Hilo rojo

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Tanto tiempo buscando a alguien, algo que encendiera una chispa aunque fuera pequeña; y ahora eres la lluvia pasajera que apaga incendios e inunda pueblos. Te anduve buscando como azuzado por un látigo que no deja marca y ahora la marca que tengo es en el pecho. Quiero deshacer tu imagen de mi mente, pero aún queda la imagen que parecías ser y me dejaste creer.
Es tarde para volver a lo que fue. No quedan sino cenizas carbonizadas de lo que no debió empezar. Eres el dulce veneno que no quieres dejar de tomar porque al principio es tan dulce que te entumece la lengua, pero luego te anula por dentro y no puedes expulsarlo porque ya está dentro de ti. Y ya nada vuelve a ser lo mismo, todo lo que pruebas empieza a saberte a arena, sin sabor, sin placer ni algo que te llame la atención aunque sea lo mejor que haya existido y que pueda eliminar el rastro de ese ponzoñoso veneno.

Hilo rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora