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Hoshi no lo soltó por dos horas completas, ni siquiera para ponerse a dormir, aun cuando sus ojitos se estuvieran cerrando por el sueño. Sin embargo, se sentía tan feliz de estar en los brazos de su mami, que no podía evitarlo, y temía cerrar los ojos para luego despertar y no encontrarlo.
Jeonghan le acarició el cabello, sonriendo a pesar de todo, tratando de no pensar en el hecho de que Joshua estaba frente a él con una mirada calculadora.
— Te amo, te amo, te amo... —canturreó Hoshi, sin dejar de aferrarse a su cuello y frotando sus cabellos contra el cuello de Jeonghan.
El omega le dio varios besos en la frente, pero antes de poder hablar, Joshua se le adelantó:
— Huyamos. —le dijo en voz baja, llamando su atención. Jeonghan le miró bruscamente, poniendo una expresión de sorpresa en su rostro —. Vámonos, Hannie, podemos irnos a otro lado y...
— ¿Podemos? —preguntó con tono helado —. Ya no hay un nosotros, Joshua. Nunca más habrá un nosotros.
Hoshi se quedó en silencio, sin voltearse, sólo abrazándolo por el cuello, y Jeonghan se puso de pie. Miró por la ventana, observando el auto de Mingyu estacionado fuera, todavía esperándolo, y algo se crispó en su interior.
— Jeonghan...
— Me engañaste. —su voz se quebró, pero se obligó a permanecer firme a pesar del dolor lacerante en su interior —. Te acostaste con mi hermana y la dejaste embarazada. Me mentiste. Pensaste que no iba a darme cuenta y lo ocultaste... —se giró, mirándolo, y notó los ojos llorosos de Joshua —. Pero lo peor de todo es que rompiste tu promesa, Joshua. No protegiste a Hoshi. Te lo... te entregué mi confianza, te di todo lo que tenía, y no pudiste protegernos a los dos. —dio un paso, titubeante —. Por favor, por favor, marca a Yerin y devuélveme a Hoshi.
Joshua sacudió la cabeza, tratando de contenerse para no abrazar a Jeonghan y decirle lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo necesitaba, porque sabía que eso sólo empeoraría las cosas.
Una parte suya, esa parte racional, quería asentir y obedecer, prometerle marcar esa misma noche a Yerin, pero su alfa interno se volvía loco con la imagen de enterrar sus dientes en el cuello de otra persona que no fuera Jeonghan.
Joshua no se veía capaz de marcar a otro omega, sin embargo...
Sin embargo, ¿no consideraba también que engañar a Jeonghan era algo que no podía hacer? Pero lo hizo, se acostó con otra omega y provocó todo ese desastre.
— ¿Eso es lo que quieres? —preguntó con la voz llena de sufrimiento.
Jeonghan soltó un sollozo bajo, sintiendo su marca arder con el pensamiento de que Joshua rompiera el enlace, sin embargo, ¿qué otra cosa podía hacer? Yerin lo tenía entre la espada y la pared.
