🐠Capitulo 43

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Nia había despertado tarde, desayunó e hizo su rutina de ejercicios como cada día. Porque ser una porrista no sólo tenía los beneficios de la popularidad sino que tenía ciertas obligaciones. Ese día lo había esperado con ansías porque sería su segunda cita con Alex, quien había quedado de pasar por ella para llevarla almorzar y pasar todo el día juntas. Luego esperarían a que llegara Kara y se irían a la feria con las demás. Pero las horas pasaban y no había rastro de su futbolista favorita, hasta que su teléfono comenzó a sonar.

"¿Dónde estás?". Preguntó ansiosa Nia.

"Estoy en casa ha surgido un problema y no voy a poder ir por ti". Explicó lamentándolo.

"Pero...¿por qué?". Preguntó totalmente decepcionada".

"Han llamado a mamá para unos turnos extra y tengo que quedarme con Natty, de verdad lo siento mucho...". Nia había visto un par de veces a la hermanita pequeña de Alex, era una preciosa niña de piel blanca y ojos café verdosos, tenía casi cuatro años.

"Yo podría ir a tú casa, así igual podemos pasar la tarde juntas". Dijo la porrista.

"No es mucho lo que podemos hacer aqui seguro te aburres".

"Yo sólo quiero estar contigo Alex". La futbolista esbozó una gigantesca sonrisa.

"Entonces vente luego porque Alexandra hará su pasta especial para el almuerzo". Expresó.

"Llamó un taxi y yo creo que en unos 20 minutos estoy ahí, no comiencen sin mi". Le advirtió bromeando.

"Te esperó". A penas colgó a Alex, llamó un taxi, sabía que debía aprender a conducir pero es que eso de los autos la ponía algo nerviosa, además nunca lo necesitaba, su hermana la trasladaba o su padre y últimamente Lena quien se había transformado en su mejor amiga. El taxi no tardó en tocar la bocina, se miró al espejo y aprobó su vestido que era casual y pasaba la rodilla en tonos azules con puntos blancos. Le dio la dirección y se puso sus audífonos para escuchar música. Lo cierto es que había estado en casa de Alex no más de dos veces y nunca por mucho tiempo. Algo la ponía nerviosa y era que además de conocer un poco más de su chica también conocería a parte de su familia. No tuvo mucho tiempo de analizar su situación cuando ya estaba fuera de la residencia de Alex, no vivía en un barrio tan acomodado como ella o Lena, era más bien un barrio de clase media, lo que no evitaba que su casa fuera bastante bonita, se notaba que la mamá de su futbolista ponía especial atención en los cuidados del jardín. Recorrió el patio hasta llegar a la puerta de entrada para tocar el timbre. Alex no demoró en abrir la puerta con su hermanita en los brazos.

"Hola". Saludó la porrista dirigiéndose directamente a Natty y tomado una de sus pequeñas manos. "Soy Nia". Se presentó y le dio un beso en la mejilla. A la pequeña Danves le gustaban mucho los niños, cuando iba a visitar a su familia se divertía mucho con sus primos más pequeños, toda esa energía que ella siempre tenía era solo equiparable a la que se tiene a esa edad.

"¿Y para mi no hay beso?". Preguntó la futbolista frunciendo el ceño. Nia se acercó y le dio un beso en la mejilla.

"¿Sólo eso?". Le dijo en tono de reclamo. "¿Y mi beso de verdad?".

"Alex" Le dijo en tono de regaño. "Esta Natty presente". Alex miró a su hermana que estaba más pendiente del juguete entre sus manos que de lo que pasaba entre ellas, por lo que se acercó y con rapidez le robó un beso.

"Ahora sí". Dijo con suficiencia. Entraron y Alex dejó a Natty en la silla para bebes que había en la mesa. "Ya está listo, puedes sentarte". La invitó Alex corriéndole la silla de manera caballerosa.

"Gracias". Aceptó dándole una sonrisa. Alex sirvió la comida para las tres. "Esto de verdad está delicioso". Comentó Nia.

"Es mi especialidad". Expresó con arrogancia y robándole otro beso.

Inalcanzable (Supercorp) Kara G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora