El yate

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Me base en una referencia dicha en la historieta original para el capítulo (la imagen de arriba). Disfruten.
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Eran las ocho y veintiocho cuando un rayo de luz traspasó las gruesas cortinas de la habitación, con la dichosa suerte de iluminar el rostro de Tobias, despertándolo de inmediato. Era de sueño ligero. Levantó un poco la cabeza para mirar de dónde provenía esa molesta luz, lamentando no cerrar la ventana cuando Tyson se lo sugirió antes de dormir.

Se recostó de nuevo en la cama, acomodándose de lado para evitar la luz, recibiendo una preciosa imagen. Sonrió viendo a Tyson abrazando inconsciente pero protectoramente a Elias, quien solo estaba todo estirado en la cama. Tobias había soñado muchos años a Tyson con ese aire paternal, y por fin lo podía vivir, y era tan hermoso y sexy como siempre lo imagino.

El ruido de la alarma del relor sobre la mesilla a su lado lo sobresalto, lo apago rápidamente pero de igual forma logró despertar a su amado. Rendido, solo se dedico a mirarlo despertar.

Tyson pestañeo adaptándose a la luz, sonriendo al ver a Tobias y esa mirada cariñosa que le dirigía. Trato de levantarse para darle un buen beso de buenos días, pero al intentarlo noto que su cachorrito estaba entre sus brazos. Se veía tan lindo. Soltaba ligeros ronquidito, sus oregitas se sacudian una que otra ves, tal ves por un sueño, y su pelaje blanco contrastaba con la oscuridad. No aguantó y se inclinó a dejarle un beso sobre su cabecita, bajo la atenta mirada indignada de Tobias.

- Ey, el primer beso de buenos días era mio. - Reclamo, acercándose rápidamente y besando suave a Tyson. Él quiso seguir pero solo suspiro cuando Tyson se alejo, no le gustaba profundizar las cosas cuando Elias estaba presente, no quería que el cachorro observe algo que aún no debía. Tobias solo gruñó suave recostandose de nuevo en la cama, viendo a Tyson acariciar al lobito, quien despertaba poco a poco.

Elias abrió lentamente sus ojitos, adaptándose a la luz, arrugando su naricita por la incomodidad. Escuchó una risa. Vio a Tyson junto a él, estaba riendo, pero se podía notar que seguía adormilado. Él reía por los gestos del cachorro al despertar. - Buenos días, cariño~ -

- ...bueno díass~ - Dijo mientras estiraba sus brazitos y piernitas. - Papá~... ¡Papás! Hay que levantarnos... Debemos ir al lag...- Se incorporó rápido y se acercó al borde de la cama, intercalando su mirada entre Tyson y Tobias, cayendo abruptamente al apoyar mal su brazo. - Ayy~, auu~...- Ambos padres se acercaron rápido al lobito. Tobias lo levantó. - ¡Buaa! -

Inspeccionaron al cachorro, no parecía tener algo roto. Su cama era más grande y alta de lo normal, la caída fue corta, pero cualquier padre se preocuparía por su cachorro, más con el llanto que Elias estaba soltando.

- Oh, cariño, ¿dónde duele?, muéstranos Eli~- Le dijo Tyson sobando su espalda. Elias enterró su cabeza en el cuello de Tobias, soltaba fuertes sollozos, sus brazitos y colita estaban flojos, solo lloraba. - Bueno, ya está. Ya paso. Listo, cariño, liiisto~-

- Sshh~ Ya está, Elias. Solo fue un golpecito, no pasa nada.- Tobias lo sujetaba con un brazo y con el otro dejaba pequeñas palmadas al lado de su lánguida cola. - Haber, haber...- Lo despego de su cuerpo, dejando ver un rostro con un pelaje todo mojado, por las lágrimas que seguían saliendo y por la saliva que caía porque no se puede llorar y tratar saliva al mismo tiempo. - Muéstranos donde te lastimaste, cachorro...- Elias solo lo miró unos segundos para volver a romper en llanto, pero esta vez señaló una zona sobre su ojo.

Tyson paso su dedo por la zona, muy despacio, y pudo sentir una pequeña protuberancia creciendo, pero se iria en unos días, la caida lo asustó y el golpe le dolió pero no pasaria a mayores. Miró a Tobias para transmitirle tranquilidad. Tobias solo asintió y le paso el cachorro, él haría el desayuno hoy.

Familia Fretchman ClawingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora