진태- ᴍʏ ʟᴏᴠᴇʟʏ ᴘʀɪɴᴄᴇ ♔︎

♔︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 6 ♔︎

Tae
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En algún momento de la oscuridad, los dos nos despertamos...

SeokJin estaba envuelto a mi alrededor, acurrucándome en su pecho, con su pierna sobre la mía y los brazos rodeando mi torso. Y es que cuando me abrazaba, parecía rodearme entero... Nuestra piel desnuda se tocaba, y yo sonreía como un tonto. Él estaba duro contra mi muslo, pero ambos teníamos sueño... SeokJin no parecía querer hacer nada al respecto, y yo tampoco... Solo se limitó a apretarme más fuerte y a besar el lugar que tenía bajo la oreja.

Quería verle la cara, así que me contoneé y él aflojó los brazos. Me giré y le besé en los labios. Con las farolas de abajo como única fuente de luz, sus ojos brillaban en plata.

Me pasó un dedo por la boca y sonrió.

—No te he soñado. Realmente estás aquí... —susurró—. Realmente vas a casarte conmigo...

—Sí. Te amo. —Le había dicho esas palabras una y otra vez durante nuestra primera noche juntos. Me pasó las manos por debajo del edredón y me deleité con sus caricias y su calor. Sus palmas en mi piel se sentían tan profundamente bien. Nunca me habían tocado así: con un amor y un deseo que coincidían con los míos.

Nos quedamos enredados, besándonos y acariciándonos, y no pude dejar de maravillarme ante su enorme tamaño. Apoyé mi cara en su pecho y lo respiré, repitiendo en mi mente que ahora era mío, que me amaba, que me reclamaría pero nunca me quitaría mi libertad. Él era mi libertad.

En algún momento, debimos quedarnos dormidos de nuevo.

...♔︎...

Por la mañana, me alegré de haberme despertado primero. Pude observar su rostro durante un rato y pensar y sentir. Su cuerpo desnudo emanaba tanto calor que parecía estar tumbado al sol. Nunca había compartido la cama con nadie, nunca había dormido tocando a otro ser humano, excepto aquellas diez brumosas noches con Jackson, y eso había sido totalmente diferente.

Físicamente, Jackson me había proporcionado un placer increíble. Durante meses después, me había masturbado con las imágenes y vídeos que había guardado de mi primer celo. Sin embargo, con Jackson no había sentido nada más que lujuria vital. Ahora, cuando estaba junto a mi prometido, viéndolo dormir, el amor y la lujuria se enriquecían mutuamente, haciéndose más fuertes y profundos, y la intensidad me aterrorizaba tanto como me hacía feliz. Dormirme con SeokJin, despertarme por la noche y que él se girara y me abrazara, me besara el cuello, me acariciara detrás de la oreja, me susurrara cuánto me amaba y deseaba... mi felicidad se convirtió en una sensación física, que burbujeaba en mis venas y hormigueaba en mi piel.

Su rostro sereno era precioso a la luz de la mañana. Memoricé cada arruga, los ángulos de su nariz, la forma exacta de la cicatriz junto a su ceja, las marcas de nacimiento en su cuello... Mientras lo miraba fijamente, mi nueva realidad se asentaba. Esta increíble persona, este gigante de hombre, me amaba. Estaba aquí, en mi cama, con nuestras piernas desnudas entrelazadas, y estábamos comprometidos. Me deseaba tanto como para enfrentarse a la ira de mi familia y renunciar a su intimidad. Me quería, aunque ya no fuera rico. Me querría en el centro de atención, y me querría desheredado y olvidado. Lo sabía en la médula de mis huesos, y yo lo quería igualmente.

Kim TaeHyung. Probé el nombre en mi cabeza. Se acabó el orgullo de la Familia Song, se acabaron las torres de marfil y las jaulas de oro, se acabó la falsa pureza antes de la ostentosa boda y la gran noche del ritual de desfloración. Sería Kim TaeHyung, gerente de una organización benéfica local, marido de un fotógrafo, alguien insignificante pero tan condenadamente feliz. Quería ir a comprar vaqueros, sudaderas con capucha y chucks. Vendería todos los esmóquines de diseño y las joyas en una subasta y utilizaría el dinero para mantener los hogares protegidos de Uichang-dong prósperos durante dos años más.