Después de un rato, dejé el diario a un lado y me recosté en la cama, cerrando los ojos y tratando de encontrar un respiro en medio de la tormenta emocional que me rodeaba. La tranquilidad momentánea de mi habitación parecía ser el único refugio en el que podía sumergirme.
Sin embargo, la mañana siguiente llegó sin piedad, interrumpiendo mi breve respiro. Justo cuando los primeros rayos de luz se filtraban por la ventana, fui sacado de mi sueño por el suave llamado de mi madre desde el pasillo.
- Lyam, cariño, es hora de levantarse. Tienes que alistarte para el instituto -, resonó su voz.
A pesar de la escasa cantidad de sueño que había tenido, sabía que no podía permitirme quedarme en la cama durante mucho más tiempo. Con un suspiro resignado, me senté en el borde de la cama y froté mis ojos, tratando de alejar el cansancio que aún pesaba sobre mí.
Mi mirada se posó en el diario que había dejado a un lado, una especie de reflejo tangible de mis emociones.
Finalmente, me puse en pie y comencé a vestirme, consciente de que enfrentaría otro día en Blackwood. Me puse la ropa escolar mientras intentaba reorganizar mis pensamientos y encontrar un ápice de fortaleza para enfrentar las tensiones que me esperaban.
Me dirigí al comedor para ver qué habían preparado las criadas para el desayuno. Solo esperaba que hubieran cocinado algo que me gustara. Cuando llegué, apenas tuve tiempo para despedirme de mi madre, quien me dio un beso en la mejilla antes de salir corriendo hacia el auto junto a papá. Parecía que estaban atrasados para una reunión importante. Mientras tanto, en la mesa estaban Noah y Said, como de costumbre, absortos en sus celulares y comprando tonterías en internet.
Terminamos de comer, y la emoción me invadió mientras me dirigía al lavabo para cepillarme los dientes. Desde allí, tenía la vista puesta en la preparación de mi mochila, pero como de costumbre, Said se mostraba como un completo desesperado. Parecía incapaz de concederme unos pocos minutos para arreglarme adecuadamente. Bajé apresuradamente las escaleras y me apresuré a subir al coche.
Como siempre, Said me acosaba con su sermón sobre ser puntual, sin embargo, decidí ignorarlo por completo. Me puse mis audífonos y comencé a reproducir música en mi teléfono, sumiéndome en las melodías para bloquear su voz molesta.
Noah y yo salimos del auto, mientras que Said se dirigía a la universidad. Como siempre, Noah me dejaba en la entrada y luego se encaminaba a su propio salón. Siguiendo mi rutina, me dirigí hacia el mío. Sin embargo, en el pasillo, me encontré con Benji. Sabía que las cosas podían salir mal, pero lo que más me preocupaba en ese momento era la salud de Tyler. Sus palabras seguían resonando en mi mente como un eco persistente, generando una creciente ansiedad en mi interior.
-Hola, Benji - Lo saludé, aunque era consciente de que podría ser una interacción peligrosa.
- ¿Qué quieres, Lyam? - respondió con un ceño fruncido, lanzándome una mirada hosca.
-Solo quiero saber cómo está la salud de Tayler, y ya - le respondí, tratando de mantener mi voz tranquila pero firme.
- ¿Y qué te importa? Por favor, déjame en paz - replicó, antes de dar media vuelta y dirigirse al salón, dejándome solo en el pasillo con un nudo en el estómago. La brevedad de su respuesta y su actitud hostil solo aumentaron mis preocupaciones sobre Tyler y la situación en el instituto.
Con un suspiro, continué mi camino hacia el salón, donde sabía que estarían mis amigos. Al entrar, vi a William, Polo y David sentados en sus lugares habituales. Me sentí aliviado al ver caras conocidas después de la tensa conversación con Benji en el pasillo. Me acerqué a ellos con la esperanza de obtener alguna información sobre el estado de salud de Tyler.
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THE INSTITUTE BLACKWOOD (+18)
Mystery / Thriller¡Bienvenido al instituto Blackwood! Instituto Blackwood, un lugar donde el miedo yace en cada rincón por culpa de los asesinatos que se suscitan ahí. Lyam será testigo de todos los acontecimientos que están por venir; todo teniendo como desencadena...