara, pero creo entender tus metáforas, alguna vez leí una biblia.

—¿Eres atea?—. Jisoo asintió. —Oh, por mi padre, que alegría, me regocijo en los ateos, que placentero.

—Okay...— soltó risueña. —Eres muy extraña.

—Ya entendí porque me gusta, es porque es atea.

—¿Te gusto? Wow, quieta, flash— se espantó. —Gustar es-

—Detective, a mi me gusta todo el mundo, no se ilusione—. Le sonreí. —Gustar no es la gran cosa.

—A mi no me gustaría alguien que conozco hace dos días.

—Usted me gusta, y quiero acostarme con usted, sin embargo creo que es sólo porque es atea— giré mis ojos.

Va a contestar sin embargo recibió una llamada.

—Oh, disculpa, es de la maestra de Ron.

Se levantó rápidamente y se alejó unos minutos.

Debería buscar a otra mujer atea, si es que con Kim no funciona, así podría acostarme con alguien y quitarme las ganas.

Ya veo porque dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Soy asombrosa.

—Debo ir a buscar a Ron, lo lamento.

—No se preocupe, detective— respondí. —La acompaño.

Ella asiente rápidamente y caminamos a la salida.

—Taehyung— palmeé su espalda en la salida.

Él le sonrió a la detective.

—Ten mi tarjeta, cobrate y llévame vino al departamento, gracias.

Él me miró ofendido y seguí a la detective al auto, se veía preocupada, tal vez el mini detective ha asesinado a alguien, eso espero.

De armas tomar | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora