Capítulo 6

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¡¡Solo falta un día para el baile de graduación!!

Me siento tan emocionada la verdad. Ángela me ha contado respecto a las actividades que tienen programadas para el evento y suenan muy bien.

Mamá aparte de obsequiarme el vestido, me trajo al salón para arreglar mis uñas, pigmentar mis cejas y colocarme pestañas. Lo ví muy exagerado, pero ella insistió y no quise discutirle. Le explicó a la chica el diseño que haría en mis uñas para hacerle juego al vestido que me entregará mañana.

Invité a Ángela para que nos acompañara y que ella también pudiera ponerse al día con sus arreglos. Así que nos encontramos acá las tres en el salón. Y ya que mamá también aprovechó para arreglarse un poco, nos encontramos casi una al lado de la otra.

—Bueno Eva y ¿Qué vestido te pondrás para el baile?— pregunta Ángela.

—Esa pregunta deberías hacersela a mamá, ha decidido junto con May el vestido que usaré y no me lo van a entregar hasta mañana— le respondo con boquita de perro triste.

—No seas tan dramática Evalie María— responde mamá entre risas—: Es un obsequio y como tal, debe ser un secreto hasta mañana.

—Pues lo veo bien señora Emily- le responde Ángela—: Es algo extraño, la verdad. Pero aún así, es una idea muy original. Como lo son ustedes.

—¿Vés mamá? Hasta Ángela sabe que somos raros— reprocho moviendo la cabeza en negación.

—¿Y si somos raros qué?— dice mamá—: Es mejor ser diferente que anticuado.

—En eso tiene razón doña Emily— Ángela anima a mamá, cuando se da cuenta de lo que acababa de decir. Sus ojos se abren como platos, esperando una reacción de mamá.

Mamá no se inmuta. Simplemente da un respiro profundo (como intentando aceptar la situación), y voltea a verme.

—Ya hasta doña me dicen y tu no te molestas en presentarte en casa con un novio— dice mamá haciendo ojitos.

—¡Aay mamá!— le reclamo—: Pensé que dirías algo más ¿Importante? Deja de pensar en eso. Estoy chiquita para tener novio- le bromeo.

—Sí claro, cómo no— dice Ángela—: Fíjese que mi mamá siempre dice que, si ya sabe cocinar, ya tiene chance de poderse casar. Y yo he comprobado más de una vez, lo bien que cocinas. Así que tienes todo mi permiso.

—Y mi bendición también la tiene— interrumpe mamá riendo antes de poder responderle a Ángela.

—¡Qué par de pesadas que son!— les digo—: No quiero tener novio y ya— arrugo mi cara ya cansada de tanto darle largas a aquel tema.

—Sólo es broma Evalie— me recuerda mamá, volviendo a observarme—: Ya se nos molestó la niña Ángela.

Y sí, en ocasiones me molestaba mucho que fueran tan insistentes con lo mismo. Sinceramente no me ha llamado la atención eso de tener novio. Y si se preguntan por qué, pues les explico...

Hoy en día tener un novio, conlleva muchas responsabilidades. No es solo decir que sales con un chico porque es guapo o porque te hace reír. Hay cosas que importan más en una relación, pero como la juventud está tan tachada y fundida en una idea errónea de amor, toman las cosas importantes a la ligera quedándose nada más con la idea de el chico/a más guapo, más sexy y de voz melodiosa. Cosa que a mi parecer esta totalmente desubicado.

Hoy en día les importa más el sexo que una caminata a la orilla de la playa. Les resulta más romántico una foto caliente que ir a comer helado. Es más emocionante una relación a escondidas que algo formal y permitido. Eso no va conmigo, no es lo que he aprendido en casa. No es la idea de amor que ronda en mi mente.

Lo que yo deseo y aspiro de una pareja para mí es que sea respetuoso ante todo, que respete a mi familia, mis gustos, mi ideología, mis proyectos e incluso que me ayude a poder concretarlos. Amaría a una persona sin importar el físico, la estatura, la diferencia de edad, el tono de su voz o el color de sus ojos. Porque el amor no se trata de cuerpos, sino de la conexión total entre almas.

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Esa misma tarde después del salón de belleza nos fuimos a comer helado. Mamá al notarme molesta más temprano decidió comprarme helado para hacerme contentar. En el fondo supongo que aún sigo siendo una niña, ya que de una vez me emocioné al oirla decir "helado". Estos momentos me hacen pensar en mi madurez, ya con 18 años aún me contentaba que me llevaran por helado.

¡Y así mamá quiere que tenga novio, qué caos!

—Bueno, ¿Ya se te pasó la rabia?— pregunta Ángela, viéndome comer mi helado.

—Sipi— le respondo lamiendo mi barquilla.

—Esa es mi niña— responde mamá, acariciándome el cabello—: ¿Qué te dije Ángela? Siempre se contenta con helado.

—Lo sé— confirma Ángela—: Una vez la dejé plantada y me tocó comprarle helado al día siguiente para que me pudiera perdonar.

—Obvio— le respondo—: Es el precio que debes pagar por darle más importancia a André que a mí.

—¡Uy si! Qué pecado tan grande— dice Ángela.

—Vamos a tomarnos una foto— sugiere mamá sacando su celular del bolso—: Digan "Cheese".

—Cheese— cantamos Ángela y yo a la par.

La foto quedó perfecta a la primera. Mamá era la que más se veía normal, Ángela y yo con todo lo del pigmento y las pestañas parecíamos unas muñecas o mejor dicho, parecía que hubiéramos usado un efecto exagerado de Snapchat.

Mi gran sonrisa hacía ver mis ojos pequeños y por aquellas pestañas el color de mis iris no se distinguían bien, aunque eran café parecían verdes. Mi cabello largo todo despeinado por la brisa de esa tarde caía a ambos lados de mi pecho y el helado casi entero a toda vista.

A un lado de mí en la fotografía, Ángela luce su largo cabello suelto en un retiro a la derecha. Hace poco había estado loca por teñirlo de castaño cobrizo, pero a la luz del sol parecía ser naranja. Le lucía muy bien con su piel blanca y sus labios carnosos. Parecía una edición limitada de Barbie.

Broken Soul 💔 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora