' ' E N C U E N T R O ' ' ; [Trapers - Ships variados]

008

Talló sus ojos varias veces mientras que despertaba, el despertador sonaba varias veces.

Frunció el ceño, no recordaba haber puesto el aparato. Lo apagó sintiendose menos cansado que siempre, le hizo bien comer algo el día anterior.

El olor a algo quemándose lo descoloco, poniéndolo alerta al mismo tiempo, bajo corriendo las escaleras para encontrarse una escena que no se le olvidará.

Daniel estaba tratando de apagar el fuego de una al parecer milanesa que estaba haciendo, saltaba y pegaba con uno de sus suéteres.

Que buen comienzo del día, lo hizo sonreír un poco sin darse cuenta. Llego a la cocina para llenar una taza con agua del grifo, así la lanzo a la milanesa, apagandola al instante.

—Oh...Buenos días Manu, andaba intentando cocinar, pero se me pasó el aceite y se quemó todo.—Ribba hizo un puchero, dándole un abrazo a Vainstein, el cual no correspondió pero no se apartó.—

—Buenos días.—Limitó su respuesta para sentarse en el comedor, estresado.—

—Hoy volvés al cole.—Dijo Daniel, sacando un plato con una milanesa bien cocinada a diferencia de la anterior.—

—¿Qué?—Preguntó en seco, mirando de mala forma a Daniel.—

Decir que no se asustó al ver la nueva fuerza e intimidación que le causaba la forma en que lo miraba Manuel sería mentira. Su mirada se notaba más fría que antes. Aún así, no se echó para atrás.

—Si, llevas una semana sin ir, Manuel.—Negó.—Tenés que ir, te darán de baja.—

No pudo refutar ante el comentario, sabía que era verdad, pero aún no se sentía listo. No estaba de humor para lidiar con 30 monos en un aula, contando a sus amigos porque si, podrían ser muy escandalosos y repitiendo; No estaba de humor para eso.

Ya no estaba de humor para nada.

—Come y anda a cambiarte.—Ordenó serio.—

No tenía ganas de contradecir a Daniel, cuando el decía algo se tenía que hacer, si no, se enojaba o insistía para lograrlo.

Comió un poco, no tenía mucha hambre a esa hora, así que se iría a cambiar.

—Vos no te moves de ahí hasta que te acabes todo, Manuel.—Daniel lo detuvo, con su mirada retadora.—

Bufó fuertemente para volver a comer, acabándose todo de una, sintiéndose más que lleno.

—Muy bien, después te doy una estrellita.—Bromeó Ribba.—

Rodó los ojos sin encontrar la gracia, antes seguramente estaría sonriendo como un tonto por aquella broma.

Subió las escaleras para cambiarse, no era algo usual a lo que se ponía, solo se puso un buzo blanco, gorra blanca igual, con un pantalón de mezclilla azul marino.

Bajo sin mucho ánimo, viendo a Daniel terminar de lavar los trastes.

—Vamonos, Paulo viene por nosotros.—

Como si lo hubiera invocado, la bocina de un auto sonó varias veces, era su clara señal para salir.

Así lo hicieron, encontrándose al rubio con una sonrisa radiante, esperando a sus amigos.

Manuel se subió en los asientos traseros mientras que Daniel lo hizo en el asiento copiloto. Hablaban animadamente, esperando contagiar su energía al más chico, cosa que no lograron.

En la escuela, los esperaban los chicos con algunas cosas que le gustaban a Manuel, unos libros, un café extraído de colombia el cual le había costado bastante a Paulo conseguir, con otras cosas.