Quiero llorar y no puedo, quiero abrir mis ojos y liberar estos sentimientos como un mar de lluvia. Arrancarme la tapa de los sesos y que este pueda vagar solo y sin cadenas, que mi pecho se abra y mi corazón se libere, que respire y pueda amar con todas y cada una de sus rotas piezas, que grite al aire, al viento y al cielo con sus potentes latidos, que ama, que da igual que lo hayan machacado e inundado de falsas ideas, de acciones suaves y tiernas que acabaron siendo espinosas, amargas y traicioneras.
Mis manos no pueden hacer nada, no puedo abrirme el pecho, ni levantarme del cráneo la tapa, solo puedo sujetarlos juntos para que ambos se consuelen separados por mis huesos, vacíos, ligeros y sin relleno.
Y aunque gritar quisiera, estoy sellado por mis labios, deseosos de poder sacarlo, pero aterrados de no poder hacerlo. Quieren contar lo que le mente calla y el corazón sufre latiendo, lo que no escapa del control de la cabeza e inunda el pecho como una avalancha de nieve en la montaña.
Mis ojos ya no pueden hacer nada, están vacíos de las lágrimas que ya no están, que se evaporaron con el ardiente calor de tus tímidos y limitados besos que incitaban a las calderas de mi corazón; ya no ven, pues se quemaron con el intenso brillo que reflejaba tu ser, solo queda de su existencia el hueco, la cuenca por la que debieran navegar mis llantos convertidos en agua salada que no llega al mar.
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Hilo roto
Short StoryEmociones sacadas y escritas para eliminar un veneno que angustia y de vez en cuando hace sufrir