Dos hombres cuidaban la entrada en una fábrica de textiles, el ondear de la maquinaria respingaba sin cesar dejando en evidencia la normalidad del negocio. Aquellos hombres ven la silueta del hijo del jefe, acercarse con sus guardaespaldas, haciendo reverencia ante él, prosiguen a abrir la puerta. Las columnas lograban tocar el cielo de lo alto que era el condominio, mujeres y hombres yacían pegados ante las mesas de trabajo, doblando o rasgando telas.Era una fachada, tales máquinas y personas en elaboración. El ruido penetraba en los oídos de cualquiera, El hijo del jefe recorre los pasillos principales mientras veía las ventanas de un balcón situado dentro de la fachada, una sombra que se contrastaba con las luces de la habitación, se encontraba en movimiento.
—Bob espera afuera, hablaré con él— Aquel hijo se encontraba a las afueras de la puerta mirando a uno de sus guardaespaldas de confianza, este, obedece y se queda fuera.
Las escaleras oxidadas arqueaban el estudio con paneles de cristal reforzados contra balística, el hijo abre la puerta y entra, un hombre un poco mayor estaba parado con las manos juntas detrás de su espalda, miraba fijamente una mesa y sobre esta; un mapa. "Gnossienne No. 1" esa melodía tañía la habitación desde el tocadiscos de la esquina. Las estanterías repletas de libros, discos de música y un uniforme militar colgado en la pared con auges imperiales.
—Padre—
—Dreimon— su voz ronca y cansada voltea hacia el sonido del primogénito y sonríe levemente.
Dreimon curiosea por las estanterías y encuentra la fotografía de su madre, a lo que la toma examinándola, una mujer de cabello castaño, caucásica, estatura más que la media. Estaba en un ring de boxeo con una sonrisa y se abrazaba con otro hombre igual de joven que ella.
—Tu madre era una increíble peleadora— Se acerca a Dreimon mirando la foto junto con él.
Dreimon deja la foto donde la encontró y voltea a ver a su padre. —¿Puedo saber que estás planeando padre?—
—Lo que hago no es de tu incumbencia. Aún... Pequeño Wolf, deberías ir a visitar a tu madre al gimnasio, de seguro está entrenando—
Ravena Wolf, la madre de Dreimon Kimura Wolf, esa extranjera que se dedicaba a las peleas y termino enamorada de un mafioso coreano, fue el inicio de la historia de amor en el ring. Desde pequeño su madre fue demasiado dura y estricta con él, sometiéndolo a entrenamientos rigurosos y pesados para un niño, el boxeo era primordial y siguió con las artes marciales mixtas, esto ocasionó que su infancia estuviera envuelta en peleas y violencias. Los niños querían jugar, pero él quería pelear.
Su padre hacía "generosas donaciones" para que su hijo no fuera expulsado por vigésima vez, como solía exagerar su padre, ellos a pesar de ser dos personas que vivían en el mundo ilegal y violento del ser humano, querían que Dreimon tuviera una infancia "normal" en cierto aspecto fue una misión no exitosa.
No obstante, su rebeldía se mezcló con las consecuencias de ser hijo de un Yakuza, secuestrado 2 veces, ocasionó que quedaran marcas profundas en su memoria y corazón, traumas enterrados que lo volvieron fuerte y no lo dejaron sonreír seguido. Él crecía y consigo el odio y la maldad. Pero en una parte del mundo había una pequeña que era igual a él, la única diferencia es que ella no tuvo la opción de elegir.
—Iré a verla más tarde— él intenta irse, pero su padre lo toma del brazo. —¿Dreimon has pensado que harás desde ahora?
—Sí... He averiguado universidades, pero aún sigo al frente del lavado en las centrales— su padre lo mira con enojo y lo suelta. —¡No serás un Yakuza, tú no mereces ser un Yakuza, una vida mejor que esta mereces! ¿Por qué insistes en heredar el negocio?
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Yakuza Love
Novela JuvenilLos caminos de un mafioso y una colegiala recién graduada se cruzan para ver quién sufre más. Una alma inocente corrompida por la maldad del humano y un alma corrupta salvada por la inocencia de un ser. ¿El amor logrará terminar con la guerra de sus...