Capítulo 3

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Lunes otra vez, una semana menos para despedir el año escolar.

Mi recorrido es tranquilo y relajado por los pasillos de la institución, hoy como cosa extraña llegué un poco temprano y Ángela aún no aparece.

Me detengo frente a la cartelera informativa del instituto (se supone que siempre comparten talleres, invitaciones a eventos o incluso recaudaciones para remodelar las instalaciones). Me llama la atención una hoja en color rosa.

"ANUNCIO IMPORTANTE.
Están cordialmente invitados a la fiesta de fin de año.
Pagando una entrada, colaboras con los fondos para costear una importante operación que requiere nuestra compañera Melanie.
Únete para ayudar. Hoy por Melanie mañana por tí."

¿Quién era esa tal Melanie? Nunca supe de alguna chica en el instituto que estuviera enferma o algo por el estilo.

—Eevaa...— escucho a Ángela gritar desde el otro lado del pasillo. Me volteo para verla correr hacia mí. Da un brinco y termina sobre mis brazos.

—Oigaa, casi me caigo— le digo mientras se suelta de mí.

—Debemos salir hoy, tengo muucho que contarte.

—Pues, eso explica tanta felicidad.

—Si, hay muchos detalles de hecho— apreta sus labios queriendo aguantar una sonrisa traviesa.

—¿Okeey?— le suelto una mirada curiosa. Empezamos a caminar a nuestro salón de clases, y de tirón recuerdo lo del cartel— Oye Ángela, ¿Sabes quién es esta tal Melanie de los posters? No tiene una imagen o fotografía de ella y su nombre no me suena, no he conocido de alguna estudiante que estuviera enferma.

—¡Ah! Sí, es la prima de Alejandro Martínez ¿Sabes? El de la sección 3.

—Ooh...— respondo intentando buscar entre mis recuerdos alguna cara, sin tener éxito— Pero aún así no sé quién es. ¿Estudia aquí también?

—Sí, de hecho la última vez que la ví fue la semana pasada, saliendo del instituto— me responde Ángela despreocupada.

—Debe ser algo desesperante, ¿No crees?

—¿A qué te refieres, Eva?— me pregunta Ángela arrugando su nariz, un poco confundida.

—Es decir... que estando a tan poco tiempo de graduarte de la preparatoria, te enfermes y que encima te diagnostiquen con una enfermedad delicada.

—Son cosas que rara vez pasan, Evalie. Pero son la realidad. Si no te cuidas, si no cuidas lo que comes, si no duermes lo suficiente, tus defensas bajan y tu cuerpo colapsa.

—Lo sé amiga. Pero debe ser difícil para esa chica que en lugar de estar pensando en qué vestido usar para la graduación; este pendiente de las citas con el doctor, los medicamentos y demás. Imagina si no tiene amistades que la acompañen o que le den ánimos.

—Sus papás tienen mucho dinero, Eva. Las "amistades" son lo de menos para esa gente, en unas semanas estará bien y podrá ir a la universidad y seguir su vida súper tranquila.

—El dinero no lo compra todo Ángela— le explico, moldeando una sonrisa triste en mi rostro—: Tal vez ella tenga todas esas riquezas. Pero nada de eso asegura que sea feliz.

—Mi pequeña Eva, tan preocupada por la felicidad del mundo— Ángela peina mi cabello con sus manos, intentando consolarme.

*Riiiinng*

Ángela toma mi mano para dirigirme por los pasillos hasta la entrada del salón, estoy segura que se habrá dado cuenta de lo pesado que me cayeron aquellos detalles. No podré concentrarme en clases con esa conversación paseando por mi mente.

——————————

—¡Bien! Hoy es tarde de chicas— me dice Ángela haciendo un pequeño baile.

—Después de todo me lo debes... por dejarme plantada hace una semana— le golpeo suavemente el hombro.

—Si-si tiene razón. Vamos que hoy yo brindo los helados.

—Bueno, ya me convenciste— le contesto entre risas—: Déjame llamar a mamá para avisarle.

—Okey.

Saco mi teléfono del bolso para buscar entre la lista de contactos su número. Al marcarle, instantáneamente me envía al buzón, lo que es raro porque mamá siempre tiene el teléfono cerca. Bueno, capaz y se estaba duchando y por eso no contesta. Decido dejarle un mensaje:

"Mamá, estaré con Ángela en el parque. Te aviso cuándo estemos de regreso a casa."

—¿Y bien?— pregunta Ángela al ver que vuelvo a guardar el celular en el bolso— ¿Qué te ha dicho doña Emily?

—Ni se te ocurra decirle doña a mi mamá en su presencia, capaz que le da un infarto— me río al escuchar el "doña" seguido del nombre de mamá— Y pues... no me contestó, así que solo le dejé un mensaje. Capaz y al rato responde.

—Bien, mejor vamos caminando para que no se nos haga tan tarde. La verdad tengo mucho que contarte— lo último me lo dice entre risas, por lo que logro deducir que me hablará de su novio André.

Broken Soul 💔 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora