Capitulo 11

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ANASTACIA HARTH 

su mirada punzante estaba sobre mi pero no decía nada, ni un sonido o algún gesto pero no pasaba nada

— stefan — comencé — se que estas molesto pero yo 

— porque lo dejaste acercarse a ti — interrumpió 

— el apareció de repente — me defendí pero el no se inmuto solo me miraba    

— porque lo defendiste? — pregunto acercándose a mi y yo retrocedi 

— Stefan

— responde — me sorprendió el tono de voz, el jamás había usado ese tipo de tono conmigo

— porque te comportas así? — pregunte casi molesta

—porque odio la idea de verte con el en esta oficina — mi paciencia en ese momento había desaparecido así que respire hondo y lo mire directamente a los ojos

— stefan los de la oficina estaban mirando y no quería una pelea en mi oficina a plena hora laboral qué esperabas que hiciera? — reprendí y el solo me miro sorprendido 

— Ana

— no — interrumpí y el apretó su mano en el aire — ahora quiero trabajar — el tono de mi voz era rígido y sin ninguna gota de dulzura

El solo me miraba sin decir nada

— regresa a tu palacio y dejame pensar las cosas — murmure

— Ana

— por una vez has lo que te digo Stefan o no seré capaz de abrirte la puerta de mi casa otra vez — amenaze y el se detuvo en seco pero luego suspiro y se acerco lentamente a mi

Agarro mi mano suavemente y suspiro

— eso no ana, puedes pedirme lo que sea menos irme de tu lado

— Stefan

— por favor — suplico — se que acabo de cometer un error pero por favor no me alejes — murmuró con la cabeza baja

Suspire y me libre de su agarre

— si no te vas tu, me voy yo — dije agarrando mi bolso y salí de la oficina

— Ana espera — escuche decir pero no voltee — anastasia regresa aun no e terminado de hablar

— pues yo si! — grite y me dirigi a mi auto sin mirar atrás

Llegue a mi casa y cerré las puertas y ventanas porque estaba harta de todo

Matrimonio, divorcio, peleas, accionistas, ser perfecta todo el tiempo

Ya no puedo con tanta carga...

Camine hacia mi habitación cuando comencé a sentirme mareada y débil, sentía que ya no podía mantenerme de pie y de un momento a otro todo se volvio oscuro....

Abrí los ojos y escuche un sollozo silencioso, voltee y vi a Stefan llorar mientras tomaba mi mano, note que ya no estaba en mi casa si no en una habitación de hospital. Estaba confundida

— Stefan.... Que paso? — pregunte y el levanto la mirada, sus ojeras eran notables y su ropa es diferente a la que suele usar

Camisa gris y un pantalón de mezclilla y tenis, su cabello despeinado pero lo que más me dolió fue ver sus preciosos ojos verdes llorar

— Ana.... Gracias a Dios estas bien — murmuró entre sollozos — porque cerraste las puertas y ventanas? — pregunto

— quería estar sola — admiti

— Ana... No sabes el miedo que tenia cuando no contestaba el teléfono, intente abrir las puertas pero ninguna abría — mire su mano, estaba vendada — tuve que romper la ventana de la cocina — lo mire — no te preocupes no es la ventana de la rosa — dijo con una sonrisa triste — el verte en el piso y no respondías me hizo perder la cabeza — sollozo

— no se que me paso pero no te preocupes que ya estoy bien — murmure

— Ana estuviste 2 semanas en coma — abrí los ojos sorprendida

— dos semanas? — pregunte con voz temblorosa y el asintió

— el maldito de Robert puso algo en tu bebida, llame a los mejores médicos de Europa para que busquen qué pusieron en tu bebida — yo estaba por decir algo cuando un doctor entro y lo llamo

Que esta pasando?

STEFAN RINALDI

— su alteza real — dijo reverenciandose — descubrimos lo que pusieron en la bebida de la señorita harth — lo mire — afortunadamente no es grave y no daño de ninguna forma a la joven pero la bebida fue mezclada con una droga qué hace qué la persona se debilite — suspire aliviado

— pero para que objetivo le pusieron esa droga? — murmure

— esa droga usualmente las encontramos con las jóvenes rescatadas de secuestros

— me esta diciendo que esto fue un intento de secuestro? — pregunte

— es probable alteza — me pase una mano por el cabello

— llama a mi guardia personal — el asintió y se fue

Maldita sea...

Estas dos semanas han sido las peores de toda mi vida, el ver a mi rosa en esa cama sin moverse fue una pesadilla

No pude ver sus hermosos ojos mirarme y no podía escuchar su melodiosa voz llamarme, mi luz estuvo a punto de acabarse

Mi corazón quería morir cuando ella no despertaba, mi bella reina al fin esta a salvo

Sentía que si ella no despertaba iba a volverme loco

— me mando a llamar su alteza — llamo mi guarda

— si.... Quiero que dobles la seguridad y cuiden de mi reina, si algo le llega a pasar ustedes perderán la vida quedo claro? — advertí

— como ordene alteza

El se fue y entre la habitación, Ana estaba mirando hacia los alrededores. Me acerque lentamente y agarre su mano

— es un alivio poder ver tu hermosos ojos mi bella rosa — murmure y mis lágrimas comenzaron a caer sobre mis mejillas

— porque estas llorando? — pregunto

— perdón por enojarme ese día — solloce — te juro que no lo volveré a hacer — ella acarició mi cabello

— Stefan respira — susurro — eso ya pasó — levante la mirada — aquí estoy y no volveré a irme de acuerdo? — la abrace suavemente y ella suspiro

— prometes no irte y no cerrar las puertas así otra vez? — ella se rio ligeramente y asintió

— no volveré a hacerlo, lo prometo — susurro

No se como pero con sus caricias me quede completamente dormido en sus brazos, por primera vez en dos semanas sentía paz y tenía la seguridad que al despertar ella estará a mi lado sonriendo y mirándome con sus preciosos ojos

Esta vez no volveré a cometer un error porque se que Robert esta planeado hacerle algo y no permitire qué le hagan daño

No otra vez...

a los pies del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora