Diez.

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La tarde se desvanecía en un cielo teñido de tonos dorados cuando Evelyn decidió dar un paseo para despejar su mente. A pesar de la belleza del atardecer, su corazón seguía pesado con la pérdida de Arthur y las decisiones que habían tomado. Se sentía abrumada por la tristeza y la incertidumbre, y ansiaba un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que la rodeaba.

No habían hecho un funeral para Arthur, pero la familia Leclerc había pedido hacer un espacio en un columbario para un frasco lleno de cenizas que la policía entregó, aún que Evelyn sabía que eso estaba vacío porque Arthur no estaba muerto. Ella lo sentía. 

Caminó por un sendero tranquilo, sus pensamientos dando vueltas en su mente. Fue entonces cuando una figura familiar se acercó a lo lejos. Un cálido escalofrío recorrió su espina dorsal cuando se dio cuenta de quién era: su hermano, Alex Albon.

Evelyn lo miró con sorpresa y alivio mientras Alex se acercaba con una sonrisa suave, no tenía ni idea de que volvería a verlo y justo en momentos cómo estos, en los que estaba desesperada y sin consuelo. Se abrazaron con fuerza, como si los lazos familiares fueran una fuente de consuelo en medio de la tormenta.

- Estoy aquí para ti, Evelyn.- dijo Alex con sinceridad, su voz llena de calma y empatía. Apenas había llegado a la ciudad y supo dónde encontrar a su hermana gracias a Charles.

Evelyn asintió, incapaz de contener las lágrimas que habían estado al borde de sus ojos durante tanto tiempo. 

- No sé qué hacer, Alex. Todo es tan doloroso.

Alex la sostuvo con ternura, permitiéndole llorar en su hombro. 

- Está bien sentirse perdida en momentos como este. Pero recuerda que no estás sola. Tienes a tu familia y a tus amigos que te apoyan.

Evelyn asintió con gratitud, sintiendo cómo el abrazo de su hermano la rodeaba con un sentimiento de seguridad. A medida que el sol se ponía, los dos hermanos compartieron historias y recuerdos, buscando una conexión en medio de la tristeza que compartían.

Poco después, Lily se unió a ellos, su expresión comprensiva mientras abrazaba a Evelyn. Los tres se quedaron allí, compartiendo silenciosamente el dolor que atormentaba poco a poco a Evelyn.

- No sé cómo lidiar con esto, Alex. Me siento tan perdida sin Arthur.

- La pérdida es como una tormenta que arrasa todo a su paso. Pero recuerda, Evelyn, tú no estás sola en esto. Tienes a tus amigos y a mí.

Evelyn suspiró, su voz llena de tristeza. 

- Pero la realidad es que Arthur se ha ido. Su ausencia es abrumadora y a veces siento que no puedo respirar.

Alex la apretó con suavidad, tratando de transmitir su empatía a través del abrazo. 

- Sé que no hay palabras que puedan aliviar ese dolor, Evelyn. Pero quiero que sepas que está bien sentirte así. La tristeza y el dolor son parte de este proceso, y es importante que los enfrentes y los sientas en su totalidad.

Evelyn asintió, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con caer. 

- Siento que he perdido parte de mí misma. No sé quién soy sin Arthur.

Alex la miró con dulzura, su mirada llena de comprensión. 

- Evelyn, eres mucho más que tu relación con Arthur. Eres una mujer fuerte y valiente, llena de amor y bondad. Tienes un futuro por delante, incluso si parece incierto en este momento.

Evelyn dejó que las lágrimas caigan, permitiéndose liberar parte del dolor que había estado cargando. 

- No sé si alguna vez podré superar esto, Alex.

Alex la miró a los ojos, su voz llena de convicción. 

- No necesitas superarlo de inmediato, Evelyn. Tómate el tiempo que necesites para sanar. Pero recuerda que hay gente que te ama y está aquí para ti.

Sin embargo, mientras charlaban, Evelyn comenzó a sentir una oleada de náuseas y mareos. Se tambaleó ligeramente, Alex se confundió al igual que Lily. Alex la sostuvo con firmeza para evitar que se cayera. Lily la miró con preocupación, apoyándola junto a su hermano.

- Evelyn, ¿estás bien? - Preguntó Lily con voz preocupada.

Evelyn luchó por mantenerse en pie, su mano en su estómago. 

- No... no sé qué me está pasando. Me siento mareada.

Alex miró a su alrededor en busca de ayuda, su rostro lleno de preocupación. 

- Necesitamos llevarla al hospital. Esto no parece normal.

Con cuidado, los dos la ayudaron a sentarse en un banco cercano mientras Alex llamaba a un taxi. Evelyn se sentía cada vez más débil y confundida, su mente luchando por entender lo que estaba sucediendo.

- No, no estoy bien. Sólo es estrés.

- Ev, estás pálida, necesitas que un médico te revise. - Dijo Lily.

Alex se dirigió a la banqueta de la calle y levantó su mano al primer taxi que llegará, Alex ayudó a Evelyn a subir, sosteniéndola con suavidad mientras Lily se sentaba a su lado. Durante el trayecto, Evelyn cerró los ojos, tratando de concentrarse en respirar mientras el mundo daba vueltas a su alrededor.

Al llegar al hospital, Alex y Lily la ayudaron a salir del taxi y la llevaron rápidamente a la sala de emergencias. Estaban preocupados por el estado de Evelyn, tanto Alex como su pareja intentaron mantener despierta a Evelyn, no querían que algo malo le pasará. Después de la terrible semana que había pasado no merecía esto.

Llegaron al hospital un par de minutos después, Alex bajó y consigo llevo a Evelyn, la sostuvo en sus brazos para llevarla a la zona de urgencias, dónde enfermeros la recibieron rápidamente para llevarla con ellos.

- ¿Qué le está pasando? Ella no es así.- Dijo Alex a Lily.

- Amor, es el estrés. Evelyn está sometida a tanto estrés y tanta presión, todo lo de Arthur le está cayendo de peso.

Alex recargó su cabeza en el hombro de Lily.

- No quiero que le pase algo malo.- Murmuró él, a instantes recibió consuelo de su novia.

- Estará bien, esperemos respuesta de los doctores.

(...)

Los médicos y las enfermeras la rodearon, haciéndole preguntas y realizando pruebas mientras ella empezaba a recuperar el conocimiento, una enfermera se encargó de llamar a Alex y Lily a la habitación de Evelyn, para informarle a todos lo que estaba pasando.

Finalmente, el médico se acercó con una expresión seria. 

- Evelyn, hemos revisado los resultados...- Hizo una pausa preocupando a los tres presentes.- Evelyn, usted está embarazada.

La noticia cayó como una bomba en la habitación. Evelyn miró al médico con incredulidad, sus ojos llenos de asombro y sorpresa. A su lado, Alex y Lily compartían una mirada de incredulidad. No podía creer que estaba un hijo del hombre que amaba y había perdido, siempre escuchó como decían que al irse un familiar llegaba uno más. Pero no quería experimentarlo, ¿cómo tendría un bebé sin el amor de su vida? 

The One | Arthur Leclerc.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora