Parte 32: Promesa

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-¡Si quiero!... ¡Si voy a ser tú esposa!-. Le dije para calmarla, aunque yo estaría encantada de decir que esta rubia es mi esposa

-Hmmm- Gimió y comenzó a soltar una risita mientras negaba con la cabeza.

Definitivamente esto no iba nada bien.

-Sabes Perez Ashley,- Se puso seria, clavando su mirada en la mía. Puedo jurar que mis pies ya se estaban convirtiendo en gelatina. -eso que dijiste sonó desesperado, nada honesto-. ¿Uh?

Vi como sus ojos comenzaban a dilatarse, su agarre en mis manos se intensificaba, en su cara se iba haciendo una sonrisa muy macabra.

-¿Joy?

-Quizá  si fue desesperación- le susurré- ¿me vas a castigar?- intente besarle pero se apartó aun sonriendo

Me soltó las manos y lentamente, se desamarró el nudo de la manta que le cubría el torso.

Oh. Por. Dios... Sus pechos... sus hermosos pechos. Míos... míos y solo míos.

Me pasé la lengua por los labios de solo recordar que hace unos momentos los tenía y los saboreaba dentro de mi boca. ¡Eran mi perdición!

-Jo...Joy-apenas pude decir

-Ash- Me agarró la barbilla fuerte y me obligó a mirarla. -Promete que nos casaremos algún día y veras a estas dos -señaló sus pechos- el resto de tu vida

Dios mío, eso era una tentación para casarme ¡Hoy mismo si quería!

-Yo, mmmm...-intenté bajar la mirada para disfrutar de las vistas pero no me dejó- Por Dios Joy.... aun somos muy jóvenes

-Es eso? O no quieres casarte conmigo? -Pude ver la decepción en su mirada

No tengo idea de donde saqué la fuerza, pero omití mi excitación para alejarme y tomarla por los hombros para sentarnos en la cama

Me alejé un poco de ella, llevé mis manos a mi cuello y me desabroché la cadenita que tenía allí. Ese era el recuerdo más preciado que me había dejado mi madre. El que desde hace ocho años llevaba conmigo.

-No nos casaremos Joy, no aún- Le sonreí -Pero sé que lo haremos en un futuro, eso te lo aseguro-. Le di un guiño y noté como sus mejillas se iban tiñendo de rosa. Hermosa como siempre. -Por eso quiero que lleves esto-. Le mostré la cadenita -Era de mi mamá, me la dio unos días antes de... morir- Mi voz se entrecortó, y no pude evitar que mis ojos se colocaran llorosos. Ella me abrazó por el cuello e hizo que recostara la cabeza en su pecho. -Es lo más preciado que tengo de ella, y lo he cuidado como un tesoro toda mi vida-.

-Lo sé- Me contestó con una voz débil.

-Ahora quiero que lo tengas tú- Le dije separándome. Ella me miró extrañada pero no le expliqué nada, solo le puse la cadenita en el cuello, sin todavía abrocharla. -No será mañana, ni esta semana, ni la siguiente pero algún día serás mi esposa, Joy. Y con esto- Junté ambos lados de la cadena y la abroché, haciendo sonar un click -cerramos el trato- Le dije y volví a sonreírle.

Ella me devolvió la sonrisa pero segundos después, comenzó a soltar sollozos, sacudía la cabeza ligeramente, parecía que se estuviera ahogando o tuviera hipo.

Solté una risa bastante audible porque sabía que estaba a punto de llorar.

Le froté ambos brazos para darle calidez, y finalmente, de sus dos medias lunas comenzaron a salir unas lagrimitas.

-Aww bebé. Ven aquí- La atraje a mí, abrazándola tan fuerte como podía.

Ella trató de decirme algo, pero simplemente sus lágrimas no la dejaban.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2023 ⏰

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Cariño, soy tu novia / Adaptación [JOYLEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora