Hazlo conmigo

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Luego de llegar de una fiesta de unos amigos en común, ambos fueron a casa de Miles para quedarse a dormir ahí.

Los dos estaban un poco tomados por lo tanto chocaron con los escalones para subir, Río no se encontraba en casa pues estaba de visita en Puerto Rico.

Ambos subían riéndose de cosas que en verdad no daban gracia, pero al estar tomados todo les causaba risa.

Haimi dejó sus tacones aún lado de la cama y fue al baño mientras Miles conecto los celulares para luego acostarse en su cama y taparse los ojos con su antebrazo.

Cuando la chica salió del baño se fijó en su novio acostado con los pies fuera de la cama, siguió subiendo su mirada hasta que la posó en la entrepierna de Miles, a quien se le marcaba al tener unos pantalones ajustados.

Haimi inconscientemente se lamió los labio, desde hace rato que le tenía unas ganas a Miles.

Acercándose de forma lenta y peligrosa se agachó al frente de el mientras subías sus manos por los muslos bien formados de su novio.

Miles quito los brazos cuando siento las manos de su novia manosearle los muslos, alzó un poco su cuerpo para observarle, esta tenía lujuria en su mirada, algo que lo hizo erizarse.

-¿Que tienes pensado hacer, ma'?-pregunto cuando Haimi puso una de sus manos en su entrepierna.

La chica no dijo nada y desabrocho el pantalón, Miles se dio cuenta de lo que iba hacer así que sin preguntar más la ayudo en bajar su ropa para que fuera más fácil.

Haimi masajeo por encima de la ropa interior aquel miembro, mirando como Miles reaccionaba a sus movimientos y soltaba suspiros entre cortados.

Cuando vio que el pene estaba duro lo saco de aquella prisión, nuevamente lamió sus labios para tomar con su boca la polla de su novio, este la miró con los ojos entre cerrados a causa del placer.

Hecho su cabeza hacia atrás mientras tomaba el cabello de Haimi y lo apretaba un poco para ayudarla a bajar. La caliente boca de su novia era el mismo infierno, su lengua hacía maravillas con su pene y eso tenía a Miles loco.

Los sonidos obscenos que salían de la boca de Haimi lo ponían más caliente. La chica se separó y terminó de quitar aquella ropa molesta hasta quedar, de la parte de abajo, desnudo.

Retomando nuevamente su acción metió el pene de Miles para seguir con su trabajo.

Estaba vez succionó la punta de una manera que hizo que el cuerpo de Miles diera una sacudida de placer, de repente se comenzaron a escuchar jadeos y gemidos retenidos por parte del moreno.

El hombre miró con un ojo, mientras el otro lo tenía cerrado, a Haimi, quien estaba concentrada haciendo su trabajo.

-Mírame-ordeno Miles jadeando.

Haimi lo miró al instante, ahuecando su mejilla con la punta del pene. Aquella mirada hizo muchas cosas en Miles, por lo tanto acomodó bien los cabello de su novia para tomarlos y con rapidez bajar y subir la cabeza da Haimi.

La joven relajó la garganta para que el miembro de su novio bajara hasta el fondo y no le diera arcadas. El sonido de la saliva y los jadeos de Miles era todo lo que se escuchaba en esa habitación.

Los ojos de Haimi se llenaron de lágrimas cuando Miles comenzó a follar su boca con rapidez. Mientras el follaba su boca, tomó con una mano las bolas de su novio para amasarlas y proporcionarles más placer.

Miles dejó de joder la boca de Haimi para que esta terminara de hacerle la mamada.

Ahora que tenía el poder, con sus dos manos tomó lo que no podía tomar con su boca para así mover de arriba a bajo junto con su boca.

One shots [Miles G. Morales 42]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora