Jeongguk decide fingir ser chica dentro de su juego favorito para ver si los hombres "necesitados de atención femenina" le regalaban cosas en éste, aprovechándose de la situación para su propia conveniencia.
En ello, conoce a Jimin, un chico lindo y...
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Jeongguk estaba temblando.
De un momento a otro su vista se nubló de lágrimas mientras observaba el chat que tenía abierto en su teléfono.
Sentía mucho miedo, Jimin estaba enojado, lo notaba.
Se sintió tan miserable, él era lo peor del mundo.
Iba a levantarse del suelo de su habitación, donde se había echado un rato antes de que aquella conversación tan inesperada iniciara, con la intención de ir donde su hermana y buscar consuelo en ella, pero se arrepintió de inmediato.
Su hermana igual se enojaría con él, ya le había dado la oportunidad de contarle la verdad a Jimin y él la desaprovechó.
Estaba seguro que Seungwan comenzaría con un sermón gigante del por qué se merecía el rechazo de su amigo virtual. No gracias, él no necesitaba eso.
Buscó entre sus contactos, pero no encontró a nadie en quien más podría confiar lo que sentía sin recibir un regaño.
Los amigos de su hermana no tenían idea de lo que pasaba con él, hace meses que ya no les hablaba por chat, sólo hablaba con ellos cuando llegaban de visita a su casa, pero aun así no compartía con ellos conversaciones largas.
Yerim tampoco era una buena opción, ella había estado tan extraña con él, habían veces que pasaba semanas sin hablarle, cosa que era raro porque ellos solían hablar a diario, y otros días donde llegaba a llenarle el chat con mensajes, los cuales eran en su mayoría memes. Se juntaban de vez en cuando, pero siempre habían silencios tan largos e incómodos. Además que si le hablara, no estaba seguro de poder ser capaz de contarle los sentimientos que estaba teniendo por Jimin, ella ni siquiera sabía que Jeongguk era gay.
El único al que le confiaba todo lo que le pasaba, a excepción de su hermana, era Jimin. Bueno, a veces no contaba las cosas con mayor detalle, por el hecho que le ocultaba su verdadero género, pero siempre le contaba cuando se sentía mal, sin necesidad de tener que explicar el porqué.
¿Qué debía hacer si su única persona de confianza en este momento era el mismo que estaba provocando su ansiedad?
Llorar solo era la única opción que tenía.
Fue hacia su cama y se metió bajo las sábanas, ocultándose del mundo.
Tomó su celular sólo para mandarle a Jimin la dirección de donde quería que se juntaran, tirando el dispositivo después de eso, no sin antes apagarlo.
Suspiró mientras se colocaba en posición fetal, abrazándose a sí mismo, dejando que los malos pensamientos hacia su propia persona lo comieran por completo.
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