Jeongguk decide fingir ser chica dentro de su juego favorito para ver si los hombres "necesitados de atención femenina" le regalaban cosas en éste, aprovechándose de la situación para su propia conveniencia.
En ello, conoce a Jimin, un chico lindo y...
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Jimin estacionó su vehículo frente a la casa de Jeongguk con apuro, había conducido a gran velocidad, llegando en tiempo récord. Acomodó el auto de manera en que no tapara ninguna salida, apagando el motor y bajándose de él para partir a paso apresurado hasta la entrada del hogar, tocando el timbre de inmediato.
Grande fue su sorpresa al momento en que una mujer, probablemente en sus cuarenta años de edad, le abrió la puerta dándole una mirada de confusión.
ㅡUhm, buenas tardes, ¿se encuentra el Jeongguk? ㅡhabló con cierta timidez en su voz, notando como la señora lo analizaba de pies a cabeza. Tragó un poco de saliva al ver que pasaban varios segundos sin recibir alguna respuesta.
ㅡAy, Jimin, ya llegaste. ㅡLa voz nerviosa del pelinegro al que esperaba ver se escuchó a espaldas de la mujer, provocando que ella lo observara con el entrecejo fruncido.
ㅡ¿Quién es él? ㅡpreguntó en un tono serio.
ㅡOh, si, él es el amigo con el que siempre me junto, ¿te acordai?
ㅡAh ya, así que ese es. ㅡSe dio media vuelta, dirigiéndose hacia adentro del hogar para buscar su bolso. ㅡ¿Y a qué vino hoy?
ㅡBueno... Jimin me dijo que me iba a enseñar a hacer un currículum, ¿verdad? ㅡInventó con naturalidad mientras le hacía una señal al mayor para que ingresara a la casa, cerrando la puerta tras suyo después. El mencionado simplemente asintió con la cabeza, con miedo a decir algo que no debiera.
ㅡMish, ¿vai a empezar a buscar trabajo? ㅡpreguntó esta vez su padre, quien se estaba colocando una chaqueta.
ㅡSí, o al menos eso intentaré, me gustaría poder ganar plata pa comprarme mis cosas sin tener que pedirle a ustedes. ㅡcontestó sin arrugar su rostro ante la mentira, haciendo una mueca al ver como su hermana, desde el sillón, le daba una mirada divertida.
ㅡYa, nosotros nos vamos a comprar ahora, la Wan nos va a acompañar por lo que se quedarán solos. ㅡLa mujer mayor habló mientras acomodaba su cabello, acercándose a darle un beso en la mejilla a su hijo y posteriormente caminando hasta la entrada. ㅡSin hacer desorden. ㅡadvirtió antes de abrir la puerta y salir, siendo seguida por su marido y su hija, ésta última deteniéndose y observando a Jimin de pies a cabeza por unos instantes antes de sonreírle.
ㅡEs más lindo de lo que pensé. ㅡdijo mirando a Jeongguk, soltando una carcajada al ver que sus palabras avergonzaron al menor. ㅡNo hagan nada cochino, llegaremos pronto. ㅡsusurró hacia los menores, terminando por cerrar la puerta, dejándolos completamente solos en el hogar.
ㅡEh, bueno, ¿querí algo? ¿Un vasito de agua o bebida? ㅡpreguntó el más alto, después de un largo silencio, jugando con la manga de su polerón.
ㅡNo gracias, estoy bien así. ㅡnegó con rapidez, suspirando antes de acortar distancia con Jeongguk, llevando sus manos hacia el rostro ajeno. ㅡ¿Cómo estai? Lo que pasó con la chica esa tuvo que haberte afectado mucho, ¿no? ㅡhabló en un tono suave, acariciando las mejillas ajenas con sus pulgares.
