Capitulo 3.

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Una semana después de haber entrado a la escuela, tenía a Amy rogándome al teléfono que fuéramos juntos a la fiesta de bienvenida de la fraternidad a la que Shadow pertenecía. Yo sabía que, donde estaba Shadow, estaba Sonic, así que estaba bastante renuente a ir.

Sobre todo cuando había oído mil y un comentarios acerca de "Sonic: la nueva conquista de Sally." Había intentado hacer oídos sordos con el tema, pero era casi imposible cuando se escuchaban rumores en cada pasillo del campus. Sonic no había intentado comunicarse conmigo después de que le dije que no debía explicarme nada.

Yo tampoco había intentado enviarle ningún texto o llamarle. Una parte de mí, esperaba que decidiera buscarme él. Que llamara, que me enviara un texto o preguntara por mí, pero no lo hacía. Cada día que pasaba me convencía a mi mismo que todo había terminado y que, por más que intentara, nada nunca volvería a ser como antes.

-¡No puedes pasarte la vida entera encerrado en tu casa por miedo a encontrarte a Sonic en la calle, Tails! -me regañó Amy por teléfono.

Yo rodé los ojos al cielo mientras tecleaba el nombre de una de mis viejas canciones favoritas en el buscador de "YouTube". -No pienso pasarme la vida entera encerrado en mi casa ocultándome de él. Será sólo hasta que la universidad termine. -bromeé.

-En una hora paso por ti, Tails. Iremos a esa fiesta, y no voy a discutirlo más contigo. -espetó.

Antes de que yo pudiera replicar nada, Amy me colgó el teléfono. Por un momento, la idea de pedirle a mi madre que le dijera a la pelirosa que me había quedado dormido rondó por mi cabeza, pero entonces, una voz dentro de mi cabeza me gritó: "¡No puedes hacerte eso a ti mismo!, ¡Supéralo, tu nunca huyes de tus problemas!, ¿Qué te pasa ahora?"

Fue entonces cuando me decidí a asistir a esa dichosa bienvenida, y me metí a la ducha rápidamente.

Me puse un crop top negro entallado que me quedaba exageradamente corto, pero no me importó. Mi lapso de valor había comenzado e iba a aprovecharlo al máximo. Me puse unos botines negros y me sequé el cabello. Me maquillé lo más rápido que pude, pero Amy llegó cuando estaba terminando de ponerme máscara para pestañas.

-¡Santo Dios!, ¡Tu crop top está varios centímetros por arriba de tu ombligo, Tails!, estoy orgullosa de ti -se burló ella, mientras se sentaba en mi cama.

Ella vestía unos bonitos shorts de talle alto con un blusón de transparencias. Amy solía lucir como una Diosa sin que se lo propusiera. Yo sólo la miré malhumorado por el reflejo del espejo antes de girarme sobre mis talones y encararla.

-¿Me veo bien?, ¿Luzco vulgar?, ¿Crees que deba cambiar mi crop top?, ¿No es muy corto? -solté rápidamente, angustiado.

-¡Tranquilo!, es corto, pero es sexy, no luces vulgar, no te cambies y te ves precioso, Tails. ¡Vámonos! -dijo, tomando su bolso.

Yo tomé el mío y una chaqueta para el frío antes de salir, besar a mis padres en la mejilla y subirme al viejo chevy de mi amiga.

Cuando llegamos a la enorme residencia, la música electrónica ya retumbaba en todo el perímetro. Caminamos por el pasto hasta la entrada principal y, al entrar, nos topamos de frente con una turba de personas apretujadas, con bebidas en sus manos.

La música se hizo más intensa mientras nos abríamos paso entre la gente hasta que llegamos a donde un DJ mezclaba canciones de moda. Una improvisada pista de baile estaba abarrotada y Amy brincó, emocionada, mientras buscaba con la mirada a Tails.

-Hola... -una voz detrás de nosotros, nos hizo volvernos sobre nuestros talones.

Un chico de cabello castaño, ojos negros intensos y piel bronceada nos miraba tímidamente. Era bastante más alto que yo; delgado y con aspecto bastante inocente. Una pequeña sonrisa se deslizó en sus labios rojos. Lucía como un pequeño niño asustado, inocente pero bastante atractivo.

Aunque pueda verte | SontailsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora