Los días pasaban a una velocidad impresionante. Con la escuela, las tareas, ayudar a mi madre en la tienda y estudiar como loco para las ridículas pruebas que mi profesor de literatura francesa me aplicaba cada semana, no tenía mucho tiempo para pensar en la única cosa que era capaz de robarme el sueño: Sonic the Hedgehog.
Las noches, en cambio, eran un completo martirio.
Cuando caía la noche y me acostaba entre las sábanas, lo último que quería era pensar en él, pero era inevitable. Siempre; hiciera cuanto hiciera, terminaba pensando en él. No me había llamado, no se había comunicado y yo tampoco había hecho nada por hablar con él.
Había pasado más de un mes desde aquella fatídica noche que tanto quería olvidar y lo único que sabía de él era lo que la gente del campus decía. Tampoco me agradaba mucho lo que escuchaba. Todo era acerca de él y Sally siendo algo más que amigos. Me enfermaba la idea de que tantas personas estuvieran interesadas en aquel ridículo romance. Un romance que nadie sabía si realmente existía.
-Es mierda colectiva -decía Shadow cuando Amy despotricaba pestes contra Sonic y Sally.
Mierda colectiva o no, dolía. Dolía casi tanto como no tenerlo cerca. Casi tanto como verlo todos los días, topármelo en los pasillos y pretender que no lo conocía. Él tampoco hacía nada por hablar conmigo y en cierta forma, lo agradecía. Sonic y yo pertenecíamos a mundos completamente diferentes.
Entonces llegaba aquella incómoda situación en la que lo miraba en todos lados, me lo topaba en todos los pasillos, y ni siquiera lo miraba.
Éramos dos desconocidos a los ojos del mundo. Dos desconocidos que se conocían perfectamente el uno al otro. Dos desconocidos que conocían absolutamente todos los miedos del otro, por irónico que fuera.
-Entonces, ¿Qué haremos ésta noche?-dijo Andrés, sentándose frente a mí en la mesa que compartía con Amy y Shadow.
Andrés se había vuelto tan parte de mis días como ellos. Se la vivía haciéndome reír, bromeando, jugueteando, molestándome e invitándome a los más ridículos lugares que había tenido la fortuna -o desgracia- de conocer.
-Shadow quiere ir a la inauguración del nuevo club del centro. —dijo Amy, con una sonrisa. Emocionada.
-Perfecto, ¿vendrás, cierto? -dijo Andrés, mirándome con una sonrisa pintada en los labios.
Yo abrí la boca para replicar pero Amy me atajó, mirándome con severidad-: Ten mucho cuidado con lo que vas a decir, Miles. Tienes más de un mes revolcándote en tu propia miseria y yo tengo más de un mes permitiéndotelo. Tienes que ir. No está a discusión.
Yo fruncí mi ceño y me crucé de brazos, enfurruñado, mientras miraba la sonrisa socarrona de Andrés. Fue entonces cuando lancé una patada en su dirección por debajo de la mesa.
-¡HEY!, ¡Esa era mi pierna! — gruñó Shadow, haciendo una mueca de dolor.
Andrés se soltó a reír a carcajadas mientras yo reprimía una sonrisa y me ruborizaba por completo. Amy rió también mientras Shadow se quejaba en voz baja.
Entonces, me levanté en mi lugar y golpeé a Andrés en el hombro con un puño. Él comenzó a reír aún más y yo me senté en mi lugar, enfurruñado e indignado.
-¡Se supone que debe ser doloroso, masoquista! —bromeé.
Entonces, Andrés recorrió su silla hasta que quedó a mi lado y pasó un brazo por mi hombro antes de decir con ironía: Tus formas de demostrarme tu amor me matan, Tails.
Yo no pude evitar sonreír, mientras Amy y Shadow reían.
-Idiota...- mascullé, sonriendo.
-¡También te amo, Tails!, ¡Eres maravilloso! -dijo Andrés, sarcásticamente.
Yo abrí la boca para replicar, cuando un golpe estruendoso me hizo girar mi cuerpo hacia atrás para observar qué había ocurrido.
Sonic se encontraba agachado en el suelo, levantando una silla. Su rostro estaba completamente enrojecido y su ceño estaba fruncido profundamente. Su mirada se encontró con la mía y, por un segundo, creí que su mandíbula iba a quebrarse de tan fuerte que la apretaba.
Entonces, se irguió y salió de la cafetería.
Mi corazón latía a una velocidad frenética dentro de mi caja torácica y no pude evitar sentir satisfacción con la sola idea de que quizás... Sólo quizás, Sonic estuviera escuchando a Andrés. La idea de Sonic celoso, era algo a lo que podría aferrarme fácilmente. Necesitaba algo a qué aferrarme.
>>> Que estrés.
Adivineeeen
Recuerdan que tenía varias ideas para historiaaaaas, pues andamos trabajando en unaaaa...(si, sontails)
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