Capitulo I

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Han pasado ya meses desde lo ocurrido. Mi llegada a Japón fue del todo preparada, pase por los detectores de mana de los guaridas generando un pequeño campo de mana haciendo uso de mi elemento aire. Al ya no depender del apoyo y protección de la consejería mis chances de sobrevivir en esta tierra caótica se han vuelto en ceros contra mi persona. 

El país estaba cubierto por una gran nube oscura que no dejaba que los rayos del sol incidieran en la tierra. A diario tenia que observar las distintas ejecuciones. Este lugar se ha convertido en un lugar desolado, las personas no se atreven a salir de casa por el miedo de encontrarse frente a esas criaturas que ahora las hacen llamar "Cuidadores" O "Salvadores" En algunos lugares.

¿Están locas? No podría decir que es eso. Solamente están bajo el miedo provocado por todos los acontecimientos y como cualquiera quieren proteger a sus mas allegados, inclusive si es dejando que el gobierno sea manejado por los oscuros. Es la poca información que he podido recolectar en estos meses, las cosas no han sido fáciles para mi. 

Era una noche fría, realmente helada. Los goterones formados por la tormenta que pasaba invadía el ambiente haciéndolo algo triste con todo lo que ha estado sucediendo, como siempre muchas personas dentro de sus hogares para evitar salir de estos. Solamente salían cuando era estrictamente necesario, como para comprar alimentos y otros materiales para sobrevivir. 

—Buenos días...— En ese momento un pequeño de unos posibles 10 años de edad había abierto la puerta de su granja. El miedo en su pequeño cuerpo se notaba desde lejos, ¿Acaso buscaba a alguien? —Señor mago, ¡Se encuentra aquí!— En ese momento avanzaba lentamente hacia un montón de madera. —Ahí esta— En ese momento al escuchar su pequeña y frágil voz me gire lentamente.

—Lo siento si no avise antes de entrar...— En ese momento le hago una seña con mi mano derecha para que se calmase un poco, no pasaba nada. De todas formas había detectado su presencia tras cruzar la puerta. —Tranquilo. No pasa nada, ¿Cómo has estado?— En ese momento el pequeño se sentó junto a mi. De verdad que disfrutaba pasar tiempo a mi lado, aunque solamente lo haya salvado una vez.

—He estado bien, señor— Siempre que hablaba conmigo utilizaba esos términos completamente respetuosos para dirigirse hacia mi persona. Era un niño bueno, de alguna forma solamente ha estado afectado por todo esto que rodea a Japón.
—¿No te siguió nadie cuando venias para acá?— En ese momento negó con la cabeza lentamente, de verdad estaba seguro que nadie lo había seguido. El niño también era un sensible al mana, nacido de una familia de humanos, no es extraño, porque lo poco que me ha contado su abuelo podía crear bolas de fuegos, pero solamente lo hacia cuando nadie estaba en la casa, solo un espectáculo para su pequeño nieto. El iba a ser ejecutado por unos guardias frente a un pequeño rio. En ese momento pasaba cerca y al notar lo que iban a hacer decidí actuar.

Tras ese pequeño suceso me pidió con ojos llorosos que aceptara su propuesta de quedarme en su granja, un pequeño hogar temporal para mi, también me ofreció comida. Era un pequeño charco de tranquilidad para mi vida como renegado, desde el primer día no he hecho mas que vagar intentando recolectar información. Sin éxito, no he logrado encontrar gran cosa en estos meses.

—Buen chico— En ese momento revuelvo sus cabellos para luego sentarme a ver a la nada. El silencio que se genero era tranquilo, solamente estábamos en nuestros mundos, llenos de pensamientos sin perturbar al otro, sin generarle la mas mínima molestia.
—Por cierto. Mis padres quieren conocerle— En ese momento termine frente a la puerta de los progenitores del niño al que salve, tras entrar me senté en la mesa. La verdad no había nadie, al esperar unos cuantos minutos el niño se sentó a mi lado y en unos segundos después dos señores también ocuparon sus asientos. 

Elemental War 3 Prologo: El heredero del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora