Otro cachorro

478 22 5
                                    

Elias siempre deseo una familia. Pero no una cualquiera, sino una donde hubiera mucho amor.

Muchos cachorros llegaban al orfanato de familias no muy bonitas. La mayoría de ellos con muchos golpes o cicatrices. Ver esos muchas veces le hizo replantearse si tal vez era mejor estar solo. Pero luego los escuchaba decir que si querían una familia, una donde podían jugar tranquilos, donde podian llenar sus estómagos con comida, una con brazos donde refugiarse, una sin gritos ni golpes.

Luego estaban esos cachorros cuyo padres habían muerto por trágicos accidentes o enfermedades terminales, los cuales también añoraban una nueva familia. Una donde pudieran volver a ser tan felices como antes. No quitándole el puesto a sus padres anteriores, sino creando más espacio para los nuevos.

Todos quieren y merecen una buena familia.

Pero Elias lo deseaba. Para los otros cachorros solo bastaba meses para ya irse con unos nuevos padres, solo meses, pocos meses.

Siempre se pregunto si había algo mal en él. No es que fuera malo, solo que al ver cachorros carentes de alguna extremidad ser igualmente adoptados y él no, le hacía pensar que él tenía algo que no estaba bien, y que tal vez asustaba a los demás. Cuando un cachorro, muy suelto de boca, le dijo sin más que sus ojos eran raros y feos, entendió que si era por eso que no lo querían. No querían un cachorro que diera miedo, no querían un cachorro raro.

Por eso, cuando Tyson y Tobias se acercaron para conocerlo fue extraño. Nunca había mantenido una conversación con unos futuros padres donde se dijeran más de seis palabras y ahora tenía a dos hombres hablándole de tantas cosas de una forma tan linda y amable, que se sentía raro, hasta Tobias pidió tomarlo en brazos, ¡incluso quiso tocarlo! Eso era increíble.

Los otros cachorros corrían cada vez que los felinos se acercaban. Y es que si daban un poco de miedo, eran muy grandes y altos, intimidaban a los demás. Ellos también eran raros, como él, eso le gustaba.

Los cuidadores siempre decían que no debían ilusionarse por las palabras de los futuros padres, que en algunas ocasiones sólo decían cosas por decir. Pero ver a Tobias discutir para llevárselo con ellos desde el primer día en el que se conocieron, solo le dio más esperanzas. Ellos lo querían, de verdad. Eso se sentía bien.

Incluso luego de despedirse de ellos cuando Tyson llevaba a rastras a Tobias por no querer dejarlo y de todas las cosas feas que le dijeron los otros cachorros sobre que nunca los volvería a ver, nunca perdió las esperanzas, ellos volverían, él solo lo sabía.

Ambos felinos lo visitaban casi todos los días mientras se hacían los papeles para la adopción. Le llevaban cosas y pasaban todo el día con él. Sin vivir con ellos, ya los sentía como una familia.

Ya hace siete meses que vive oficialmente con sus papás. Siete meses donde puede jurar ser el cachorro más feliz del mundo. Ellos eran tan buenos, tanto con él como entre ellos. El amor y el respeto que se tenían era tan gratificante. No podía pedir algo mejor simplemente porque no lo había.

Tyson era el más cariñoso, siempre diciéndole apodos bonitos y jugando con él. Tobias era el más concentidor, comprándole todo lo que le pedía, incluso lo que no, era muy observador y notaba cuando necesitaba algo, aveces ni debía pedirlo, solo aparecía en su habitación. Al darle las gracias solían abrazarlo y llenarlo de besos, para luego terminar en cosquillas, y cuando Elias escapaba y se refugiaba en los brazos del otro comenzaban el jugueteo entre ellos, dándose abrazos y pequeños besos. Para finalizar los tres en un caluroso abrazo. Elias amaba también eso. Elias amaba todo eso.

Hoy en la escuela, a la que Tyson prácticamente le obligaba a ir, debían hacer una actividad, donde tenian que dibujar a los integrantes de su familia. Elias no tenía problema en que sus dos papás fueran machos, ni siquiera notaba la diferencia entre otras familias y la de él, pero si había muchos profesores y compañeros que tal vez se verían molestados por eso, por lo que habían acordado que para toda su escuela él contaba con un mamá. Le molestaba mentir, si, pero los felinos preferían eso a que su cachorro pase una infancia tan molesta como la de ellos. No era lo correcto, pero era lo mejor. Así que Elias dibujo a su "familia" y entregó su trabajo. Lo hizo sin mucho interés, solo él y los dos felinos, solo que en ves de dibujar a Tyson dibujo a su tía Erika, quien era muy parecida a él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Familia Fretchman ClawingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora