༄ Ojos verdes

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Valerie POV

No entendía nada, ni porque le había seguido el juego a Katherine o por qué fui tan gilipolla al venir de nuevo. Parpadeaba y nada cambiaba, me encontraba en un bucle, donde todas mis acciones erróneas se repetían simultáneamente, dandome a entender que hice mal al venir. Mi cabeza giraba y calculaba ciertas cosas que no me percaté, pensaba en mamá, en Katherine, en mi, en aquellos ojos azules, que me miraron esa tarde con tanta seguridad. No estaba entendido nada en mi cabeza, todo estaba borroso.

— ¿Me estás escuchando? ¿Valerie? — Cuestionaron aquellos ojos grisáceo, fijos en mi.

— No creo que esto sea buena idea ¿Y si cree que soy peligrosa por hacer tantas preguntas? — Me cuestione, pérdida en mis pensamientos, aun no estaba del todo en mi.

— ¿Me estás tomando el pelo? — Suspiró, negando — Tienes una estatura promedio a 1.60 ¿Qué crees que pensará?

— Puede que sea pequeña pero la fuerza menta que tengo es casi la de una persona de 50 años— Puse los ojos en blanco.

— ¿Entonces te consideras vieja? — Entorno los ojos — Valerie, solo entra en ese almacén, finges que te gusta algún producto de maquillaje o crema hidratante, le preguntas al chico ese y entablas una conversación — Lo pronunció con tanta calma que me generó escalofríos.

— Lo dices cómo si fuera tan sencillo — Proteste y la fulminé con la mirada.

— Tú solo entra allí y se tú — Me empujó en dirección al almacén — ¡Vamos! Que si algo sale mal, siempre tenemos el helado de consuelo — Sonrió de lado, dejando en plena vista su hoyuelo.

— ¡Bueno! — Grité cansada de la situación. Giré en mi propio eje y di paso por paso, calmada pero con desconfianza. Tal vez aun tenía tiempo de arrepentirme, irme atrás y correr sin control. Ahora la idea de volver a un almacén para buscar el número de un chico se me hace un poco absurda ¿Quién hace eso en estos días? En lo único que podía pensar era que tenía un cartel gigante en la frente que decía: ¡Perdedora!
Hasta mi subconsciente me decía patética a estas alturas. Pero ya no podía retroceder, me sentiría con inútil por no cumplir mi objetivo.
No sé cómo logré pasar a ese lugar, ni como tomé una base hidratante en mi manos, ni mucho menos cómo le pregunté al chico por el precio y otros detalles que prefiero omitir. Sólo se que me estaba dejando llevar por el impulso, sentía que mi cuerpo actuaba solo, se movía sin ninguna orden y mi cabeza no conectaba, creo que estaba perdida.

༄༄༄༄

— Así que... ¿No tienen delineador líquido? — Giré mi cabeza en su dirección.

— No, se agotó la semana pasada, pero tenemos: delineadores en lápiz, en gel, con sello, con sombra, de ese tipo, pero si quieres puedes encargarlo por aquí mismo — Habló el chico de cabello negro, con un tono ronco y casado, su voz sonaba casi en un susurro — Pagas la mitad del producto y al llegar cancelas el restó — Mostró una sonrisa seca, en una línea prácticamente.

— Ahh... Ok — Sonreí de la manera más falsa posible. Ya no sabía cómo sacarle plática, y no iba a meterme de una a decir: ¡Me das el número de tu amigo! — Bien, gracias — Me giré y seguí viendo los delineadores. Eso Valerie, haste la clienta tranquila.

El chico asintió y se dió la vuelta. Me pude fijar que era alto, mucho más alto que el rubio, caminaba relajado y pausado, y su cabello hacía resaltar su piel blanca, llevaba una camiseta blanca de magas cortas ajustada a su torso, y unos vaqueros negros. Su cabello estaba desordenado, un aspecto que no tome en cuenta el día que lo vi por primera vez.

¿Cómo ibas a presentarle atención? Tu vista estaba fija en el chico moja bragas.

Gracias conciencia, por recordármelo.

— Oye — Llame la atención del chico — ¿Por dónde puedo encargar el delineador?

— En caja, das tus datos y... — El chico no pudo terminar la frase porque desvió su mirada de mí y se centró detrás de mi hombro — ¿Katherine? — Frunció el ceño, acto que imite.

— ¿Alessandro? — Me giré y me encontré con el rostro de aquellos ojos grisáceos que me arrastraron hasta aquí — ¿Qué haces aquí?

El chico no respondió, solo mantuvo la mirada fija en mi amiga, con cierta curiosidad.
Katherine no desasió la mirada, era una competencia.

— ¡Vámonos, Valerie! — Soltó sin dejar de mirar al chico — Ya es tarde — Me tomó la mano y me arrastró como aquel día de las compras.

¿Qué había pasado? ¿Ya se conocían? Pues claro, era evidente. No sabía lo que pasaba, las ideas me pasaban por la cabeza con flash, iban y venía ¿Cómo se conocían? De eso no sabía nada, por la forma en la que se hablaron, se conocían desde hace mucho. Tal vez Katherine conocía a el chico de ojos azules. Lo único que tenía claro, es que ella sabía más de lo que demostraba, y creo que algo de esto tenía que ver de cierta forma con Harrison.

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Katherine POV

Valerie ya se había tardado mucho, llevaba esperando alrededor de 20minutos desde que se fue ¿tanto le costaba entablar una conversación?
Que va... Necesito ir a buscarla.
Durante todo el tiempo que se fue, me mantuve en una cafetería, revisando redes sociales y mirando de un lado a otro, tomando café y esperando.

A continuación me levanté y empecé a caminar al mismo sitio donde había dejado a Valerie. No estaba allí, así que avance unos cuantos pasos más y entre a la tienda. Tenía un ambiente limpio y olía a muchos perfumes combinados. Pase por un pasillo y llegue al final; Valerie se encontraba viendo unos delineados y sin previo aviso se giró y le habló a un chico que se encontraba de espalda, el se giró y pude notar de quién se trataba: Harrison... Alessandro Harrison.

No supe reaccionar, no había empezado el instituto y Valerie ya se encontraba relacionada con ese drogadicto. Jure no permitir que se acercara a el, toda la semana me pase evitando sus preguntas y sacando excusas, desde que la vi, me dije: Puede parecer fuerte, pero no conoce en los problemas que está enredado ese apellido.

Rápidamente apresure mi pasó y me acerqué a ella. El paso de posar su vista en Valerie para centrarse en mi... El ya me conocía, todo el instituto lo hacía, desde aquel día. Me miró y pronunció con voz confusa: ¿Katherine?
Yo me quede inmóvil, viendo aquel rostro que todos conocía como: La mala influencia.

— ¿Alessandro? — Fruncí el ceño, imitando su gesto. En esos escasos minutos, Valerie se giró y me miró confundida —¿Qué haces aquí?

El no constató, en su lugar profundizó su mirada y se quedó allí por un rato.

— ¡Vámonos, Valerie! — Pronuncié viendo aquellos ojos verdes claros — Ya es tarde — Tomé la mano de Valerie y empecé a caminar con pasos largos y rápidos. Ella no protestó en ningún momento, me imagino que se encuentra analizando cada detalle del inesperado encuentro.
Cuando ella me dijo ese nombre de "Alessandro" aquella noche, no pensé en el, mi mente estaba vacía, creo que por eso no pensé en la posible casualidad.

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¡HOLA! Durante esta semana estaré actualizando, hasta llegar a los 10 capítulos o tal vez 12. Espero disfruten este capituló. Adiosss

Prohibido por Harrison ⒸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora