Capítulo 3. ¿Quién eres?

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1999, Ciudad De Panamá, 4:10 AM.

—¡Despierta! ¡Despierta!— tal hombre, eufórico y lleno de desesperación, tomaba a su hija en brazos, arrebatándola del sueño de Morfeo, la niña somnolienta rasga sus ojos en lentitud, aferrándose de los brazos de él, que intentaban buscar una compuerta subterránea en la habitación que se encontraban.

—Papá... ¿Qué sucede?— Ella mira a su padre confundida a lo que él, sin palabras y agitado, abre la compuerta. La niña lo mira herido en el hombro, por su brazo había sangre seca, de sus labios rotos hasta su frente sangrante. El t-shirt negro rasgado y el sudor palpitante eran signos de peligro, ella se avispa y baja por la escalera de la compuerta inferior, pero unos hombres llegan tomando a su padre por las piernas y jalándolo de la escotilla.

—¡PAPÁ!

Ella grita al ver como golpean a su padre, él con fuerza devuelve las agresiones y saca un arma. Cubriendo sus oídos y cerrando sus ojos con miedo, dos impactos del gatillo resuenan en su cabeza, ella vuelve a abrir sus ojos y ve solo como su padre cierra la escotilla sin antes decirle "Corre". Tales palabras entraron como flechas en su mente y termina de bajar por la escotilla, corre tan rápido que su pie derecho como de costumbre falla haciéndola caer, sin dudar se levanta y sigue por el laberinto.

Agitada, sin saber cuál camino elegir, voltea su mirada y ve unas luces en movimiento chocando violentamente contra las paredes del lugar, las voces que ella escuchaba no sonaban agradables.

—¡Búsquenla! ¡Ya! ¡YA!

Tomando el camino derecho, los hombres logran verla y disparan, sus gritos ahogados retumban en su ser haciendo que acelere el paso y empieze a llorar, ella llega al final del túnel, pero ve una escalera, empieza a escalar cuando los hombres llegan tomándola y cargándola, alejándola del poder escapar.

—Suéltenme!— sus gritos sonaban como las de una salvaje, agitada y brusca patalea golpeando al hombre que la sostiene, ella gira la muñeca de este y lo muerde, él grita soltándola. Saca su arma, ella se cubre cerrando sus ojos y disparan.

Al abrir los ojos nota que los disparos no fueron dirigidos a ella, su padre herido, pero firme era quien disparo, ella en la esquina ve como lo asesina, pero eran dos contra uno al final, a lo que el restante golpea la mano de su padre demasiado débil, quien termina siendo sometido con un "Mata león, técnica en la que el agresor ataca por la espalda, estrangulando con sus brazos, provocando que este pierda la conciencia en cuestión de segundos." La pequeña ve un arma en el suelo y se arrastra tomándola, agitada y llorosa la levanta apuntando al hombre, su padre se interponía entre el cuerpo del hombre, ella con miedo de herir a su padre respira hondo y dispara.

Su padre recobrando el aire la mira y se acerca a ella con una sonrisa agotada. —Qué buena puntería tienes— La toma entre brazos, a lo que ella lo abraza y otro disparo suena impactando a su padre.

Desperté de golpe, sudada, agitada. Volteo a ver la hora "6:32 am" pase mis manos por mi cara hasta mi cabello, haciéndolo todo hacia atrás, aún seguía en la habitación del hotel, me volví a recostar viendo el techo un rato, calmando mi corazón un poco. Termine saliendo de la cama para acercarme a la alcoba, sin salir a ella veía la ciudad desde dentro tras abrir las cortinas. Caminando pasos atrás, me dirigí al baño y me encerré ahí por unos largos minutos.

Buscabas un propósito sin fondo, perdida en el mar de pensamientos sobre el futuro innato que te persigue, el dolor que no elegiste, pero el amor que cuidaste. Estos momentos de lejanía generaban paz en el interior, pero el miedo escalaría los huesos al final del trayecto, seguiría nadando en ese mar hasta buscar una respuesta que se ajustara a la que termine en felicidad. Completamente normal, tales invasiones psicológicas en la reciente florecida edad de los 18, pero esos miedos eran avisos del subconsciente sobre cosas que él sabe qué pasarían. Mantente inquieta, pues tal sentimiento siempre es por algo, la poderosa mente puede llegar a los recónditos más profundos de las estrellas o el destino, que siempre estarán ligados a nuestros objetivos.

Yakuza LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora