Inalcanzable (Supercorp) Kara G!p

🏨 Capítulo 11

"Nia ...".Regañó Kara.

"No entiendo porque sigues con ella, ni a Alex ni a mi nos cae bien, es insoportable, deberías buscarte otra chica...".

"Veo que el tema de hoy será mi vida privada...". Expresó Kara rindiéndose ante las chicas.

"Creo que alguien como Lena Luthor sería ideal". Dijo Alex sólo para molestarla ganándose una mirada fulminante departe de la chica de ojos azules.

"¡Si!". Exclamó entusiasta Nia. "Seria genial tener a Lena como cuñada, esa chica es impresionante, me ha integrado totalmente a las porristas".

Kara simplemente guardo silencio, ya no había mucho que agregar, no había caso seguir negando, porque claramente no estaba sirviendo de mucho. Kara ya había salido de sus entrenamientos y esperaba a su hermana pacientemente en el estacionamiento. No podía negar que se sentía algo decepcionada, había esperado el mensaje de Lena, pero no le llego nada durante todo el día. Era cierto que sólo el viernes habían estado juntas, pero la necesitaba, por ella, todos los días pudieran tener su tiempo a solas. Se dio cuenta por las veces que se habia quedado observando a la pelinegra que habían sido más de las que se atrevía a aceptar, que había estado ocupada, entre sus clases, el Club de baile y las porristas. Así que no le quedaba más que conformarse, esperar como siempre lo hacía, que Lena se diera algo de tiempo para ella. Sonaba, absolutamente dependiente y sumisa, pero así era.

"Hey". La saludó una voz que reconoció y produjo una sonrisa instantánea.

"Hola". Contestó fijando toda su atención en la pelinegra.

"Intente hacerme un tiempo, pero de verdad no pude". Explicó Lena.

"No te preocupes, entiendo". Respondió bajando la mirada.

"¿Tienes planes para más tarde?". Preguntó.

"¿Hoy?". Expresó sorprendida, no era común que se vieran fuera de la escuela y las contadas ocasiones habían sido en la casa de Lena.

"¿Sí digo más tarde, de que día piensas que estoy hablando?".Contestó con poca paciencia.

"Seguro, no tengo planes, sólo llevar a Nia a la casa". Respondió avergonzada por su respuesta anterior.

"Si quieres podemos vernos, mamá me llamó y debo ir a hacer unas compras con ella, pero después estoy libre". Dijo con ese tono fingido de desinterés y observando sus perfectas uñas.

"Claro, me avisas y me dices dónde para ir por ti". Aceptó sin siquiera hacerse de rogar, aunque haya esperado todo el día por la chica .

"Nunca me vas a decir que no". Expresó más como afirmación que como pregunta, acercándose hasta tener una distancia mínima a esa hora no había nadie, y las demás porristas aún no salían.

"Si no lo he hecho hasta ahora, dudo que pueda hacerlo a futuro". Contestó mirándola a los ojos.

Lena sonrió de manera instantánea, le encantaban esas respuestas espontaneas y tan sinceras. "Ok, te envió un texto con la hora y el lugar para que pases por mí y te advierto no vayas en moto, porque odio esas cosas".Expresó la pelinegra.

"Entendido, alguna otra cosa que deba tener en consideración". Respondió irónica. Lena miró hacía ambos lados asegurándose que nadie pudiera verlas y se acercó lentamente hacía la chica. "Creo que lo más importante es que estés con todas tus energías disponibles para mí, porque pase todo el fin de semana sin sexo y tú sabes lo que eso significa". Susurró jugando con una de sus manos con la camiseta que Kara llevaba mientras pasaba sensualmente su lengua por su labio inferior mordiéndolo levemente antes de alejarse. "Nos vemos".

Kara la vio hasta que subió a su auto y aún no lograba controlar con éxito los acelerados latidos de su corazón. Lena causaba no sólo sensaciones de índole sexual en todo su cuerpo, sino que su corazón se quisiera salir cada vez que se acercaba o simplemente la veía a lo lejos. Se estaba perdiendo cada vez más en esa chica, tanto que le daba terror ser tan evidente y ella al darse cuenta se alejara para siempre, porque tenía claro que, "Sentimientos y Lena Luthor", no podían ir en la misma frase. Cuando llego a su casa con su hermana, subió de inmediato a su habitación, se dio una ducha rápida y se cambio de ropa. Intentó concentrarse en algo más, tomar algún libro, ingresar a su notebook, pero su atención seguía hacía el teléfono, esperando, siempre esperando. Nunca le había gustado tanto el sonido de su celular como en ese momento. Ya habían pasado un par de horas y el mensaje tan esperado llegó.