Capítulo 3: Eso explica muchas cosas

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Ra nos observaba a Layla, Santiago, Steven y a mí fijamente, como si esperaba que dijéramos algo

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Ra nos observaba a Layla, Santiago, Steven y a mí fijamente, como si esperaba que dijéramos algo. Y la realidad es que, después de que apareciera de la nada hablando de que había ido a ver al Dios del mar y a la Diosa de la madre tierra, nosotros éramos los que estábamos esperando que hablara.

—¿Y bien? —pregunté confundida a la deidad egipcia del Sol. —¿Cuándo nos vas a decir?

Ra movió su centro en el piso, afianzando más su agarré en él y su vista se fijó en Santiago. —Cuando me aseguré que todos los que están aquí presentes son dignos de confianza.

Yo lo miré extrañada. Obviamente no se refería a mí, es decir, yo era su avatar, así que automáticamente quedaba descartada. Luego pensé en Steven, lo cual evidentemente lo se refería a él, Steven era el más fascinado con él, y luego estaba Marc, pero junto con él al igual que Steven y Jake, eran avatares de un Dios egipcio, por lo que también quedaban fuera de la lista de personas en las que Ra no confiaba. Igualmente Jake quedaba fuera, por la razones que acabo de mencionar y que además, él cuida de los otros dos.

¿Layla? Pero claro que no. También es un avatar y peleo junto a nosotros contra los Tatcher. Pensé unos segundos y luego caí en cuenta: Layla no estaba sola. Santiago era la última y más certera opción.

Mire a Ra alzando ambas cejas, y cruce mis brazos recargándome en el respaldo del sofá y lo miré fijamente. —No me digas que no confías en el esposo de Layla. —le dije en un tono divertido al mismo tiempo que la mencionada y su pareja nos miraban perplejos. —Ahora entiendo por qué no quisiste decirnos nada de la perla hace unos meses cuando veníamos de El Cairo en el jet de Santiago.

Hace 6 meses

Narra _________

Me di cuenta que los Dioses que nos acompañaban habían dejado los cuerpos de Alexander y Jonathan en unos asientos más al fondo, y debido a su estado inmóvil, Marc y yo, después de mirarnos, entendimos que ya habían abandonado los cuerpos pero ellos no habían vuelto a aparecer en los últimos minutos.

Después que nos ofrecieron copas de vino tinto y cada uno tomo sus asientos, Layla y Santiago sentados el uno al otro, yo frente a Santiago y Marc a mi lado, el jet despegó justo al momento que Santiago le dio indicaciones a su piloto en alemán.

Luego de un poco más de charla entre los cuatro, Layla y Santiago se quedaron dormidos, con ella recargada en su pecho y él abrazándola por los hombros, así que pensé que sería bueno hablar sobre el hecho de que aquella misteriosa perla que creí que había sido destruida, seguía intacta. La llevaba en mi mochila, hasta el fondo para evitar que se perdiera entre las cosas que llevaba cargadas. Cuando la saqué y la tuve entre mis manos, Marc me miró serio y asintió, por lo que llamamos a ambos Dioses para que nos pudieran explicar cómo es que la gema seguía perfectamente unida.

No puedo decirte ahora, tendrás que esperar a que lleguen a su destino. habló Ra, observando la perla y luego a mí.

Khonshu estaba junto a Marc, sin decir ninguna palabra.

El misterio de las perlas de los Dioses (Moon Knight y tú) [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora