La Casa de Cristal
¿Qué sucede cuando la casa de cristal que te construyeron se comienza a romper y sus cristales te hacen sangrar?
Emily Gallace no había conocido el dolor y mucho menos la traición, a pesar de que presencio el divorcio de sus padre...
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Pov. Arthur
Nunca había conocido ojos tan duros, fríos y calculadores como los de
Emily Gallace, un azul eléctrico, tan llenos de emociones, pero a la vez tan apagados y misteriosos.
Los rumores que corrían sobre esta chica eran muchos, pero ninguno algo positivo, no quise enterarme de mucho, simplemente me conformé con saber que ella era nueva y que estaba alejándose de algo que posiblemente la atormentaba. ¿Quién era yo para cuestionar sus decisiones en la vida o para juzgarla? Nadie, porque desde que tengo uso de razón, Emily Gallace dejo en claro que nosotros no éramos sus amigos y tampoco lo seríamos y no creo que aquello haya cambiado con su llegada a nuestra escuela.
Aún recuerdo la manera en cómo nos trató en el cumple años de Jared.
Emily llego junto a su padre, sonriendo, vestida con algo rosa, un vestido hecho para ella, porque no se movía con el viento, pero tampoco le quedaba ajustado, era el vestido que cualquier princesa desearía tener. Ella era mucho más bajita que yo, teníamos 6 años, el primer cumple años juntos, donde Jared era el centro de atención de todos, hasta de nosotros.
No observe por mucho tiempo a Emily, porque Aria me arrastro con ella a donde Jared, su crush.
—Hola Jared, feliz cumple años. —Sus pequeños brazos se elevaron para que él se agachara a su altura, dejando que ella se envolviese en su cuello, con un ligero apretón— Te trajimos un regalo, lo dejamos en la mesa.
Jared beso su mejilla y Aria casi mudo de colores, paso del rojo al pálido en cuestión de segundos.
—Gracias, Aria y gracias, Arthur.
Nuestras manos chocaron de frente y luego en un puño, algo típico en nosotros.
—Tu prima llegooo —Aria se balacea sobre sus pies, desde que mi padre le dijo que habría otra niña de su edad en la fiesta, estaba emocionada por conocerla, Aria era poco de hacer amigos, siempre estaba detrás de nosotros, Aaron la molestaba todo el tiempo, por lo que prefería buscarme a mí y con ello, siempre me estaba hablando.
—Siii, iré a saludarla y la traeré para que la conozcan, seguro les cae bien.
Sin más, Jared se alejó, dejándome con una Aria emocionada por conocer a su nueva "amiga". Pero lo que jamás espere es que esta relación sucedería de manera errónea. Jared regreso a los minutos con su prima, quien caminaba como si fuera la dueña del mundo, cosa que lo era, pero lo hacía sentir.
Su posición frente a nosotros fue sería, ni una sola sonrisa, siempre manteniendo su actitud de princesa.
—Hola. —Fue cortante, fría. Queriendo acabar con esta conversación allí mismo.
—¡Hola! —Mi hermana se acercó de un salto a ella, sonriendo como ella siempre lo hace —Soy Aria, él es mi hermano Arthur.
La niña me miro de arriba abajo, estudiando mi cuerpo, mi ropa y seguro hasta mi rostro. Porque hizo lo mismo con mi hermana.
