Justo donde me dejaste

Soy un personaje sin autor

Luc:

Lola abre su puerta con una cara de que sabe que es lo que está pasando, todo en ella es como una poesía de compasión, no tengo control en como sentirme en este momento y si pudiera cambiarlo o cambiar mis emociones a este sabría a donde ir o que aceptar.
Pero como es de esperarse, estoy recostando mi cabeza sobre su pecho y comienzo a llorar sin importarme lo transitada que está la calle y que todos puedan ver a su chico perfecto destruido por algo que nadie sabe y que pronto comenzaran a averiguar, o lo más probable crear ideas falsas como el que una de las hijas del presidente rompió conmigo y por eso estoy triste.

No nos toma mucho tiempo llegar a la parte trasera de la casa de Lola donde hay una pequeña pérgola donde hay sillones y muchos juegos de mesa y solo quiero sentarme ahí y ver como el tiempo pasa o muere.
No digo nada, nos quedamos en silencio, ella solo me soba la cabeza y dice que pronto pasara lo peor, pero que no me deje pisotear.
Yo solo lloro cada vez más hasta que ella va a traerme un vaso con agua y veo como aparece Tomás por la ventana de la cocina que da al patio y él solo llega a mi lado y siento como si tuviera miedo o está impresionado de verme así, a lo que le doy una pequeña sonrisa como para decirle que estoy bien y no necesito compasión, pero él lo entiende tan bien que solo me dice: ¨ Llamare a Joe¨ y no digo que no y que si, él tiene razón.

Necesito a Joe en este momento.

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Joe:

Mi mente está en mil cosas y que mi papá me llame ¨maricon¨ con todos sus amigos no es lo que más me enoja o incómoda, al fin y al cabo me siento acostumbrado a ser el que más odia mi papá y al que siempre culparan.
Pero proteger a mi mamá está en mí desde hace mucho, desde que vi como mi mamá se rompía por dentro para que nadie se enterará de que mi papá le era infiel.
O como cubría sus moretones cada semana que mi papá venía borracho a casa y la llamaba ¨ mujer gorda, inservible y le pegaba

No es algo que un niño de 13 años quiera recordar, y menos saber que tuvo que meter cartas en el asunto cuando este amenazo con un cuchillo a su mamá y el único que estaba cerca para proteger fui yo y le di a mi papá con un sartén en la cabeza y lo deje inconsciente para qué dejará a mi mamá en paz.

Esto solo lo sabemos los 3, mis hermanos morirían al saber que paso eso y no nos creerían a mi mamá y a mí.
Y honestamente eso es suficiente, mi papá al menos puede tener a 2 tipos más felices porque él sea su papá, suficiente con alguien que lo odie tanto como yo.

Si por mí fuera mi papá podría irse muy lejos con Andrea y dejarnos en paz, no es el millonario del que dependemos, al contrario, mi mamá gana más que él, pero por temas de dinero decide que su cheque sea pequeño al compararlo con mi papá para no indemnizarlo si pasa algo, y entonces invierte en McDonald's.
El dinero no es lo que nos ata a estar con él, pienso que es mi mamá aferrándose a la idea de que él puede cambiar, del que dirán, o simplemente quiere que mis hermanos sigan amándola y no la dejen por creer que ella fue una loca al dejar a mi papá.

El tono de llamada de mi teléfono me saca de mis pensamientos y sin creerlo contesto y solo espero que sea Luc para decirme que huyamos del país o no sé que salgamos a un lugar y así despejarme.

Mi sorpresa es quien me habla:

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Tomás: Luc está mal

Joe: ¿Está enfermo o en el hospital?

Tomás: Claro que no, solo está llorando

Joe: Es por esos malditos

Tomás: Solo sé que andamos donde Lola y él quiere verte

Joe: Dile que llego en 15 minutos.

Tomás: No manejes rápido.

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Llego a la casa de Lola y me encuentro con ella en la entrada a la casa con una bata lista para decirme: ¨ Tomás y yo nos iremos y los dejaremos solos. Es tu turno capitán, no dejes que caiga.¨

Sé que será un momento para redimirme, pero aún más, es mi momento para ser su hombro y volver a darle un poco de lo que me ha dado como cuando éramos 2 chicos risueños con el pelo alborotado, que ahora pasan las noches llorando.

Lo veo en un sillón con las piernas cruzándose en él y abrazándolo.

No digo nada, solo llego con él a su lado y lo abrazo y como si nada sus lágrimas caen en mí y dejo que saque todo lo que él pueda decir.

Al cabo de unos minutos me dice: ¨No quiero ser el príncipe del país de las mentiras.¨
Y solo me quedo ahí.

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Luc:

Me despierto en la oscuridad, en una habitación que no reconocería si no fuera, porque vivo aquí cada vez que alguno de mis familiares vienen de visita. 

Mi sorpresa fue encender una luz de mesa y ver que Joe estaba en el sillón de al lado, no me tome molestia en pensar porque estaba ahí.

Tomo mi teléfono y veo 16 llamadas perdidas de mi mamá, así que decido bajar a la cocina para no despertar a Joe y así puedo también ordenar mis ideas. Que aunque diga que no me importa porque estaba ahí, sí que quiero saber que le voy a decir luego de que me vio en esas crisis que casi nunca me dan.

Bajo las gradas y puedo ver a Joy en la cocina, Joy es la mamá de Lola, son una fotocopia ellas 2, siempre he creído que son hermanas o algo así, pues para ser honestos Joy se ve demasiado joven.

Espero en el marco de la puerta a que ella se vaya, pero simplemente escucho un suspiro de ella y comienza nuestra charla: