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El meet & greet había terminado de maravilla, mi garganta estaba un poco lastimada, la gente no paraba de aplaudir con euforia mientras me despedía de ellos con un movimiento de mano exagerado y una enorme sonrisa dando pasos en reversa para no darles la espalda mientras me escondía detrás del escenario montado que habían colocado.

Una vez fuera de los ojos de todo el mundo deje caer un poco mis hombros, habían sido horas largas de sonreír, posar para fotografías, responder preguntas y cantar pequeños fragmentos de canciones.

Sonreí hacia mi equipo y me encamine hacia mi camerino, no tarde en sentir unos pasos a la distancia que se acercaron a mi y pisaron en conjunto con mis pobres pasos disfrazandose con mi caminar, como una sombra.

-¿Qué te pareció?- Le pregunte sin girarme a verlo por que era claro que sería él.

-Creo que no soportaría tanto contacto humano en un mismo día.- Su comentario me hizo reír un poco.- ¿Cómo te sientes?

Me gire para verlo justo cuando llegue a la puerta de mi pequeño camerino improvisado y le di una pequeña sonrisa a modo de respuesta.

El iba como siempre, con su ropa totalmente negra, con botas a juego  y cinturón de cuero, con el cabello alborotado color verdoso y con una cadena de plata colgando de su cuello con una placa con su apellido y unas fechas plasmadas, con tres pendientes colgando de su oreja izquierda y con los brazos cruzados sobre su pecho.

-Me siento exhausta, ¿Quieres beber algo? Te invito.

De inmediato negó con la cabeza y volví a sonreir en su dirección antes de acercarme para tomar su brazo.

-Debo cuidar tu puerta.- Me señaló lo obvio pero lo ignore por que él era la mejor compañía que pudiese tener después de cualquier evento.

-La cuidas desde adentro.- Negó lentamente pero dio pasos junto conmigo para introducirse al camerino, por lo que sonreí una vez más.

Sin duda era el mejor compañero de café en el camerino del mundo, sobretodo por que no tomaba café y prefería un té con solo un poco de azúcar y se encargaba de hacer las preguntas correctas siempre cuando me escuchaba en una platica.

-¿Qué tal fue todo?- Me preguntó cuando entramos mientras cerraba la puerta tras de él, yo me encogí de hombros quitándome las botas.

-Fue entretenido.- Le dije mientras me quitaba el cinturón.- Ha sido uno de los más activos que he tenido hasta ahora, creo que estoy comenzando a tener fans.

El sonrió con un tono de burla antes de recargarse contra la puerta, ese detalle me hizo sentir bastante segura, hasta ahora sin duda él superaba todas las expectativas que hubiese tenido sobre un guardaespaldas y las había elevado con creces.

Lo habíamos contratado hacia un año apenas pero se había encargado de hacer su trabajo a la perfección muy a diferencia de los guardaespaldas que había tenido antes que eran un poco deficientes.

Con otros guardaespaldas ya había tenido problemas con personas queriendo hacerme daño, curiosamente la fama de mis canciones seguía creciendo y siempre había más gente interesada en mi, y con aquellos guardaespaldas siempre alguien lograba pasar de largo, ya había recibido golpes por multitudes, ya me habían tocado de formas no inocentes y ya había recibido incluso amenazas, pero con él no.

Con él había disminuido totalmente mi miedo a las multitudes, siempre estaba atengo a cada detalle, siempre llevaba consigo algo para ayudarme, ya sea unos anteojos o una gorra, no sabia como le hacía para anticipar todo y siempre saber resolver la situación.

Me encargue de preparar mi café y le extendí su taza de té antes de sentarme en el sillón para contarle un poco de la convivencia.

Debíamos esperar a que todo mundo se fuera para poder retirarme de manera segura, así que teníamos un par de horas para descansar antes de que llamaran por mi.

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