Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓

Capítulo 24

Ted.

Abro la puerta que está al final de la escalera del túnel en el que llevamos varios minutos. Siendo honestos, nunca pensé que le haría caso a Sam en algo así, pero aquí estamos. Lo que hace tener hambre. Además, estoy preocupado por Rosaline, creo que está embarazada y no ha comido nada desde ayer, no sería un buen padre si no me preocupara, por eso accedí al plan.

Al salir me encuentro de cara en una de las habitaciones del lugar, no es la mía, así que no sé cuál es. Veo el lugar lentamente buscando alguna cosa que pueda dañarnos. Por suerte, no la hay. Creo que hemos gastado nuestra suerte de un mes.

Los demás salen del túnel y hacen lo mismo que yo. Intento pensar en hacer una barricada en la puerta, no sabemos si el hombre sombra nos puede percibir aquí y venir. En la biblioteca estábamos a salvo por lo que hizo Addy, pero no tenemos a Addy con nosotros en este momento para que nos ayude, tenemos que pensar en cómo hacerlo nosotros mismos.

—¿De quién es la habitación? –Pregunta Rosaline.

—Es la nuestra, tuvimos suerte de caer aquí. –Responde Sam. Olvídenlo, gastamos nuestra suerte de dos meses.

—¿Ahora qué hacemos? –Pregunto a nadie en particular, cualquier respuesta de cualquiera será válida.

—Es obvio que no podemos andar por ahí con el hombre sombra ahí suelto, creo que debemos seguir usando los túneles, tal vez con ellos lleguemos a la cocina o cerca de la cocina.

—Eso es una buena idea, Sam. Podríamos ir tú y yo, ellas se pueden quedar aquí mientras vamos y les buscamos comida. – Espero que alguna de las dos se queje, pero están tan cansadas que prefieren que vayamos nosotros, se nota en el rostro de ambas que quieren ir a acostarse en la cama.

—Bueno, como no hay objeciones, nos iremos ya –Sam empieza a moverse en su habitación buscando cosas, lo veo sacar un bolso de uno de los cajones para luego lanzármelo a mí –. Ted, muévete debemos dejar esta habitación segura para ellas, yo creo que puedo congelar la puerta y tú puedes mover el armario a la puerta. Creo que eso debería bastar.

Empezamos a trabajar para tener la habitación segura, aparentemente a eso se ha reducido nuestras vidas. De herederos que cumplían con sus deberes a chicos que tienen que cuidar su vida de una criatura de la que nadie sabe absolutamente nada.

Al terminar, me acerco a Rosaline, debo dejarla bien, aún no sé si está esperando un hijo, le iba a preguntar a Addy si podía saberlo, pero no nos dio tiempo. Por ahora, solo me queda esperar que ella esté bien; si está bien, nuestro hijo también lo estará.

—¿Cómo estás, cariño? –Le pregunto con dulzura.

—Estoy bien, Ted, no te preocupes por mí. – Me regala esa sonrisa que lleva rato gustándome, a pesar de que no llevamos mucho tiempo conociéndonos, pero se siente como si lleváramos toda la vida juntos.

—¿Qué quieres que te traiga? –Pregunto con una sonrisa.

—Oh, trae mucha comida y agua, eso me haría muy feliz. –Río suavemente al escucharla.

—Está bien, traeré toda la comida que Sam y yo podamos cargar. Intenta descansar. –Ella me asiente.

No quiero dejarla, pero tengo qué. Sam me llama para que me apresure, supongo que mientras más rápido vayamos, más rápido volveremos.

Antes de que pueda entrar al túnel de nuevo, Sam se voltea:

—Alma, en el baño hay agua, si ves que la cosa se pone fea mientras no estamos, haz una barrera de agua y entren al túnel y corran hacia la biblioteca. Dejen una almohada apoyada en la puerta del otro lado, así nosotros sabremos que no debemos abrir la puerta e iremos a la biblioteca. Por favor, cuídense mucho. –Se voltea y me hace una señal para que camine.