Capítulo 7: Sincronía

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Narra ___________

La noche del evento estaba llegando a su fin y con ello, todos los invitados estaban ya retirándose del museo, no faltaba mucho para decir que la velada había sido un éxito, con algunas excepciones como el hecho de la presencia de Christian en el lugar, pero lo cierto es que tener el apoyo de Layla, Santiago y sobre todo de los chicos era algo que me iba muy bien.

Y mentiría si no dijera que estaba ansiosa, lo estaba y mucho. Después de la pequeña charla insinuadora de Jake hace unos minutos, no podía dejar de ver el reloj en mi muñeca contando el tiempo para que todos se fueran. Me mordí el labio desesperada al ver que un par de personas aún seguían hablando animadamente con mi jefe y la inmensa necesidad de sacarlas del lugar a patadas invadió mi ser.

Con una mano en mi cadera y la otra pasándola por mi cabello, volví a ver la hora en el reloj. Ya eran casi las nueve de la noche. Y no es porque me preocupara la hora en sí, era más porque se supone que el evento acabaría a esa hora. Faltaban poco menos de cinco minutos para que ese plazo se cumpliera y aún veía personas paseándose por la exhibición. ¿Por qué no se podían ir de una vez?

—Como quisiera invocar mi traje en este momento y sacar a todos de aquí. —murmuré por lo bajo, volviendo a ver la hora. Sí, ya estaba un poco más ansiosa. Quería irme a casa... con Jake o con cualquiera de los tres que quisiera tomar el control del cuerpo en ese momento. Realmente, poca importancia tenía, solo quería irme.

—Te noto un poco ansiosa, _______. ¿Estás bien? —me preguntó Layla, llegando detrás de mí y provocando que diera un pequeño salto en mi lugar, ya que me habló mientras yo estaba de espaldas, ella tomándome por el hombro, lo cual ella noto. —Oh, lo siento, no quería asustarte. —me dijo algo afligida, llevando su mano a su mejilla.

Yo la miré soltando un pequeño suspiro y dejando mi mano sobre mi pecho, comencé a reír ligeramente. —Sí, no te preocupes, Lay. —me reí de nuevo y deje mi mano sobre su hombro. —Si me asustaste un poco para sobreviviré.

Layla sonrió. —Eso espero. ¿Puedo quedarme aquí contigo en lo que regresa Santi? Ya nos vamos, pero fue al baño.

—Claro, claro. Sabes que para mí es todo un placer. —le dije con tono divertido, ahora viendo la hora en la pantalla de mi celular.

—¿Y dónde están tus hombres? —me preguntó sonriendo, mientras dejaba sus manos en los bolsillos de su pantalón sastre.

—Bueno, el último que estuvo conmigo fue Jake, y me dijo que regresaba en un momento, ya que había ido a acercar mí auto para llevarnos a casa. —sonreí acomodando mi cabello, encogiéndome de hombros. —Al parecer fue por él poco después de que terminamos el recorrido y la exposición. Eso indica porque no los encontraba por ninguna parte en ese momento. —reí, jugando con los dedos de mis manos.

—No me digas que... es vestido funcionó... —me dijo mientras una sonrisa traviesa se formaba en sus labios.

—Lo hizo. —me mordí el labio suavemente con mejillas sonrojadas y agache mi mirada, riendo un poco. —Y tengo que decir que, en buena parte, es por ti... —confesé y Layla me miró con una ceja alzada.

—Lo sabía. Era obvio, ¿quién iba a resistirse a caer en el encanto de esa arma mortal que traes puesta? Solo alguien con mal gusto y mira querida que, yo podré tener malo ratos pero, no malos gustos. —habló ella riendo de nuevo y movió sus rizos hacia un lado. Su risa me contagio.

—¿Sabías que eso mismo fue lo que dijo Marc cuando me vio? —le pregunté divertida.

—¿Qué? ¿Lo de que el vestido es un arma mortal? Sí lo pensé y sinceramente, era la reacción que estaba buscando. —Layla habló con una sonrisa aún más grande en sus labios. —Pero ya en serio, ¿cuánto tiempo más van a estar aquí? Ya, vayan a casa y hagan que valga la pena el tiempo que me tardé escogiendo ese vestido.

El misterio de las perlas de los Dioses (Moon Knight y tú) [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora