Capitulo 12

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ANASTASIA HARTH

unos días después me dieron de alta en el hospital y stefan no se a despegado de mi en todo ese tiempo, me daba de comer 

a pesar de que podía levantar el tenedor 

el estuvo muy atento a mi y no paraba de preguntarme como estaba  

— ana estas bien? no te duele nada? 

yo negué divertida

— que es tan gracioso? — pregunto con el ceño fruncido 

— te estas preocupando de mas stefan no sufrí un accidente solo me desmaye

— estuviste en coma

— es lo mismo

— no, no lo es Ana

— stefan estoy bien — dije tomando su rostro en mis manos — no te preocupes aquí estoy — susurre y el me miro con los ojos cristalizados 

— no vuelvas a hacerme eso porfavor — suplico y soltó una lagrima — te pondré seguridad para que esto no vuelva a pasar porque si te pierdo juro que perderé la cabeza — murmuro

— si eso logra calmarte no me opondré a la seguridad — asegure con una sonrisa

— gracias — susurro

Desde ese día e tendido dos guardaespaldas, dan y José que siempre están a mi lado

— señorita Harth necesita algo? —pregunto José

— quiere comer o tomar algo? — pregunto dan

— José, dan. ustedes son mis guardaespaldas no mi sirvientes — ambos sonrieron apenados

— lo sabemos señorita solo queríamos asegurarnos de su salud — dijo dan

— gracias por preocuparse — dije saliendo con una sonrisa 

— es nuestro trabajo señorita harth 

— no me digan asi solo llámenme ana — ellos sonrieron

— como usted diga señorita ana — dijeron ambos al mismo tiempo y yo sonreí divertida

— porque a los guardaespaldas les sonríes mas que a mi? — pregunto stefan indignado

— porque no son príncipes engreídos y arrogantes como tu — dije en tono divertido y el me agarro de la cintura haciéndonos reír  

— como te sentiste hoy? — pregunto besando mi frente 

— estuve bien, no tuve mucho que hacer hoy en la empresa asi que no tiene que preocuparte — murmure frotando mi nariz con la suya 

— siempre estaré preocupado por ti — aseguro — bueno.... este fin de semana estas libre? — pregunto 

— y a que se deba la pregunta? — arque la ceja 

— quiero llevarte a un lugar — susurro a mi oído 

toda la semana estuve llena de intriga de lo que podría suceder hasta que por fin llego el fin de semana  

durante el camino solo veía el cielo en pleno día hasta que llegamos a un muelle y me llamo la atención un hermoso barco galeon 430 htc con detalles dorados 

— ese barco es hermoso — dije con asombro saliendo del auto 

— te gusta? 

— dios si — admití y el se puso tras de mi y beso mi cabeza 

— que bueno porque este barco... es tuyo — lo mire son sorpresa 

— mío? — pregunte incrédula y sorpresa 

— considéralo regalo de aniversario de nuestro primer mes juntos — dijo con una sonrisa

— por dios stefan este es el barco mas hermoso que e visto en mi vida — asegure con una sonrisa 

— quieres subir? — pregunto 

— puedo? 

— por supuesto, es todo tuyo — dijo con una sonrisa y subí con una sonrisa, el barco arranco y el verlo todo era maravilloso 

el sentir el aire mover mi cabello y stefan rodeando mi cintura llenándome de una calidez que nunca había sentido 

que mas podría pedir 

— esto es maravilloso — murmure

— te gustaria manejarlo por un momento? — pregunto y yo lo mire

— manejar el barco? — pregunte incrédula

— si — aseguro de lo más tranquilo

— yo no se hacerlo — dije y el sonrió

— no te asustes yo te guiare — dijo ofreciéndome su mano

El me explico lo que debía hacer y yo lo miraba atentamente

— bien es tu turno — yo agarre el timón con miedo pero el se puso detrás de mi — okey primero relájate — murmuró a mi oído

— ay no y si volteo el bote — el se rio y beso mi mejilla 

— lo estas haciendo de maravilla — solo pasaron unos minutos y aun tenia miedo — ahora te soltare 

— no te alejes stefan — chille y el me abrazo  

— no me iré, siempre estaré a tu lado — sonreí y soltó mi mano haciendo que la adrenalina corriera por mis venas por el miedo de perder el timón  

— lo estoy haciendo, mira stefan estoy manejando un bote — chille y el beso mi mejilla 

— lo veo y lo estas haciendo muy bien — dijo con alegría yo daba pequeños brinquitos de emoción mientras el reía mirándome

Luego le dimos el timón al capitán y comencé a caminar por el barco descubriendo lo bonito que era por dentro

— gracias stefan — dije con una sonrisa — este es el mejor regalo que pude haber recibido

— esto es solo una ínfima porción de lo que te mereces, Anastasia tu mereces el mundo — dijo poniendo un mechon de mi pelo detrás de la oreja

— tanto te gustó? — pregunte incrédula

— Ana.... Me gustas más de lo que te podrías imaginar — continuo — desde que te conocí tu moviste mi mundo y ahora que te tengo en mis brazos no pienso dejarte ir — aseguró antes de besar mis labios suavemente

Durante todo el trayecto estuve en frente del barco rodeada de los brazos de stefan qué me besaba la mejilla y se acurrucaba en mi cuello, sentir esa calidez y amor era algo completamente maravilloso, el momento no podía ser más perfecto qué ver el atardecer abrazados sin pensar nada

Cuando bajamos nos dirigimos de nuevo a casa y el fue a la cocina a hacer la cena, yo me dirigí a mi taller y seguí trabajando en su regalo de cumpleaños porque no me costó mucho averiguarlo y no faltaba mucho para ello

Estaba demasiado concentrada cuando escuche unos pasos acercarse y comencé a guardarlo todo de golpe pero cuando voltee no era stefan si no mi madre

— que haces aquí madre? — pregunte pero ella se acerco y me abofeteo

— en que demonios estabas pensado?! — grito

— de que hablas madre?! — pregunte molesta

— como pudiste pedirle el divorcio a Robert por algo tan vago!

— vago es que tenga un hijo de 4 años con su amante, eso te parece vago?! — ella no me respondió — y yo que crei qué mi madre me apoyaría a mi pero ahora veo de que lado muerte el perro — dije con los ojos cristalizados y ella solo me miró muy firme

— anastasia te ordenó qué vuelvas con el!

....

a los pies del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora