La graduación estaba a la vuelta de la esquina. Alice y Rosalie arreglaron a Aurora, la peinaron, maquillaron y escogieron su ropa sin preguntar pues confiaba en el sentido de la moda de Alice. El vestido de graduación era bastante bonito. Era de manga larga, de terciopelo negro con algunos destellos verde oscuro, lo completó con unos zapatos de tacón negro de raso. Llevaba el cabello lacio y maquillaje suave. Tomó la espantosa toga amarilla de poliéster para la graduación, colgándola en su brazo y descendió las escaleras.
— ¡Estás hermosa Aurora! —dijo Esme al verla, haciendo a la joven sonreír.
— Gracias. —respondió. Carlisle y Esme llevarían a Aurora a la escuela ya que Edward iría por Bella y Alice y Jasper tenían algo pendiente por resolver. Emmett y Rosalie se terminarían de arreglar y después los alcanzarían en la escuela. Carlisle condujo hasta la escuela donde los estudiantes ya estaban reuniéndose. El vampiro pasó su brazo por los hombros de Aurora, en un gesto paternal. Ambos dejaron a la joven en la puerta trasera del gimnasio y después los vio rodear el edificio para ir a la entrada principal con el resto de los padres. Al entrar al edificio, la Señora Coper le indició que se fuera a sentar con su hermano Edward. Filas atrás, escuchó a Jessica parlotear con Bella, sin ella parecer estar interesada.
"No se callará ni debajo del agua ¿Cierto?" preguntó a Edward y él miró a Aurora, intentando contener una carcajada por el comentario.
— Al parecer no. —respondió en un tono bajo que solo ella fue capaz de oír. Esperaron el momento para recibir sus diplomas. Alice y Emmett se unieron a ellos y aguardaron a ser llamados. Alice fue la primera en levantarse, seguida Edward, Emmett, después Aurora, Jasper y al final Rosalie. Con pasos tranquilos, se acercaron para recibir sus diplomas.
— Felicidades señorita Cullen. —murmuró el director Green, entregándole el diploma. Aurora sonrió encantadora y después se colocó junto al resto de los graduados. El director mando a llamar a Jessica, para que dijera su discurso. Subió los escalones para alcanzar el micrófono mientras las miradas se posaban en la joven.
— A los 5 años nos preguntaron qué queríamos hacer al crecer y respondíamos cosas como: astronauta, presidente o en mi caso, princesa —hizo una pausa y comenzaron a escucharse risitas en el público—. A los diez años preguntaron otra vez y dijimos: estrella de rock, vaquero... o en mi caso, medallista de oro —soltó un suspiro inevitable—. Pero ahora hemos crecido. Los adultos quieren una respuesta seria, buena que tal esta: ¿Quién diablos sabe? —Los estudiantes comenzaron a aplaudir y a silbar de alegría—. Este no es el momento de tomar decisiones duras, si no el de cometer errores, tomar el tren equivocado y perderte en algún lado, enamorarnos... mucho. Estudiar filosofía con lo que no se puede tener una carrera, cambiar de idea y cambiar otra vez porque nada es permanente. Cometamos todos los errores posibles, así cuando nos pregunten que queremos ser, no tendremos que adivinar... lo sabremos. —concluyó su discurso y esta vez todos aplaudieron en señal de aprobación.
Cuando por fin terminó, todos lanzaron los birretes amarillos al aire en señal de celebración. Algunos alumnos se quedaron para realizar sesiones de fotos con sus amigos, pero los Cullen fueron los primeros al salir. Tenían que ultimar los detalles de la fiesta así que salieron en dirección a la residencia de la familia. Una vez ahí, Rosalie y Emmett ayudaron con los retoques finales antes de que la gente comenzara a llegar. Aurora subió a su habitación para dejar la toga sobre la silla del tocador. Se echó un vistazo en el espejo para retocar su maquillaje. Al salir, cerró la puerta con seguro por precaución.
Aurora tenía la tarea de corroborar que las luces que iluminaban los árboles estuvieran funcionando correctamente. Las luces formaban un camino hacia la casa, cada seis metros aproximadamente, una farola los guiaría cinco kilómetros de trayecto hasta llegar a la casa.
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Nox Sanguinem: Aurora Cullen
Vampire"El pasado nos persigue, siempre está presente y un día sale a la luz". Después de la transformación, la mayoría de los vampiros no recuerdan su vida humana, y prefieren apagar sus sentimientos o "humanidad", dejándose llevar por sus instintos más...