Capitulo 16

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STEFAN RINALDI

yo estaba en la cocina pensando en que cocinar para el almuerzo cuando Sr. Santigo entro mirándome con curiosidad

— problemas para decidir que cocinar? — sonreí

— si. Un poco — admiti

— puedo ayudarte si lo deseas — ofreció

— sería un honor — asegure y el jalo sus mangas

— tengo una receta que yo solía prepararle a mi esposa cuando no sabía que cocinar, nunca falla — dijo lavándose las manos — listo? — pregunto

— por supuesto — asegure y me acerque a ayudarlo

La receta era de fideos en crema con pechuga de pollo frito, no fue difícil de hacer pero hubieron varios ingredientes que yo no sabía que se podían combinar. Miraba con admiracion y algo de emoción a él Sr. Santiago

— usted realmente es un gran cocinero — dije oliendo el maravilloso aroma de los fideos

— no es la gran cosa, mi esposa solía amar esta comida — dijo antes de suspirar  — ella murió hace dos años, ella amaba mucho a anastasia y al igual que yo detestaba a Robert, ella sabía que Ana merecía a alguien mejor que él y ahora que te veo al lado de mi niña se que no se equivoco — me miró — el padre de Ana siempre fue frío pero amaba a Ana hasta que...... Ana supo que el engañaba a su madre con su secretaria — bajo la mirada — desde ese día Ana no a vuelto a ver a su padre y el aun esta destrozado. El adora a Ana, no lo voy a salvar por su infidelidad porque su esposa también le es infiel y Ana va a decírselo pero esta esperando el momento.

Yo suspire y me sentí mal por Ana, ella ama a su abuelo y adoraba a su abuela

— pero. Porque me cuenta esto? — el acaricio mi hombro

— porque eres el único en el que se que Ana estará a salvo — dijo con voz suave — se que la harás muy feliz — estaba conmovido

— hola, ya llegue! — escuche decir de Ana que entraba

— la reina de la casa llego — dijo el Sr. Santiago antes de ir a recibir a Ana

Yo suspire y apenas me acerque Ana sonrió y se acerco a abrazarme

Era la mejor vista del día

— tuviste un buen día? — le pregunte con voz suave y ella sonrió

— si — dijo antes de besar mi mejilla

Fuimos al comedor y durante el almuerzo el abuelo nos miro

— cuando le propondras matrimonio a mi nieta? — Ana se atraganto con la limonada y tosió, yo le di un pañuelo mientras me sonrojaba

— aun no es el momento, pero pronto lo haré abuelo — digo con seguridad y el sonrió

— eso espero porque yo quiero bisnietos

— abuelo! — chillo Ana y el sonrió

Esa semana la felicidad de Ana aumento incluso después de que su abuelo se fuera ya que tenía cosas que hacer en su invernadero y no quería seguir descuidando sus hortalizas

Pasaron las semanas y llego diciembre. Ana fue la más emocionada al comenzar a decorar la casa, la decoración se la casa eran colores azules, rojos, verdes, dorados y plateados sin mencionar la pedrería que de uso en la decoración. Lo que más le gusto a Ana fue devorar el árbol

Veia su emoción al decorar y poner luces al árbol, decoro el jardín haciéndolo como si fuera un jardín navideño

— es necesario mi amor? — pregunto mirando el jardín lleno de renos y un santa infable con muchos regalos en un trineo, galletas de jenjibre con sobreros navideños. Mire a Ana que estaba ilusionada

— es lo mínimo que pude hacer — dijo con emoción y yo le di una risa suave antes de abrazarla.

Finalmente llego navidad, el abuelo llego sin falta el día 24. Ana estuvo todo el día en la cocina sin dejar que nadie más que el guardaespaldas del abuelo entrará.

Mientras ellos cocinaban, yo jugaba cartas y varios juegos de mesa hasta incluso fuimos a jugar golf para matar el tiempo con el abuelo hasta llegar a la noche

— ana? — pregunte entrando con el abuelo a la mansión, ella bajaba las escaleras con un hermoso vestido con el corpiño blanco y la falda azul, se veía más hermosa que de costumbre — te ves maravillosa — dije embobado

— es tu color favorito entonces decidí usarlo para ti — dijo desviando la mirada sonrojada y yo sonreí antes de ir a besar su frente

— este es el mejor regalo de navidad — le susurre y el abuelo sonrió

— lamento interrumpir este momento de dulzura pero podemos cenar? Es que tengo hambre después de jugar golf con mi nieto político — interrumpio y ella asintió

— la comida esta sobre la mesa jefe — dijo el guardaespaldas del abuelo

Nos fuimos al comedor y fuimos recibidos con una cena magnífica, toda la cena estaba Llena de risas y buena música.

El abuelo se fue a dormir porque ya era demasiado tarde mientras que Ana y yo estábamos en el gran ventanal del último piso de la mansión mirando los fuegos artificiales a lo lejos cubriéndonos con una manta tomando una taza de chocolate caliente con malvaviscos y galletas con chispas de chocolate

Sentir esa sensación era maravillosa

— sabes, jamás crei que llegaría a sentirme así — comenzó — la primera navidad que pase con Robert no fue nada buena, el no quería hablar conmigo y ese día se durmió sin decir nada. Yo solo miraba los fuegos artificiales mientras las lágrimas caían por mis mejillas, era un sentimiento muy doloroso — dijo antes de suspirar

Juro que si ese imbécil vuelve a acercarse lo haré pagar por todas las lágrimas que hizo derramar a mi preciosa Ana

Bese si cabeza y sonreí calmado para luego abrazarla suavemente

— eso fue antes, ahora yo estoy aquí y jamás me iré, puedes odiarme y desear que muera algún día pero te prometo que jamás voy a dejarte sola — prometi y ella sonrió acurrucandose en mi cuello

— jamás voy a odiarte no desear que mueras, nunca — murmuró

Ella enserio me atrapó...

a los pies del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora