' ' E N C U E N T R O ' ' ; [Trapers - Ships variados]

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Primera semana [ 1/2 ]

Jueves

El despertador sonó varias veces, junto a otros ruidos que parecían venir de la puerta.

Se levantó soltando un quejido, era horrible despertarse así. Se pensó varias veces si ir a la escuela, pero se lo había prometido a su mamá.

Se levantó con pocas ganas, apagando el despertador, escuchando más claros los toques en la puerta, bajo algo fastidiado.

—Ya voy.—Gritó acercándose a la puerta.—

Cuando abrió se llevó una gran sorpresa. Thomas estaba ahí, en su puerta con una cajita de chocolates de esos caros con media sonrisa.

Se sonrojó de la vergüenza al darse cuenta en como había salido.

Su cabello estaba todo desacomodado, venía en una pijama morada de dinosaurio con unas pantuflas de unicornio, estaba seguro que tenía algunas lagañas en los ojos.

La risa de Rusher no se hizo de esperar, no era de burla, era de ternura.

—Espero no haberte despertado, Tiago.—Sonrió tan perfecto como siempre.—

—No no, para nada...Pasa pasa, me iré a cambiar.—

Rusher asintió, entrando a la casa. No era como esperaba, aunque vivía en un barrio "Cheto" la casa era bastante promedio a diferencia de las demás, tomo asiento esperando al morocho.

Tiago ni siquiera le había preguntado de su presencia ahí en su casa a horas muy tempranas, estaba bastante nervioso y lo pudo notar cuando subió las escaleras sin dejar de verlo y tropezó cuando llegó al último escalón.

La verdad era que quería conquistar a Tiago, olvidó por completo que sus motivos de hacer aquella joda en casa de Valentín era para chaparselo, pero despues llegó aquella morocha hermosa, alta y bien definida físicamente.

La cuál lo confundió con un cordobés por su acento, era bastante tierna. Decidió que con ella quería una relación seria, le costó tiempo aceptarlo pero si, la quería a ella... Quería a María Becerra.

Aún así, quería darse su último polvo, ese sería Tiago, pues el era bastante lindo, no lo negaba y jamás lo haría, sería un último buen polvo.

Pasaron unos minutos y Tiago bajo, hermoso como siempre, pensó Rusher, viendo el color de la playera de Tiago...

A María le quedaría hermoso ese color.

—Uh wacho, si vas a la escuela no a una boda.—Sonrió coqueto.—Que bien te ves.—

Tiago rió nerviosamente, sintiendo como su corazón se aceleraba tanto que creía que en cualquier momento tendría un paro cardíaco.

—Re atrevido.—Alargó la "o" fingiendo impresión, tratando de ocultar sus nervios.—Dale, vámonos, quedé en pasar por Pau.—

Tobar asintió, ya fuera de la casa tocó el hombro de Tiago, quién se iba a adelantar para guiar a Thomas.

—Tengo auto, vení.—Tomó la mano del azabache con toda la intención posible.—Por cierto, estos son para ti.—Extendió los chocolates, los cuales Tiago acepto con pena.—

Ya en el auto, puso una de sus manos en la pierna de Pacheco, acariciándola lentamente por momentos mientras conducía.

No hablaban, solo sonaba la radio del auto. Una canción en específico empezó a sonar.

Una de las favoritas de Tiago.

Heather - Conan Gray

La canción le gustaba, la verdad entendía la letra pero jamás llegó a sentirse mal por escucharla al nunca sentir el sentimiento de la canción.