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El timbre del departamento donde vive Ranpo suena, para sorpresa de todos los que viven ahí, temprano en la mañana. A pesar de ser una bella familia, por su extraña forma de ser de cada miembro es que no reciben visitas inesperadas.

Dazai, el hermano menor de Ranpo por solo dos años, es a quien mandan a que abra la puerta y reciba a los invitados, o en este caso, al invitado. Así que sin los zapatos puestos, solo con sus calcetas blancas y vestido de todo lo demás, gira la perilla y arrastra la puerta con total seguridad de que solo es el casero o algo parecido, notando rápido que no, no es del casero de quien se trata.

En cambio, a quien está recibiendo es a un hombre apenas más joven que su propio padre, con cabello negro hasta los hombros y una bata de laboratorio. Es una cara conocida entre las noticias de avances tecnológico y científicos. Pero eso no lo hace una visita deseada.

—Hola, Dazai-kun. —sonríe, pero es demasiado. Este hombre siempre tuvo un mal gusto por las sonrisas excesivas. —Qué gusto me da verte, parece que has crecido desde la última vez que-

No lo deja terminar cuando cierra la puerta en su cara, sin importarle siquiera si lo golpeó en la cara o no. No importa, sería mejor que termine siendo golpeado, algunas cosas pueden ser consideradas como un favor a la humanidad, y este es uno de esos casos.

—¡Fukuzawa-san! —llama Dazai con ansias de pasarle el problema a otro. —Mori viene a verte.

Pasando por los pasillos del departamento y abotonando su camisa blanca, un uniforme para el trabajo, el hombre llamado aparece.

—¿Te vio? —pregunta Fukuzawa con su cara inamovible. Dazai asiente. —Bien, supongo que tengo que abrirle entonces.

Es gracioso para su hijo, aunque no pretendía serlo, esa oración vino como una queja desde lo más profundo de su corazón.

Acompañado de un suspiro, Fukuzawa retoma las acciones del niño y abre la puerta. En el segundo en que el pórtico revela a Mori aún esperando campante y tarareando una vieja canción, Dazai ya se ha largado a su habitación, ni siquiera esperó la indicación de su padre.

—Un agradable placer como siempre el convivir con tus hijos, Fukuzawa-dono. —su carácter con el adulto cambia. Su tono se vuelve dulce y tierno, lo cual asquea al contrario.

—Pasa. —dice cuando se aleja de la puerta para dejar el pasillo libre. —No tengo mucho tiempo, debo llevar a los niños a la escuela, así que sé breve, por favor.

Mori le toma la palabra y camina hacia adentro; al mismo tiempo Fukuzawa ya se está encaminando a la cocina para preparar los almuerzos a la par que habla con el hombre.

—Está bien, iré directo al grano. —se sienta en la silla de la mesa, entrelaza sus dedos enguantados y lo mira fijamente. —Quiero que tanto Ranpo-kun como Dazai-kun hagan pasantías en mi corporación.

Sus palabras detienen el ritmo con el que trabajaba para hacer los sabores especiales de cada uno de sus hijos. El cuchillo con el que cortaba la corteza del pan —para el sandwich de Ranpo— no termina su misión gracias a que su cerebro se queda en blanco.

No puede creer lo que Mori le está pidiendo. Lo habría aceptado como un cumplido tratándose de cualquier otra persona, en verdad, todos menos Mori hubieran sido una mejor opción para un desarrollo intelectual para sus hijos.

¿Por qué él, si existen tantos?

—¿Acaso no te das cuenta, Fukuzawa? —se levanta con lentitud de su sitio, extiende las manos para invadir el espacio hogareño donde se encuentra y llenarlo de sus ambiciones y su propia meta. —Estás privando al mundo de la genialidad que poseen los dos. Ellos tienen mentes brillantes y tú, por evadir sus capacidades, no los dejas avanzar. —su ceño se frunce, sus pasos se acercan a Fukuzawa, quien sigue arrinconado por el discurso perfecto que le dicta. —Ellos pueden probarle a este país que no somos monos amarillos, que somos iguales. Son mejores que cualquiera que ocupe un cargo importante, ellos son lo más evolucionado de nuestros genes. Podríamos probar que los japoneses merecemos el mismo respeto que la gente blanca americana.

| El sorprendente Spider-poet | RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora